viernes, 26 de abril de 2019

Estadísticas


 

Sé que es muy obvio lo que explico a continuación, pero en vista de las expectativas de voto que se están generando por los diferentes medios a raíz de los resultados de las encuestas celebradas, creo que no está de más el recordar algunos conceptos básicos y poniendo algunos ejemplos que quizás pueden resultar simplistas pero que son muy gráficos.

a)    La estadística es un instrumento matemático muy útil si se emplea correctamente y se saben interpretar sus resultados, pero jamás es ni puede ser un método adivinatorio. Si se usa de otra manera hace bueno el dicho de: “mentiras, grandes mentiras y estadísticas”.

b)    Un resultado fiable depende en gran medida de que el número de encuestados sea lo bastante grande para que pueda resultar significativa1s. El ejemplo clásico es: Si hacemos la consulta a dos personas una que se ha comido un pollo y otra que no ha comido nada, resultaría en la encuesta que cada uno ha comido medio pollo.

c)    Diversificar el ámbito y el lugar en la que se celebra la encuesta. Si realizamos la pregunta ¿Lee Vd. libros habitualmente? Dentro  de una biblioteca, el resultado sería muy distinto que si hacemos la misma pregunta a la salida de un club de los llamados “after"

d)    Una estadística es el retrato de un momento y no necesariamente tiene que tener una proyección lineal en el tiempo, ya que si preguntamos: ¿tiene Vd.  hambre  ahora? a la entrada de un restaurante, la respuesta será muy distinta a si la hacemos a la salida del citado establecimiento, siendo las dos respuestas reales.

Por tanto, los resultados reflejarían, si se habían cumplido las buenas prácticas que se pueden deducir de los apartados  citados anteriormente en la intención de voto en el momento que se realizó la consulta. Pero entre esta y el momento del voto, transcurre un tiempo en el que pueden haber sucesos que alteren los resultados. Como se vio tras los atentado islamistas del 11 de marzo del 2.004.

Sin embargo, no basta en el caso de las próximas elecciones, el tener en cuenta estas cuatro premisas. Existe otro factor a tener en consideración y  que resulta  de una capital importancia: el elevadísimo porcentaje de los que se declaran indecisos. Estos  sumados a los de “no saben no contestan” pueden echar por tierra cualquier vaticinio que se base en el resultado de una encuesta de intención de voto.

Y en este punto, es cuando entra en juego lo que se  llama: “cocinar una encuesta”. Proceso en el cual y  digan lo que digan los especialistas, no dejan de ser especulaciones o artes adivinatorios que están más o menos basados en experiencias, deseos o simple “aquí aplico el concepto que quiere oír mi jefe  y a ver si acierto”

Como todos cocinan usando sus propios  métodos.. Voy a hacer unas consideraciones basadas en mi experiencia, que puede ser tan errónea como cualquier otra. Así que no cuantificaré posibles resultados numéricos, solo indicaré tendencias:

1)     Los  “no saben no contestan” votan en una mayoría de los casos a un partido de la derecha y en una minoría al partido que está en el poder.

2)    La mayoría de los indecisos votan a los partidos tradicionales y de lo que consideran la derecha moderada o la izquierda moderada. Aunque esta vez, la cosa no está tan clara ya que la diestra está dividida. Por otra parte, no se puede olvidar que en Andalucía, un gran número del voto oculto fue a parar a Vox.

3)    La euforia un tanto desbordada por las encuestas, pueden hacer que votantes potenciales del PSOE consideren que su voto no es necesario ya que la victoria está asegurada, más si después de tantos días con climatología  adversa, se presenta un día que invite a ir a la playa o al campo..

4)    Por último, el voto útil va a polarizar las opciones favoreciendo al PP y al PSOE.
Creo que no es necesario decir que estas consideraciones mías a la hora de los resultados pueden ser tan reales como si se hacen tras consultar una bola de cristal o los posos de una taza de café

viernes, 19 de abril de 2019

¿Orgulloso?




Conozco a algunas personas a las que respeto, e incluso admiro por sus convicciones, que se muestran orgullosas de ser españolas. Sinceramente, yo no soy capaz de estarlo y a continuación expondré los motivos de esa incapacidad.

Para sentirme orgulloso de algo, necesito ser partícipe de lo que me produce orgullo. Es cierto que soy español, nací en España, pero de esa circunstancia no tengo ninguna responsabilidad ni participación, simplemente mi madre estaba en España, y se nace donde está la madre en el momento del parto.

Aparte de esta situación que viene dada por la naturaleza, encuentro demasiados casos de la historia reciente que me avergüenzan terriblemente, y en los que en mayor o en menor medida (más bien menor) hubiese debido participar con más vehemencia, y, sobre todo, efectividad.

