viernes, 25 de septiembre de 2020

Lo urgente y lo inmediato


 

Para realizar una gestión eficiente en cualquier aspecto de la vida, tanto las persona físicas como los colectivos, tienen que hacer una serie de reflexiones cómo: ¿Qué labores tengo que realizar?, ¿De qué medios dispongo?, ¿Cuáles deben ser mis prioridades?, ¿Cómo distinguir entre lo urgente  y lo inmediato?

Estoy, o al menos quiero estarlo, convencido de que el Sr. Sánchez tenía trazado en su mente un plan estratégico de actuación, y, para lograrlo, formó un gobierno, que, teniendo en cuenta la matemática electoral que en parte le condicionaba, era tendente a realizar los objetivos que se marcó para la legislatura.

Con sus objetivos personales, los de sus socios de gobierno, y teniendo en cuenta que carecía de fuerza parlamentaria suficiente, debió tener en cuenta que necesitaría apoyos exteriores. Por tanto, a su proyecto inicial se debieron unir otra serie de objetivos. Una vez  completada la lista se debe estructurar para intentar que no entraran en colisión al provenir de diferentes sensibilidades políticas.

Supongamos, a pesar de no ser cierto, que ya se hubieran consensuado las políticas y actuaciones a seguir, a continuación viene la pregunta ¿Con qué medios se cuenta? Y aquí empiezan los verdaderos problemas.

El primero es la entrada imprevista y avasalladora de una pandemia, que hace bueno el titulo de este escrito, debiendo dejar todos los problemas urgentes y sus actuaciones para afrontar lo inmediato. Agravado por la actuación carroñera de algunos partidos que, en vez de aportar su colaboración, intenta, olvidándose de las necesidades de la sociedad, buscar un rédito electoral. El Gobierno se equivocó en muchas de sus actuaciones. Tuvo que improvisar ¿Pero, qué precedente había?, ¿Cómo estaba la sanidad en muchas de las CC.AA. después de la política de brutales recortes en los temas sociales?

Sin embargo, además de la malhadada pandemia, se debe gobernar para el día a día, para solventar los problemas de los ciudadanos en otros ámbitos, y volvemos a encontrarnos con el dilema de optar por dar prioridad a unas actuaciones o a otras.

Creo que lo más urgente es dar soluciones a los  problemas. Sin embargo, aquí nos topamos con la aplicación torticera de las leyes por parte del principal partido de la oposición, que no ha entendido (o no quieren entender) el principio fundamental de la democracia: La mayoría debe gobernar, respetando a las minorías. Aquí cabe preguntarse ¿Cómo se puede gobernar si no hay unos Presupuestos Generales formulados por el que debe aplicarlos?, ¿Es legal que el PP bloqueé la aprobación de los presupuestos? Indudablemente es legal ¿Se atiene este bloqueo a los principios de la democracia? Aquí…

Esta misma cuestión, a pesar de que se sale de los ámbitos de este escrito, nos la encontramos con la cuestión de la elección de los Magistrados del Supremo, donde no sólo se conculca el principio básico de la democracia, sí no la Constitución de la que se declaran celosos guardianes.

Ahora, además de los problemas sobrevenidos, falta que acierten en interpretar las necesidades de la población, y sepan separar lo urgente de lo inmediato.


viernes, 18 de septiembre de 2020

Privada vs. Pública

 


La Reina Letizia inaugura el curso escolar como es habitual al inicio del año lectivo desde un colegio de la C.A. de Navarra.

Como cada año, ha inaugurado simbólicamente el curso escolar desde un centro público.

El cuestionamiento de una parte de los grupos políticos que componen el parlamente de dicha comunidad, podría  no ser relevante ya que con este gesto, la Monarquía muestra su apoyo, o así lo parece, a la enseñanza y más concretamente a la escuela pública al elegir para el acto simbólico a un centro de este tipo.

