viernes, 29 de mayo de 2020

¿Mononeuronales? (crónicas de encierro 11)

El homo sapiens, por su complejidad, sus características orgánicas, su capacidad de producir sonidos articulados, su habilidad para fabricar y utilizar herramientas, y, en general, para adaptarse a todo lo que representa su modelo de vida necesita una cantidad ingente de millones de neuronas que, en conjunto, permiten desarrollar todas las funciones necesarias.
Sinn embargo, ha rebrotado, o, al menos, todo parece indicarlo así, una mutación genética que, a pesar de no tener variaciones notables en el fenotipo, si que las tiene en la utilización y distribución de sus neuronas.
Los mutantes son capaces de moverse, especialmente en grupos amorfos, de gritar, de seguir trapos de colores. Tienen una capacidad selectiva para oír, son capaces de asimilar frases muy sencillas y hacerlas suyas. Pero, sobre todo, se caracterizan por una nula capacidad de raciocinio, y  una carencia total de capacidad de análisis.
Estas características hacen que sean un conjunto fácilmente manipulable, lo hicieron Hitler, Mussolini, Stalin, o Franco. Y actualmente, lo hace un grupo de indeseables que, por ambiciones perversas, no dudan en azuzar el odio de ese rebaño, que no es capaz de advertir, que lo que están exigiendo es en perjuicio propio, y en beneficio de una minoría de la que no forman parte.
Les dicen que la manifestación del 8 M fue nefasta por que favoreció la expansión del Covid 19, pero no tienen capacidad para comprender que ese mismo día hubo cine, futbol, misas, aquelarres políticos, y todo el conjunto de actividades habituales que pudieron tener el mismo efecto. Además, no pueden  advertir que van convocados a manifestaciones y “caceroladas” sin guardar la distancia social, instigados por los mismos que demonizan el 8 M ¿Es que un trapo rojo y amarillo, preferentemente con un aguilucho, es una vacuna contra el coronavirus?
Les han enseñado a repetir: “Gobierno dimisión” (otra frase un poco más compleja, como el “¡Váyase Sr. González!”, no serían capaces de comprenderla) ¿Dimisión para qué?, ¿Para en vez de ERTEs, aplicar EREs?, ¿Para suprimir las exiguas ayudas, pero ayudas al fin?, ¿Para terminar de liquidar la Sanidad Pública, que tantas vidas ha salvando y continúan haciéndolo?, ¿Para suprimir la renta de inserción?, ¿Para liquidar las pensiones públicas, y sustituirlas por privadas, suponiendo que puedan afrontar el gasto?
¿Para tener Libertad? ¿Esa libertad que se tenía cuando el Dictador Franco se la arrebató a los españoles, y que ellos se niegan a condenar?, ¿Para imponer sus creencias caducas y excluyentes?, ¿Para seguir manteniendo sus privilegios de clase?
Puedo comprender, que no respetar  ni compartir, la posición de los dirigentes ultras, pero no la posición del Sr. Casado y su camarilla, que están compitiendo en el mismo terreno que esa gente que intenta deshumanizar a la sociedad, en vez de liderar una derecha democrática, que represente los intereses de una gran parte de los españoles, que aporte soluciones desde su óptica, que demuestre que, en caso de una grave crisis humanitaria de carácter global, luche por el bien común, como están haciendo las distintas oposiciones de nuestro entorno sociológico, en vez de buscar, a cualquier precio, su lucro personal.
Por último, creo que la única explicación pausible para la conducta de cierto número de gente es, como he dicho anteriormente, una mutación genética que ha afectado a la funcionalidad de sus neuronas.



viernes, 22 de mayo de 2020

Rap del migrante ((cronicas de encierro 10)




                                            Rap del migrante

Por una vez, este escrito no lo he hecho yo, lo han escrito: Fatima, Ouda, Ahmad, Yassim, Yasser, Jousep, Kinsley y muchos más que es imposible citar, yo me limite a poner en orden sus qus pensamientos.
Pero no puedo dejar de pensar en ellos, en como estarán pasado el confinamiento, en que forma obtendrán su sustento en...



