viernes, 28 de febrero de 2020

¿Acierta?




Tengo que empezar por decir que, mientras el Sr. Casado tiene toda la información sobre su partido, y, sobre todo, tiene el poder de decidir, según su criterio amparado en esa información, el derrotero político a seguir, en tanto que yo desconozco las interioridades y la correlación de sus fuerzas internas que apuestan por adoptar una política en sentido o en otro. En este caso, solo dispongo de la información que proporcionan los medios, y de mi capacidad para analizar esas informaciones, y, por otra parte, esa capacidad que cito quizás no sea la suficiente para abordar el tema.

Resulta obvio que no pretendo discutir su decisión, y mucho menos trato de enmendarle la plana, es una simple reflexión personal.

Por tanto, reitero que este escrito no me lo dicta un afán de inmiscuirme en las interioridades del principal partido de la derecha española, es fruto de mi extrañeza ante la elección que ha adoptado su líder, en contra de las tendencias históricas, y de las preferencias del elector medio español.

He dicho en reiteradas ocasiones, y la estadística lo confirma, que la formación que logra transmitir al electorado que es el centro, siempre ha salido victoriosa de los comicios.

Partiendo de esa premisa, resulta un tanto incomprensible (no digo que errado) que se haya defenestrado al Sr. Alonso que, por sus últimas declaraciones y actuaciones, daba un perfil centrista y moderado, para sustituirlo por el Sr. Iturgaiz, representante, junto con el Sr. Mayor Oreja, del ala más dura e intransigente del PP. El Sr. Iturgaiz, que tuvo que vivir momentos muy duros como dirigente, recordemos el asesinato de Ermua, se mostró tan radicalmente en contra de cualquier reconocimiento de actividad de carácter nacionalista, que el PP, al menos aparentemente, tuvo que darle pasaporte, y presentarle como candidato al Parlamento Europeo. Y allí se mantuvo hasta las últimas elecciones, en las que le colocaron en una posición que no era de salida.

Su vuelta representa que el PP ha optado por su perfil más derechista. Los llamamientos a los votantes de Vox, asegurándoles que su mensaje era compartido, y que se encontrarán en su casa en el nuevo ¿nuevo? PP, así lo dan a entender.

Pero no sólo es el cambio de dirección en el PP vasco. Está también el hecho de que la causa visible de este cambio es la coalición con C’s, que siempre se ha mostrado partidario de eliminar el llamado “concierto vasco”. Este concierto puede ser muy contestado, y causar fuerte rechazo fuera de Euskadi, pero allí goza de un gran predicamento. Esta posición, nunca ocultada, puede ser un arma electoral de los partidos nacionalistas vascos para desmovilizar cualquier avance de la nueva coalición. No hay que olvidar que C’s ha cosechado grandes fracasos en aquellas tierras. En mi opinión, no sumará votos, pero puedo estar equivocado.

Quizás, y solo quizás, este cambio pudiese ser una estrategia a más largo plazo de cara a futuras elecciones, especialmente dirigidas a las elecciones generales para alcanzar el gobierno español. La estrategia consistiría en sacrificar los resultados de Euskadi, cuyo gobierno, o su influencia en él, dan por perdido de antemano, para dar una imagen más centralista, y antinacionalista periférica, para que volvieran al redil de la casa común de la derecha los votos escapados a la más extrema derecha.

¿Es una buena idea la reafirmación de sus posiciones más derechistas? Se verá. Aunque sigo opinando que la clave del triunfo es convencer de que se representa al centro. Y eso, con la alianza de PSOE y UP, y la ayuda de los medios, no lo tendrían demasiado difícil.

¡Oh! Que no quiero dar ideas. Haced como si no lo hubiese escrito.

viernes, 21 de febrero de 2020

Constitucionalistas



 

Se opine lo que se opine sobre la total vigencia, o sobre la necesidad apremiante de adaptarla a los tiempos actuales, no cabe duda de que cada día se van aprendiendo cosas nuevas en cuanto a su interpretación.

Me ha costado, reconozco que he sido torpe y lento, pero al final he comprendido, o, al menos, eso creo, el mecanismo por el que se rige el ser o no ser constitucionalista.

Explico a continuación algunos de los mecanismos para llegar a este convencimiento, así como algunos de los escollos que he encontrado en el camino hasta que he llegado al final a comprender las claves para encontrar la senda del conocimiento.

Lo primero que me dejó atónito, y que aún queda dentro de los temas a resolver, es: Que un partido cuyo faro y guía se posicionó en principio en contra de la Constitución sea el que determina actualmente si otra formación política es constitucionalista o no, haciéndolo, además, de forma inapelable. No creo que sea porque se consideran a sí mismo herederos políticos de aquél que fuera “Caudillo de España por la gracia de Dios”, y hayan asumido el mandato divino de ser los guardianes de sus verdades eternas, y la gracia de nombrar a los justos y separar a los réprobos. Aunque admito que puedo estar errado en este punto.