¿Cuáles son estos actos?

a)    Es cierto que Franco y su caterva de fascistas ganaron una cruel guerra, y que instituyeron un régimen de terror y represión. Es cierto que la llamada “guerra fría” situó a España como aliado preferente por su posición anti comunista. Pero no es menos cierto que todos nos acomodamos en posiciones cómodas y a resguardo de la represión. Que a los pocos luchadores por la libertad y por la dignidad de un pueblo les dejamos que se pudrieran en cárceles o en fosas comunes. Que el Dictador murió en una cama hospitalaria con todas las distinciones (y patrimonio dudosamente adquirido) y recibiendo toda clase de honores de una gran parte del pueblo español.

b)    No solo no se conformó con gobernarnos o tiranizarnos durante cuarenta años, sí no que nos dejó como herencia a un Jefe de Estado nombrado por él. Dadas las circunstancias sociales y políticas, el Referéndum para aprobar la Constitución tienen demasiados flecos como para tomarlo como aprobación de una monarquía.

c)    Hemos sido capaces de elegir democráticamente a personajes que la ley ha considerado como delincuentes, y que como único programa tenían su enriquecimiento personal y la exaltación de su ego ¿No es ese el caso de Ruiz Mateos y Jesús Gil?

d)    No puedo comprender cómo los electores en las zonas más castigadas por la corrupción voten a los mismos corruptores. Y no me valen, desde el punto de vista político, las absoluciones por defectos de forma procesal, o por triquiñuelas legales. No sabemos, o, más bien, no queremos distinguir entre la responsabilidad penal y la responsabilidad política, y no sólo no sabemos, si no que aceptamos como buena esta situación y la premiamos en las urnas.

e)    No puedo comprender cómo unos miserables estén en la calle, y algunos de ellos cobrando del Estado en espera la resolución de la apelación, mientras que unos políticos que tuvieron la ocasión de marcharse de España para eludir la acción de la justicia, como hicieron algunos de sus compañeros, hayan estado en prisión preventiva sin fianza más de un año. Y no estoy prejuzgando la gravedad o no de sus actuaciones.

f)     Pero si me que quedase la mínima intención de sentirme orgulloso de ser español, se hubiesen borrado completamente ante las “cloacas del estado”. Se monta un entramado para esparcir noticias falsas sobre un partido rival, utilizando de forma fraudulenta los recursos del Estado, y cuando se descubre el caso, solo hay imputados agentes de segundo orden ¿Alguien puede cree que todo ha sido obra de un par de Comisarios? ¿Sus responsables políticos eran tan inútiles que no se enteraron de nada? Han salido a la luz las actuaciones en contra de Podemos, y también algo sobre algunos independentistas ¿Pero, han sido sólo esos casos? ¿No vienen a la memoría la saga de muertos entre los testigos e imputados de diferentes tramas de corrupción? ¿Qué consecuencias políticas ha tenido en España?

 

Los EE.UU. no es  mi modelo de país democrático, pero Watergate no fue algo menos conflictivo, y cayó el Presidente Nixon.

Después de leer esto ¿Comprenden las razones por las cuales no me puedo sentir orgulloso de ser español?


viernes, 12 de abril de 2019

¿Un paseíto?




La semana próxima es lo que se llama Semana Santa, a pesar de que también se podría llamar: la Semana de  unas Segundas Vacaciones (para quienes se las puedan permitir).

En principio, no tengo nada que objetar contra  esta semana de tantas connotaciones religiosas, y, aquilatando más aun, contra las procesiones que en nuestro país, y en algunos otros lleva aparejadas como son las procesiones.

Puedo comprender que el fervor religioso de los fieles católicos necesite realizar penitencia. Puedo comprender que algunos no tan fieles quieran lucirse con sus trajes kukuclanescos. Puedo comprender que son atractivo turístico, y sirven para mostrar que el medievalismo no solo permanece en calles, casas, e iglesias. Si no que también permanece en las mentes. Puedo comprender todos los argumentos que se utilizan para defender esta manifestación festiva – penitente- religiosa, y también todas las que se puedan utilizar en un futuro, pero…

Entiendo muy bien, y hasta cierto comparto, que quieran manifestar sus sentimientos religiosos, o bien escenificar el aspecto folklórico que tienen sus procesiones

Pero yo me pregunto ¿No tiene la Iglesia Católica de España sus propios recintos? Si, esos hermosos y monumentales recintos, muchos de ellos adquiridos por la Ley que les otorga el derecho a la inmatriculación (Ley de difícil encaje legal, y, ya de paso que estamos, por los cuales no pagan el IBI) con el suficiente espacio para dar todas las vueltas que les apetezca, y lógicamente, aprovechando la exención de impuestos, cobrar entradas para ver a personas cargadas de cruces y pesadas cadenas a los pies. Píenselo, que puede ser un buen negocio.