viernes, 15 de mayo de 2020

Echemos una mirada (crónicas der encierro 9)



A estas alturas de la película, creo que sería bueno hacer una parada y echar una mirada a nuestro alrededor para ojear  nuestro entorno, antes de sacar el cilicio para fustigarnos, o el botafumeiro para vanagloriarnos como país de las actuaciones de nuestro gobierno ¿No les parece conveniente?
Empecemos por los amos del Imperio occidental. Es muy difícil hacer una  comparación entre ellos y la situación europea. Hay diferentes causas que  impiden  una comparación global entre sus circunstancias y las nuestras. Quizás la razón más importante que nos diferencia es la posición de su Gobierno y de una gran parte de sus ciudadanos, ya que son  contrarios a una sanidad pública, global, y sufragada mediante impuestos, como ocurre con la cultura europea del estado de bienestar. Con esta situación, en los EE.UU. los declarados oficialmente como pobres y que cumplen una serie de requisitos administrativos sí que están, al menos en teoría, protegidos sanitariamente, pero la clase media queda al aire, ya que la mayoría de los seguros privados, asequibles a los trabajadores, no cubren los casos de pandemias de este tipo. La medicina en los EE.UU. puede tener los mejores especialistas, pero no resulta lo que se llama barata. Por no hablar de los diferentes posicionamientos entre seguridad vs. Salvaguarda de la economía en los diferentes estados. La coyuntura entre la carencia de una sanidad pública y la teoría, muy arraigada entre los pertenecientes al Partido Republicano (que conforman el gobierno del país y buena parte de los estados con mayor número de casos registrados) de salvar a toda costa la economía, aun a costa de tomar medidas restrictivas, que son las únicas que se han demostrado efectivas para limitar el avance de la enfermedad, ha llevado a ese país a liderar en valores absolutos el número de contagiados y de fallecidos.
Gran Bretaña se pone como ejemplo de que no ha decretado el estado de alerta, pero se olvidan los detractores de esa posición de que el Parlamento ha  autorizado al Gobierno  a adoptar todo tipo de decisiones necesarias para luchar contra la pandemia, incluido el confinamiento de los ciudadanos. Es el tercer país en cuanto al número de infectados y el número de muertos ronda los 40.000. La oposición votó a favor de esa resolución, y, curiosamente, es el Partido Conservador, que es el que da soporte al Gobierno, el más crítico con las medidas restrictivas, que el Sr. Johnson se resiste a liberalizar al ritmo que le pide su partido ¿Tendrá algo que ver que él mismo estuvo afectado por el Covid 19, y tuvo que estar internado en una UCI?
Alemania es otro de los países que no ha decretado el Estado de Alarma, ya que, al igual que en  el caso británico, el Parlamento concedió al Gobierno autorización para que tomase las medidas oportunas para la lucha contra la pandemia, incluidas las de confinamiento y restricción de movimientos y de cualquier otra índole en ese aspecto. Tiene el respaldo de la oposición. Es de destacar que tiene un bajo número de fallecidos, a pesar de su alto número de población, y, aunque ha habido un ligero repunte, el número no llega a 8.000 defunciones debidas al virus.
Se apuntan dos posibles causas a estos favorables resultados. La primera es el alto porcentaje de sus presupuestos dedicados a la salud, que casi duplica al de España en gasto público en salud por habitante (no olvidemos que en nuestro país  está actuando con los presupuestos heredados del PP, ya que no le ha sido posible al Gobierno, por el momento, aprobar los confeccionados por él).  La otra causa que apuntan, y que no avalo ya que desconozco si es realidad o bulo, es que no han contabilizado a los mayores fallecidos en residencias geriátricas.
Francia, al igual que España, tiene declarado el Estado de Alerta. Aquí la resistencia a estas medidas viene encabezadas por una parte importante de la población que estaba en contra de las medidas neo liberales impuestas por el Sr. Macrón, y que ha aprovechado el estado en que se encuentra el país para reprimir y acallar las protestas. Ronda los 30.000 muertos, sin llegar a alcanzar dicha cifra.
Rusia, dadas las características del país, entre el tipo de gobierno, tan sui géneris, de su Presidente, no sé hasta qué punto pueden ser fiables sus cifras, es el segundo país del mundo en cuanto al número de infectados, con unos 250.000. No hay número oficial de fallecidos, y las cifras oficiosas resultan completamente inverosímiles.
Excepto en Rusia, que no se sabe muy bien si van o vienen, en casi todos los países se van tomando medidas más o menos escalonadas, tendentes a volver a una normalidad relativa y a relanzar la economía.
Como datos anecdóticos conviene destacar que más del 53% de los fallecidos en Bélgica han sido en residencias geriátricas, y que prácticamente la totalidad de países han comprado material sanitario defectuoso o totalmente inservible.