Cabe preguntarse entonces ¿se le va a dar la importancia que se merece a la escuela pública como institución igualitaria y creadora de igualdad de oportunidades?  ¿Se le dotará para poder realizar estas labores de medios  materiales y humanos? ¿En tanto permanezca la enseñanza concertada se le permitirá que esta, de manera más o menos solapada fomente actividades que discrimine a los alumnos con familias con menor poder adquisitivo? ¿Seguirá la desproporción tan enorme en el número de alumnos con lengua materna diferente a la española entre la enseñanza pública y la concertada? Me temo que las respuestas y más que ellas las actuaciones de los responsables de la educación, seguirán en la misma línea que en los cursos anteriores. Naturalmente que hacer la comparación entre la enseñanza pública y la privada sería de una ingenuidad rayana  en la estupidez.

Volvamos al acto de inauguración del curso escolar. Quiero pensar que la Reina asistió a la inauguración para dar realce y apoyo a algo que considera importante: La educación pública.  y no para lucir su vestuario con sus correspondientes complementos. Ya que podrá haberlo hecho en un centro privado o en uno concertado.

Sin embargo esta actuación entra en una contradicción con la decisión personal de la Monarquía española al elegir  para que sus hijas realicen sus estudios en un centro privado y al decir de todos muy elitista.

Quizás sea, para seguir el ejemplo de otras monarquías europeas, de manera que vamos a ver lo que se hacen en otros países de nuestro entorno...

Noruega.- La princesa Ingrid, heredera al trono, asiste a un colegio público

Suecia.- Estelle, heredera al trono estudia en un colegio gratuito.

Países Bajos.- Amalia futura heredera asiste a un colegio público.

Dinamarca.- El Príncipe Chirstian es alumno se un colegio público

Bélgica.- Han elegido la enseñanza privada lo que ha provocado amplia contestación a esta decisión entre la ciudadanía. Uno de los hijos asiste a un colegio especializado para alumnos con problemas de de aprendizaje

España.- Creo que todo el mundo sabe a que colegio asisten las hijas de los reyes. Para evitar más publicidad me abstengo de decir su nombre

No voy a citar a que colegios van los descendientes de los presidentes de repúblicas europeas, ya que no son herederos a ningún cargo o prebenda. No obstante no puedo dejar de citar a Finlandia: donde la igualdad de oportunidades para ricos y pobres ayudó a que el país nórdico se convirtiera en referencia mundial en educación.

Tampoco expresaré mis  conclusiones, ya que las dejo para que lo hagan Vds.

 

 


viernes, 11 de septiembre de 2020

Creencias Vs. conocimientos

 


Había titulado el escrito como “Fe contra conocimientos”, pero he decidido cambiarlo ya que la palabra fe va, normalmente, unida a religión (cualquier religión) y no quiero, al menos hoy, entrar en temas teológicos.

Definiré primero el significado que les doy a ambos términos.

Empecemos por conocimientos: Son el conjunto de conceptos adquiridos mediante el estudio de materias científicas, tanto sociales como físicas, y avalados por pruebas objetivas.

Por el contrario, las creencias se basan en sensaciones, bien interiores o adquiridas por imitación, o por la aceptación sin ningún tipo de actitud crítica de los conceptos emitidos por personas que dicen estar en posesión de la verdad (con mayúscula) pero que no quieren, ni pueden, aportar ninguna argumentación rigurosa, y, por tanto, testimonios fiables.

Una gran diferencia es que, mientras que el que ha adquirido conocimientos está abierto a cambiar cualquier postulado a causa de unas pruebas que avalen que los primeros daos eran erróneos por defecto de forma o por error al interpretar los datos, el creyente se aferra a su verdad. No le importa que los hechos contradigan sus creencias. No le importa que la evidencia muestren que son falsas. No acepta que los mismos creadores de su bulo digan que se equivocaron y la teoría es falsa. Ellos siguen con sus convicciones.

En la actualidad han surgido con fuerza grupos de creyentes conspiranóicos, también llamados negacionistas, empeñados en negar cualquier tipo de evidencia científica. Para ellos todo es una conspiración para llevar a la humanidad a ser esclavos de un siniestro grupo.

¿Quiénes forman ese grupo? Pues desde los chinos hasta Soros, pasando por Bill Gates.