No voy a hablar específicamente del Título preliminar, capítulo 1º, punto 1, en cuanto a que la igualdad se refiere también al género para que no me llamen tendencioso, a pesar de que crea firmemente en que sí se debe referir a él, pero si los divinos interpretes dicen que se puede ser constitucionalista sin creer en ese punto, debo estar equivocado.

Otra de las cuestiones que no me cuadraban se refería al mismo título, en su artículo 4, párrafos 2 y 3, que me llevaban a preguntarme: ¿Cómo algunos partidos, incluso su máximo guardián, pueden negar el uso cooficial de las lenguas propias y ser constitucionalistas?

Y para no salir, de momento, del título preliminar, ¿Cómo se puede pedir la disolución e ilegalización de los partidos nacionalistas, si expresan el pluralismo político, como está recogido en el artículo 6?

Tampoco entendía cómo los que detentan el poder de decidir lo que es conforme a la Constitución no denunciaban que las mujeres tengan una remuneración menor que los hombres, a pesar de lo que se dispone en el Título 1º, Capítulo 2º, artículo 14 en cuanto a la igualdad de españoles y españolas.

Podría resultar incomprensible que los que quieren que se cumpla que todos los españoles dispongan de una vivienda digna, según establece el Capítulo 3º, Sección 2ª, artículo 47, sean considerados anti constitucionalistas, y los que no sólo no la promueven, si no que propugnan políticas contrarias sí lo sean.

En relación al Titulo 8º, quizás por su indefinición, es donde se dan las paradojas más significativas, ya que, cuánto más contrario seas a la ley y al espíritu de este Titulo, más constitucionalista se es, y cuánto más lo defiendas, y más intentes seguir su desarrollo, menos lo eres, pudiendo llegar a ser incluso por ello traidor y felón.

Quizás cualquier persona no versada en el tema, no sepa que el PP, desde la era del ferviente converso a la adoración a la Constitución, Sr. Aznar, haya utilizado todas las artimañas para evitar la renovación de la cúpula del Poder judicial, en contra del espíritu y la letra del Titulo 6º, artículo 122, en referencia al Consejo del Poder Judicial, y del Título 9º, artículo 159, párrafos 1 y 3, con referencia al Tribunal Constitucional, y esto les pudiera parecer un acto de filibusterismo parlamentario. Pero se equivocan, sólo la derecha, y dentro de ella el PP, conocen las claves para que cualquier acción pueda ser favorable o contraria a la Constitución.

Entonces ¿Qué criterio se puede seguir para saber si alguien es fiel seguidor de la Sacrosanta Constitución, y es capaz de defenderla contra todo tipo de ataques? Muy sencillo: los únicos legitimados para interpretarla son los componentes de los partidos de la derecha, con el PP como paladín al frente.

¡Ah! Y no me contradiga en esto, pues en caso contrario informaré al supremo defensor de las ortodoxia para que le declare traidor y felón.


viernes, 14 de febrero de 2020

Otra vez




No sé si resulta más frustrante la incapacidad de una parte de la sociedad para explicar de forma clara y didáctica a la otra parte de dicha sociedad la diferencia entre derecho y obligación, o la absoluta cerrazón mental de esta última parte para comprender la diferencia.

Esta vez la incomprensión viene referida al tema del derecho a una muerte digna mediante una ley para la regulación de la eutanasia.

La derecha, sobre todo la más ultramontana, ya que, al menos de momento, se desmarca C’s, se opone tajantemente, e, incluso me atrevería a decir que de una forma feroz, a que se regule esta práctica. Hay una cierta derecha que añora y/o justifica la pena de muerte como método punitivo, pero se opone, desconozco cuál es su mecanismo mental para adoptar esa posición, a que alguien decida que, por su sufrimiento y/o degradación física o intelectual, no quiere vivir más.

Los que se oponen a la práctica de la eutanasia quizás teman que se aplique de forma masiva, incontrolada, o por motivos económicos u otros inconfesables, pero, precisamente, si se regula debidamente estas causas no podrán producirse.

Quizás, y acaso por su incapacidad de distinguir entre derecho y obligación, crean que será obligatoria en algunos casos en contra de la opinión del actor, volviéndose a equivocar, ya que, al ser un derecho, pueden o no acogerse a él, no estando obligados en modo alguno a ser sujetos pacientes de dicha práctica. Al igual que en el caso anterior, la regulación llevaría aparejada su correcta aplicación.