viernes, 8 de mayo de 2020

Ilumínenme (crónicas de encierro 8)





No voy a poner en duda la sapiencia y conocimientos de los eminentes virólogos e inmunólogos que vierten de manera altruista en las redes sociales indicándonos a los pocos legos en esa materia que osamos a entrar en Facebook o Tweeter sin los conocimientos suficientes, o, en mi caso, nulos en ambas materias.
Con suma humildad, reconociendo mis nulos conocimientos, rogaría que, apelando a sus demostrados conocimientos, se dignaran disipar algunas dudas surgidas al intentar comprender sus indiscutibles conocimientos científicos.
Paso a exponer, sin más preámbulos, mis consultas.
Parto de la base de que España tiene unos 47 millones de habitantes, en números redondos, y que el periodo de incubación de la enfermedad, o la llamada cuarentena, es de 14 días, ¿Correcto? Dado que dictaminan que es imprescindible la realización pruebas PCR a todos los residentes, resulta que en los 14 días se tendrían que realizar de promedio 3.357.142,86 pruebas diarias. No sé si habrán tenido en cuenta la infraestructura y el número de sanitarios necesarios para esa cantidad, pero, dado su brillante bagaje intelectual, no me cabe la menor duda de que si lo habrán hecho.
No acaban aquí mis dudas. Dado que la citada prueba sólo indica sí una persona se ha contagiado o no, este análisis se tendría que repetir, igual que se está haciendo actualmente con las pruebas aleatorias, a los 14 días, y no sólo una repetición, pues para que sea efectiva la medida tendría que repetirse una siguiente vez.
Bien, supuestamente, ya tenemos los análisis hechos y sabemos quienes están contagiados, aunque no hayan desarrollado síntomas. A partir del momento que aparecen como positivos, se les aísla y ya no producen más contagios. Aquí tengo otra duda ¿Cómo sabemos a quién han podido contagiar ya que, con nuestra legislación, sería atentar contra el derecho a la intimidad intentar averiguar con quién ha podido encontrarse, y por dónde ha ido? Eso es un dilema de los que me gustaría que me informaran sobre cómo han previsto resolverlo.
Tampoco tengo claro que, si se tienen que hacer 3 pruebas a todos los residentes en España, haya las 141.000.000 dosis necesarias para hacerlo. Pero habrá más laboratorios de los que yo conozco para fabricarlas sin problemas. La cuestión económica tampoco debe ser problema con el presupuesto para la sanidad previsto en los heredados Presupuestos Generales del Estado, ya que, a unos 60€ que cuesta el kit del PCR, todo esto asciende a la irrisoria cantidad 8.460.000.000 €.
¡Qué lástima me dan los pobres países grandes del norte que no tienen estas eminencias que disfrutamos nosotros para aconsejarles! Ya que ninguno de ellos llega a hacer pruebas al 30% de su población.
Al margen de mis dudas en cuanto a la logística, que continúan sin resolverse. El interés real, al menos en la comunidad autónoma donde resido se podría medir con cifras reales que no parecen coincidir con la “unánime petición” de pruebas para todos, ya que los llamados aleatoriamente para hacerse las pruebas un 38 % de los elegidos (casi 4 de cada 10) o no han aceptado o no han aparecido) y son datos que se pueden ver en la prensa de Baleares del 6 de mayo del año 2020, no extraídos directamente de mi teclado


viernes, 1 de mayo de 2020

¿Se acuerdan? (crónicas de encierro 7)




