viernes, 1 de febrero de 2019

A la medida




Hoy en día, es muy fácil usar  ropa confeccionada en serie para vestirse, especialmente si no eres terriblemente exigente. Es cierto que, a lo mejor, te tira un poco de la sisa, tienes que hacer un pequeño esfuerzo para abrocharte el pantalón,  o las mangas te vienen un poco cortas. Son pequeños detalles que todos, en general, estamos dispuestos a aceptar en pro de nuestra economía, o por la inmediatez de la necesidad que tenemos en usar la prenda en cuestión.

Pero no podemos olvidar que existen los excelsos, los amantes del detalle, aquellos a los que no les importa hacer un esfuerzo en aras de la exactitud, que quieren que todo esté perfecto. Sacrificándose, si es necesario, en otros aspectos. Para este grupo de gente, está pensada la confección a medida.

¿Qué duda cabe que a este colectivo pertenece la exquisita izquierda española? No digo que sea en las prendas de vestir, en lo que generalmente no son muy cuidadosos, si no en las siglas del partido que les representa.

Mientras que la derecha durante muchos años no ha tenido ningún reparo en aglutinarse en torno a un partido de amplio espectro, que, de algún modo, representaba sus aspiraciones ideológicas, y, sobre todo, sus expectativas económicas, y continuaron unidos. Y aún en día, a pesar de la aparente ruptura del bloque en tres grandes fracciones, no han dejado pasar la ocasión de unirse para alcanzar el poder en Andalucía. No han importado las frases solemnes, autoproclamando la prevalencia de sus, digamos, ideologías. Al final se han unido, y todas en buena armonía real se reparten lo obtenido.

Por su parte, la Izquierda, o, mejor dicho, los izquierdistas quieren mantener por encima de todo su ideología. No buscan, a pesar de lo que proclaman, el diálogo, o encontrar un mínimo común entendimiento. Quieren todos lo que consideran lo óptimo, olvidando que, muchas veces, lo mejor es enemigo de lo bueno. Es el “todo o nada”. De ahí sus tensiones, sus enfrentamientos, la defensa de su corralito, llegando a exasperar a los teóricos votantes.

Pongamos el ejemplo de les Illes Balears, y, sin remontarnos a los tiempos del PCE, del PCPE, MCI, Sa Revolta, PSOC, PSM y PSOE, y, posiblemente, alguno más que ahora no recuerdo (todos los de ámbito nacional, con su marca insular), nos encontramos en la actualidad con el PSOE, IU, y Mes por Mallorca,

Esta última formación integrada por el PSM, Entesa de Mallorca (una escisión del PSM, que se ha integrado en la coalición que lidera el PSM), Esquerra de Mallorca, marca blanca de ERC en las islas, y que, al parecer, va un poco por libre dentro de la coalición, Izquierdaverde, una escisión de IU y que ahora, según malas lenguas, no está demasiado satisfecha con la nueva ejecutiva de Mes, en la que ha quedado con muy poca representación en la dirección. Pero las tensiones no solo vienen en ese sentido, ya que casi al 50% quedaron las votaciones sobre con quién aliarse para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, si con  Compromís (que fue la opción ganadora), o con ERC, con el consiguiente disgusto de los perdedores.

Actúa, aparece por medio, y es otra de las innumerables escisiones de IU. Escisión producida por el rechazo a la aproximación a Podemos.

Moviment 4 Illes, fundada por una expulsada de Podemos tras un asunto poco claro de favorecer a una empresa, llegó a los tribunales para intentar frenar su expulsión. Al final ha decidido crear su propio chiringuito y presentarse a las elecciones al Consell.

Izquierda Unida, tras valorar si presentarse sola o en compañía de terceros, al final han optado por no fletar un taxi para ir a votar todos los militantes juntos, y presentarse con Podemos.

Podemos ha perdido fuelle, y, si no  resuelve de una forma inteligente la cuestión surgida en Madrid, puede perder mucho más aún. No cuenta en las islas con ninguna persona conocida a nivel popular, ni mucho menos con alguien con carisma.

El P(SO)E, al que por inercia continuo alineando con la izquierda, es el único  que puede plantar cara a la derecha, al menos si no en su programa económico, sí en el social.

A estos partidos y partiditos, que más o menos son a nivel de la Comunidad, hay que sumar: Gent per Formentera, Més per Menorca, y las agrupaciones de electores que se presentarán con un programa más o menos progresista por los diferentes pueblos de las islas.

Moraleja: Ni un solo rojo sin su propio partido confeccionado a medida.


1 comentario:

  1. Si los de la izquierda fueran peluqueros en lugar de políticos, irían todos trasquilado, porque jamás aceptarían que otro les tocará la cabeza.
    Y así vamos.

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