Repito: Es un DERECHO, y, por tanto, es voluntaria su aplicación, y no una OBLIGACIÓN, por tanto no es en modo alguno obligatoria su aplicación ¿Alguna duda?

Puedo entender la postura de la Iglesia católica en este tema. Ha tenido, al menos en España, la exclusiva en los asuntos de la muerte hasta hace muy poco, y a nadie le gusta que le quiten sus exclusivas. Es más, creo que están en su derecho de obligar a sus fieles y creyentes a seguir sus normas, ya que cualquier club social con muchos menos socios o adeptos, exige unas normas a éstos ¿Por qué entonces no va a poderlo hacerlo la Iglesia, que tiene más arraigo y solera?

El problema surge cuando la sociedad civil intenta variar las normas de la Iglesia, caso bastante infrecuente; y cuando, en el caso más común, la Iglesia pretende imponer sus normas a la sociedad, sea esta creyente, no creyente, o partidarios del Atletí.

El mismo fundador de la Iglesia cristiana dijo (o se le atribuye a él): “Dad al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios”. No quisiera equivocarme, pero cierta Jerarquía Eclesiástica parece haber tomado la frase con una cierta desviación del sentido original dejándola en: “Dad a Dios lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios (y nosotros somos los Consejeros Delegados ejecutivos)”.

Podemos sacar la consecuencia de que, otra vez, y van… confunden los conceptos de Derecho y Obligación.


viernes, 7 de febrero de 2020

¿Civilizados?




Dije, ya hace bastante tiempo, que la ventaja de escribir en un blog propio es que se puede elegir el tema sin tener que rendir cuentas a nadie, que no  afecta  la opinión de terceros en la elección, y tampoco existe el temor a que alguien intente censurar el contenido. El peor de los casos contemplados es que pudieses perder lectores.

Hoy es uno de esos días en los que escribo sobre un tema local, que, posiblemente ,para muchos resulte intranscendente, más intranscendente aún que el de otras semanas, pero que hace brotar desde lo más hondo mi indignación y me hace preguntarme ¿Cómo es posible que esta gente hable de respetar derechos adquiridos?

Los hechos que motivan este escrito son los siguientes: la Policía local de Palma tenía una sección canina especializada en la detección de sustancias estupefacientes. Creo que llegó a disponer de hasta seis u ocho perros completamente adiestrados y plenamente operativos.

En un momento determinado, se decidió disolver la citada unidad canina, sin que trascendiera el destino de los perros a ella asignados. La Policía Local tenía demasiados problemas judiciales, y se ocultaron las vicisitudes de estos esforzados trabajadores caninos.

En los últimos días transcendió que los postreros componentes estaban confinados en Son Reus, a la espera que alguien los adoptara.

Creo que debo explicar qué es Son Reus, ya que, aunque muy conocido en Mallorca, los que no residan aquí no sabrán cual es la realidad que encierran estas dos palabras. Para que se pueda comprender la cuestión, paso a describirlo.

Son Reus, es una dependencia municipal donde se custodian los perros abandonados, los perdidos que no llevan ningún tipo de identificación, donde en algunos momentos están hacinados, sin poder salir de las jaulas donde están recluidos, a no ser por voluntarios que se prestan  sacarles a dar un paseo, a los que pueden y cuando pueden. Creo que queda lo suficientemente claro qué es y cuál es la finalidad del lugar. Resumiendo: las instalaciones donde a los perros que no son reclamados o adoptados en un determinado lapso de tiempo se les sacrificaba, si bien ahora el objetivo es” sacrificios cero”.

Pues en ese lugar han estado estos perros, después de una vida dedicada al trabajo y al servicio a la comunidad. Ahí han estado ante la indignidad de un consistorio. Ahí han permanecido hasta que, para vergüenza de un equipo de gobierno, la opinión pública y grupos animalistas han conseguido que, por puro electoralismo y no por dignidad, sean reintegrados a sus antiguos caniles, y vuelvan a ser tratados como se merecen por su dedicación a la sociedad.

Para que sea más patente la iniquidad, hay que decir que todos tienen edades avanzadas, que dos están enfermos de leishmaniosis, y el tercero prácticamente ciego y con problemas graves de audición. Al reencontrarse con su antiguo hogar, los tres han mostrado su alegría y se encontraban más restablecidos de sus dolencias.

Ya no pido que cuando fallezcan los entierren al lado de sus compañeros humanos, como sucede en el castillo de Edimburgo, pero sí unas condiciones dignas como pago a los servicios prestados.

¡Y tienen el valor (por no decir poca vergüenza) de considerarse progresistas y defensores de los trabajadores!