En unos momentos de miedo al presente por la pandemia, de terror al futuro por las consecuencias económicas, de incertidumbres, de dudas, de replantearse el futuro, tanto en un plano personal como colectivo, aún podemos tener una esperanza: Si nos alcanza el mal, peor o mejor, tendremos  asistencia sanitaria, si nos afecta a la salud, o en forma de subsidio (ayuda, o démosle el nombre que se quiera), si nos alcanza la crisis económica que se vislumbra.
En esta España nuestra, existe un colectivo del que nadie habla en estos momentos, pero que está ahí, sin derechos, sin subsidios, a pesar de la falsa propaganda de indeseables fascistas, sin forma de ganarse el parco alimento en la economía sumergida.
Pero están ahí, son seres humanos, son nuestros semejantes, necesitan alimentarse, necesitan vestirse, necesitan descansar, y, para lograrlo, necesitan trabajar.
Aquí es donde me gustaría que esos patriotas de banderas y aguiluchos me dijeran, si fuesen capaces de hilvanar una frase sin auxiliarse de rancias consignas ¿Cómo es posible que, si vienen a quitarnos el trabajo que por derecho divino nos corresponde a los españoles, haya tantos/as dependientes que han quedado desasistidos al no poder desplazarse los/as cuidadores/as hasta el domicilio del dependiente a causa del confinamiento, ya que, al no estar legalizada su estancia, no podían trabajar, y, por tanto, obtener el salvoconducto para salir de casa? Lógicamente, los de las pulseritas no han ido a paliar la situación.
¿Cómo es posible que ahora que no hay ladrones de puestos de trabajo, los agricultores de Hueva vean pudrirse las fresas en las plantas, o los tomates en el mar de plásticos de Almería, o la fruta en el Maresme?, ¿Dónde están los afectados por el robo de puestos de trabajo que no acuden en tropel a recuperar esos puestos de trabajo que legalmente les pertenecen, según la propaganda de la caterva racista?
Para combatir el odio de la propaganda fascista no voy a caer en la simplicidad de defender que todos los emigrantes son honrados y vienen a trabajar. No es cierto. Entonces sí que serían diferentes a nosotros. Los emigrantes son seres humanos, como nosotros. Los hay trabajadores, como nosotros. Los hay holgazanes, como nosotros. Los hay honrados, como nosotros. Los hay malhechores, como nosotros. Y los hay que, en principio, eran horados, pero, ante las dificultades y la tentación del dinero fácil, caen en la delincuencia, como nosotros.
Y sí, vienen muchos ilegalmente, ¿Pero quién no huiría de una guerra, o del terror, o de la hambruna, o de los gobiernos corruptos y opresores impuestos para el beneficio del primer mundo?
Hay gente que intenta separar por causas las diferentes circunstancias de la emigración, como podría ser la emigración para pedir refugio político, por motivos ideológicos, religiosos, o, incluso, de identidad sexual, y la emigración por motivos económicos.
Personalmente opino, y solo es una opinión, que no hay tales. Toda causa es económica, ya que esas guerras, o esos gobiernos despóticos y tiranos se mantienen por causas económicas, y, llevando a un extremo la situación, no sé si es peor que te caiga una bomba y te mate, a que te mate el hambre, y ver cómo se mueren por esa misma causa los tuyos.
Por último, no puedo menos que pensar en esa especie de Alzheimer colectivo que sufrimos los españoles en materia de emigración. Hemos olvidado, casi por ensalmo, que históricamente España ha sido tierra de emigración. Ciñéndonos al último siglo, y para respetar las divisiones tradicionales, hemos tenido emigrantes políticos, gracias al dictador fascista que tanto parecen añorar algunos, y otros económicos, a causa de las políticas del dictador citado anteriormente.
¡Ah! Que no digan algunos que los españoles se fueron todos  de forma legal y con contratos de trabajo porque mentirían como bellacos. Conozco a los suficientes con nombre y apellidos como para desmentir ese bulo. Es cierto que los hubo en esas condiciones, pero hubo muchísimos  que entraron en otros países de forma ilegal.