viernes, 30 de agosto de 2019

La vida sigue igual (o casi)




Soy, o, al menos, así lo creo, un optimista patológico, rayando con ser un iluso, llegando, en ocasiones, a sobrepasar este límite. Viene al caso esta entrada porque me tomé unas semanas de vacaciones, dejando de escribir en el blog, pensando, o, más bien, creyendo que así se me pasarían las nauseas de contemplar y comentar las miserias cotidianas de nuestras circunstancias políticas.

Cometí el error de entrar, aunque fuera menos habitualmente en Facebook, de leer algo de prensa escrita, y, a pesar de que procuro evitarlo, escuché algunas noticias en servicios informativos de radio y televisión ¿Me puede explicar alguien cómo se resuelve el dilema de estar algo informado y combatir la sensación de que se te revuelvan las tripas?

De forma no exhaustiva, y no necesariamente en orden, paso a enumerar algunas de las razones de mi sensibilización estomacal:

La composición y los objetivos del “nuevo” gobierno de la Comunidad de Madrid. Pero, al fin y al cabo, era lo previsible tras los resultados electorales, dada la magnífica campaña que hicieron los partidos de izquierda a favor del PP y sus adjuntos.

Para dificultar, aún más si cabe, el descanso que debería ser obligado en agosto y en cualquier otro mes, tenemos el tema de los refugiados, con miles cuya tumba es el mar en el que se bañan inconscientemente los veraneantes, mientras sus gobiernos impiden el rescate de los náufragos. Sirva como ejemplo la situación de uno de los barcos que operan en las labores de rescate en evitación de más muertes, con honda consternación de los gobernantes europeos, que permitían, por no decir obligaban, la permanecía en el mar, y sin permiso para desembarcar a los más de 150 náufragos a bordo de un barco que no reúne condiciones para albergar a tanta gente por un tiempo prolongado, con la negativa de las católicas autoridades de los países más cercanos (incluido el Estado Vaticano) para que desembarcaran, y luego distribuirles por los diferentes estados de la UE. Ante esta situación insostenible, nuestro activo Presidente (en funciones) salió de su profunda meditación y envió un barco a recogerlos. Su alarde de rapidez en atajar las crisis, resultó innecesario, ya que la fiscalía italiana determinó que era urgente que se realizará el desembarco, a pesar de los deseos del ejecutivo italiano.

Otra de las cuestiones que me evitan una vida pacífica y placentera es el aumento de la violencia contra las mujeres y de los asesinatos por mor de la violencia de género, mientras el partido misógino que es VOx niega la existencia de este tipo de situación, en tanto que sus aliados le jalean y baten las palmas hasta con las orejas.

Y, ya por último, me parece que unos cerebros privilegiados han debido leer las estadísticas de intención de voto y han asesorado al Presidente (en funciones), que se encuentra exhausto tras la toma de la decisión descrita en un punto de este escrito, llegando a la conclusión de que, si se repiten las elecciones, los resultados serán tan extremadamente buenos que no habrá oposición suficiente para cubrir los puestos que les corresponderían en la Mesa del Congreso. Mientras tanto, el otro “gran líder” de la izquierda se dedica a lanzar proyectos que sabe que no van a ser aceptados, mientras pregunta a su espejito mágico si hay alguien tan guay como él.

¡Viva la alegría!