Repito, por si no ha quedado claro, no estoy en contra  de las procesiones, es más, he dado una idea para que las iglesias recauden más dinero. Lo que no me parece bien es la ocupación, en mi opinión de forma  abusiva, de lugares que son, o al menos deberían ser, de uso de los ciudadanos, creyentes de esa religión o de cualquier otra fe, e, incluso, de los agnósticos y de los impíos ateos.

No se debe olvidar que muchos ciudadanos, el único ejercicio que realizan diariamente es caminar, que es necesaria, según los médicos, esta práctica  para conservar la salud, y, que, además, tiene la virtud de no contaminar ni fomentar el calentamiento global.

Bueno, pues ese esparcimiento saludable viene alterado por las procesiones, ya que, además de tener que evitar muchas vías ocupadas por las cofradías y sus penitentes, tenemos el grave peligro de resbalar  y caer a consecuencia de los  rastros de cera que van dejando a su paso. Teniendo en cuenta que si una caída siempre puede tener consecuencias indeseadas en personas de edad, estas consecuencias pueden ser muy graves.

Además de estos problemas de ocupación de lugares públicos, y de los daños que pueden ocasionar en la salud, hay motivaciones económicas, a saber:

¿Por qué tenemos que pagar todos, católicos y no católicos, la limpieza de la mencionada cera?

¿Por qué la Sanidad pública, que también pagamos todos ya sean católicos como si no lo son, tiene que afrontar los gastos sanitarios derivados de las caídas?

Por favor, si alguien piensa que se justifican por la tradición religiosa, antes de escribir opiniones, que recuerda que quemar en la hoguera y de formas pública a herejes y brujas también se justificaba así. Gracias por atender a esta recomendación.

Y ahora un ¡Hasta luego!, que quiero aprovechar para dar un paseíto antes de que la semana que viene comiencen las procesiones.

viernes, 5 de abril de 2019

Me preocupa




Me preocupa, asusta, y, casi me atrevo decir, me aterra la estupidez militante, la inconsciencia de los ciudadanos, el pasotismo intelectual de las masas, las elecciones masivas en función de una estética, la carencia de actitud crítica colectiva, y el que una masa amorfa pueda decidir sobre la posición de las personas en la sociedad.

Me preocupan los fascistas, se vistan del color que se vistan, o adopten la estética que adopten, por su desprecio a las opiniones ajenas, por su afán de estructurar las vidas ajenas, por su intolerancia y su fanatismo ciego, por no dudar en usar la violencia como método de imponer sus creencias, por su totalitarismo y no aceptación del más mínimo diálogo.

Pero, con toda esa preocupación por este fenómeno siempre latente en la humanidad, y que siempre aflora con más fuerza, creo que aún me da más miedo la gente estúpida capaz de aceptar esas doctrinas, por moda, por su incapacidad de análisis, por no pararse a pensar lo que les representa, incluso a su vida personal y social, la aplicación de las premisas fascistas. Y me asusta porque a un fascista se le puede combatir con la palabra y las ideas su dialéctica de los puños y las pistolas. Mientras que a los idiotas no hay método de combatirlos, se mueven a merced de flujos incontrolables, y no son capaces de discernir entre una solución que les es favorable, y una que va en contra de sus propias personas e intereses.

Valga como ejemplo que el Coordinador Económico de Vox, candidato en sus listas por Málaga, y teniente del ejército, además de economista, D. Rubén Manso, abogue por un redefinido “Estado de bienestar”, donde no estaría contemplada ni la sanidad, ni la enseñanza pública, ya que ambas son, según sus palabras, discriminatorias para los ricos.

Vamos a ver, ¿Cuántos de los potenciales votantes de Vox son tan ricos que se pueden permitir el lujo de ir a la sanidad privada para un tratamiento costoso?, ¿Cuántos se pueden permitir pagar la prótesis de cadera o de cualquier otra prótesis de articulaciones necesaria en muchos de los casos por una simple caída? Sí, hay seguros privados de salud, pero vean lo que cubren, por cuanto tiempo, y si entran los medicamentos.

En cuanto a la enseñanza pública, no solo entran en esta categoría los colegios públicos, así que deben olvidarse de los centros concertados, e, incluso, de las universidades públicas, que, aparentemente, tienen tasas de matrículas muy altas, pero vean y comparen estas tasas con las de las universidades privadas.

Pues, si VOx ha elegido como responsable económico al Sr. Manso que es el que preconiza estas medidas, tiene que ser porque está de acuerdo con ellas, ¿no?

¿Cuántos de sus potenciales votantes, si supieran leer y si supieran pensar, les votarían?

Pero que no se preocupen sus dirigentes, hay una masa lo suficientemente elevada para seguirles sin saber atenerse a las consecuencias.

¡Y así nos va!