¿Cómo quieren conseguirlo? Hay también disparidad, ya que, según algunos, es con el caballo de Troya de la tecnología 5G, con vacunas que nos enferman, con la excusa de una pandemia falsa, motivada por un virus inexiste, y por alguna otra trasnochada idea, ya desechada actualmente, como la del microondas o las antenas de telefonía móvil de tecnologías anteriores a la citada 5G. También se ha extendido la creencia de que la tierra es plana, aunque no acabo de ver cómo encaja esto en la malvada conspiración de apoderarse de la tierra.

Curiosamente, muchas de estas creencias, algunas contradictorias, son asumidas por los colectivos negacionistas, constituyéndose así en una colectividad de polinecios.

Para ellos tiene más valor la opinión de un cantante de medio pelo, al que no se le conoce más mérito que el haber tenido hace ya muchos años un dudoso éxito, que la de la Comunidad científica.

Para ver que la teoría del terraplanismo se desmonta sola, basta con subir a una montaña o un avión. Las vacunas habían erradicado enfermedades que habían asolado la humanidad y que actualmente están volviendo a aflorar por culpa de su cerrilidad. Y el coronavirus se puede ver mediante instrumentos ópticos y percibir mediante análisis.

Y a esos polinecios quiero recordarles que, cuando la invención del ferrocarril, otros iluminados vaticinaron miles de muertes entre sus usuarios ya que, según ellos, el cuerpo humano no podía superar una velocidad superior a los 20 

viernes, 4 de septiembre de 2020

De vuelta al tajo


 Satisfecho por haber casi cumplido mi promesa de no molestar a mis lectores en lo más ardiente de la canícula, vuelvo a mis costumbres, y una de ellas es escribir, metiéndome, o, más bien, denunciando a algún un colectivo.

Como espero que aún recuerden, el blanco habitual de mis críticas son los partidos políticos, y, de estos, no voy a negarlo, ya que sería absurdo, especialmente a los partidos de derecha y al el PSOE (recuérdenme por favor que debo uno a Podemos y su financiación, es que se me han acumulado los temas).

Esta vez quiero dedicar este escrito a los imbéciles, los necios, los descerebrados, y demás especímenes que sólo usan la cabeza para evitar que se les escape el vacío que su oquedad encierra, y también como coraza para evitar que les pueda invadir algún razonamiento lógico.

No voy a hablar de los “terraplanistas”, ni de los generacionistas, ni tampoco de los que, siendo usuarios de la sanidad o las pensiones públicas, apoyan a formaciones, podríamos, con un esfuerzo de buena voluntad, denominarlas políticas. Claro que una mayoría son “polinecios”, y aceptan diferentes imbecilidades al mismo tiempo, e, incluso, lo son de la categoría de la que voy a tratar a continuación.

Me quiero referir esta semana a los “negacionistas” de la COVID 19 en diferentes aspectos.

Los más “iluminados” niegan la mayor: El virus no existe. Para basar esta afirmación exponen las más peregrinas consignas, muchas de ellas contradictorias, aunque les da lo mismo, ya que carecen capacidad de análisis.

A) Son las transnacionales, para apoderarse de los mercados o vendernos medicinas, las que nos hacen enfermar.

B) Son los gobiernos. que quieren suprimir un segmento de la sociedad y tener dominados a los ciudadanos.

C) Son los chinos. que quieren dominar el mundo y nos envenenan utilizando las radiaciones de la tecnología 5G.

En muchos casos. al no aceptar la existencia del virus. no aceptan las medidas profilácticas, únicas armas eficaces existentes actualmente contra la pandemia y para evitar nuevas infecciones.

No son sólo ellos. Hay un colectivo bastante numeroso que alega que su libertad personal se ve conculcada al tener que aceptar medidas restrictivas, no importándoles que ese supuesto derecho individual atenta contra el derecho a no contagiarse que tiene la colectividad.  En este apartado podemos hacer dos subgrupos: uno de ellos adopta esta postura porque a corto plazo afecta a sus intereses económicos personales, sin importarles nada que no sean sus ingresos a corto plazo. El otro subgrupo son imbéciles que se limitan a repetir lo que oyen de tipos tan doctos y versados en virología como puede ser el eminente científico Miguel Bosé, entre otros.

Y con estas perspectivas, ¡Vuelvo al tajo!