viernes, 19 de abril de 2019

¿Orgulloso?




Conozco a algunas personas a las que respeto, e incluso admiro por sus convicciones, que se muestran orgullosas de ser españolas. Sinceramente, yo no soy capaz de estarlo y a continuación expondré los motivos de esa incapacidad.

Para sentirme orgulloso de algo, necesito ser partícipe de lo que me produce orgullo. Es cierto que soy español, nací en España, pero de esa circunstancia no tengo ninguna responsabilidad ni participación, simplemente mi madre estaba en España, y se nace donde está la madre en el momento del parto.

Aparte de esta situación que viene dada por la naturaleza, encuentro demasiados casos de la historia reciente que me avergüenzan terriblemente, y en los que en mayor o en menor medida (más bien menor) hubiese debido participar con más vehemencia, y, sobre todo, efectividad.

¿Cuáles son estos actos?

a)    Es cierto que Franco y su caterva de fascistas ganaron una cruel guerra, y que instituyeron un régimen de terror y represión. Es cierto que la llamada “guerra fría” situó a España como aliado preferente por su posición anti comunista. Pero no es menos cierto que todos nos acomodamos en posiciones cómodas y a resguardo de la represión. Que a los pocos luchadores por la libertad y por la dignidad de un pueblo les dejamos que se pudrieran en cárceles o en fosas comunes. Que el Dictador murió en una cama hospitalaria con todas las distinciones (y patrimonio dudosamente adquirido) y recibiendo toda clase de honores de una gran parte del pueblo español.

b)    No solo no se conformó con gobernarnos o tiranizarnos durante cuarenta años, sí no que nos dejó como herencia a un Jefe de Estado nombrado por él. Dadas las circunstancias sociales y políticas, el Referéndum para aprobar la Constitución tienen demasiados flecos como para tomarlo como aprobación de una monarquía.

c)    Hemos sido capaces de elegir democráticamente a personajes que la ley ha considerado como delincuentes, y que como único programa tenían su enriquecimiento personal y la exaltación de su ego ¿No es ese el caso de Ruiz Mateos y Jesús Gil?

d)    No puedo comprender cómo los electores en las zonas más castigadas por la corrupción voten a los mismos corruptores. Y no me valen, desde el punto de vista político, las absoluciones por defectos de forma procesal, o por triquiñuelas legales. No sabemos, o, más bien, no queremos distinguir entre la responsabilidad penal y la responsabilidad política, y no sólo no sabemos, si no que aceptamos como buena esta situación y la premiamos en las urnas.

e)    No puedo comprender cómo unos miserables estén en la calle, y algunos de ellos cobrando del Estado en espera la resolución de la apelación, mientras que unos políticos que tuvieron la ocasión de marcharse de España para eludir la acción de la justicia, como hicieron algunos de sus compañeros, hayan estado en prisión preventiva sin fianza más de un año. Y no estoy prejuzgando la gravedad o no de sus actuaciones.

f)     Pero si me que quedase la mínima intención de sentirme orgulloso de ser español, se hubiesen borrado completamente ante las “cloacas del estado”. Se monta un entramado para esparcir noticias falsas sobre un partido rival, utilizando de forma fraudulenta los recursos del Estado, y cuando se descubre el caso, solo hay imputados agentes de segundo orden ¿Alguien puede cree que todo ha sido obra de un par de Comisarios? ¿Sus responsables políticos eran tan inútiles que no se enteraron de nada? Han salido a la luz las actuaciones en contra de Podemos, y también algo sobre algunos independentistas ¿Pero, han sido sólo esos casos? ¿No vienen a la memoría la saga de muertos entre los testigos e imputados de diferentes tramas de corrupción? ¿Qué consecuencias políticas ha tenido en España?

 

Los EE.UU. no es  mi modelo de país democrático, pero Watergate no fue algo menos conflictivo, y cayó el Presidente Nixon.

Después de leer esto ¿Comprenden las razones por las cuales no me puedo sentir orgulloso de ser español?


1 comentario:

  1. Te leo muy tarde, pero solo respecto a la fecha de publicación, no por el contenido, que es más que vigente hoy, como ayer, como mañana.
    El otro día, en una tertulia, un político del PP anunció un regalo a uno de ERC: un símbolo de igualdad, democracia, convivencia... y en lugar de la Constitución le entregó una bandera. ¿Estamos tontos? Estamos en un momento crucial, pero estaremos en un momento crucial "por los siglos de los siglos", ya que una vez han entrado los bocachanclas en política ya no nos los quitaremos de encima, y el miedo a su llegada al gobierno y a los cánticos del himno (o del "novio de la muerte") a la entrada al colegio ya se anuncian como primeras medidas, junto con el cierre de medios de comunicación.

    Estamos en un momento crucial permanente.

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