viernes, 29 de noviembre de 2019

El Gallo




Los políticos en particular, y todos en general, tendemos que asumir una serie de premisas: Una cosa son nuestros deseos, y otra el deseo de las mayorías; que los resultados numéricos, por mucho que lo deseemos, están presentes y son los que son; y que los números, o la suma de ellos, los determinan las matemáticas, y no las ejecutivas de los partidos políticos.

Estas sencillas cuestiones las aprendió el Sr. Sánchez tras las elecciones del 28 A, y la desastrosa gestión de sus favorables resultados electorales. Así mismo, las debió aprender el ego del Sr. Iglesias, y, en consecuencia, se apresuraron a firmar un compromiso para que gobernaran en coalición sus dos formaciones. Eso si, con el grave inconveniente de que lo tenían mucho más difícil tras las elecciones del 10 N al haber perdido apoyo de los electores.

Hasta aquí todo normal en un país con una democracia avanzada. Pero nos surge la siguiente la pregunta: ¿Vivimos en una democracia avanzada, o en una monarquía bananera?

En primer lugar, surgen las críticas a los tiempos. Cuando tras las elecciones anteriores el Sr. Sánchez realizó unas consultas al resto de los partidos con anterioridad a la llamada preceptiva del Rey, de acuerdo con el artículo 99 de la Constitución, para conocer con qué apoyos contaba, le acusaron de intentar suplantar al Monarca realizando funciones propias de este. Tras los recientes comicios, en la que no ha realizado las anteriormente criticadas consultas a todo el espectro político, el Presidente del principal partido de la oposición se queja amargamente de que no le ha llamado.

Pero no son esas las únicas contradicciones. Al analizar las posibles combinaciones para formar un gobierno nos encontramos con las siguientes combinaciones:

1)    PSOE más UP, con el apoyo de de los partidos vascos y los más minoritarios no llegarían a la mayoría relativa necesaria para investir como Presidente al que en la actualidad lo es en funciones, a no ser con la abstención de PP, ERC, JxC o C’s.

a)    El PP,en una ocasión anterior, y para favorecer a su candidato, exigió que, por patriotismo, el PSOE se abstuviera (cosa que logró). Pero, como eso del patriotismo solo debe servir para favorecer a la derecha, se niega ahora en banda a contemplar esa opción para favorecer que se pueda formar un gobierno estable.

b)    C’s, empeñado como está en seguir los pasos de UCD, no admite que el PSOE se apoye en UP o en los nacionalistas de ningún signo, alegando que no son constitucionalistas (se conoce que ir contra las autonomías y la igualdad que preconizan sus socios de hecho en Madrid, Murcia, y Andalucía sí es constitucional).

c)    ERC tiene un papel muy difícil, y a pesar de que a algunos sus miembros destacados, o así lo creo, les gustaría llegar a un acuerdo, dadas las condiciones inasumibles para cualquier gobierno que han acordado sus bases para permitir la investidura, al final terminará decantándose por el no, ante las premisas resultantes de la consulta que celebraron.

d)    Pero, siendo complicado el panorama con el resto de los partidos, lo que resulta paradójico es que las viejas glorias del propio PSOE estén en contra de esta coalición,  con el supuesto apoyo, aunque sea la abstención, de los nacionalistas catalanes, a pesar de que una inmensa mayoría de su militancia si lo esté.

2)    Una gran coalición PSOE y PP, y, en algunos casos, se pide la incorporación del C’s. Por esta solución apuestan los empresarios y gran parte de la derecha, que no está actualmente al frente orgánicamente de los partidos, y alguno de los “jarrones chinos”, pero tiene en contra a las bases de izquierdas, y, posiblemente, a una parte de las de la derecha. Las dos ejecutivas de los partidos principales se oponen (la opinión de C’s en este caso cuenta muy poco), entre otras razones porque dan margen a VOX  para crecer al ser la única voz (demagógica) opositora
Con esta situación numérica, me temo que nos veremos abocados a unas nuevas elecciones generales, ya que como dijo el insigne filósofo, además de torero (nadie es perfecto) D. Rafael “El gallo”: Lo que no puede ser, no puede ser, y además

viernes, 22 de noviembre de 2019

Dilema


Hay semanas en las que tengo problemas para encontrar un tema sobre el cual realizar mi comentario, otras en los que el tema me llama y no tengo más remedio que escribir sobre él, y otras, muy pocas, en las que me encuentro con diversos temas, y no sé por cual decidirme. Es el caso presente, y, por una vez, he recurrido a una solución salomónica: Hablar de todos ellos.

Tenía pensado escribir sobre lo que, para mí, es la absurda posición que ha tenido hasta ahora la derecha española con respecto a la posible investidura como Presidente del Sr. Sánchez: Primero le acusan (objetivamente con razón) de forzar unas elecciones por su resistencia en formar una coalición, que, según ellos (y muchos más, entre ellos, yo), es debida a su incapacidad de dialogar. Se celebran las elecciones y, ante el varapalo recibido, que le alejan de sus previsiones prístinas, no tarda en pactar con los otrora rechazados de UP.

 ¿Qué hace la derecha? ¿Celebrar que, al fin, haya un gobierno, aunque deseando que se estrelle y se pueda llegar a un voto de censura que le llevara al poder? No. Categóricamente, no. Se oponen al pacto, pero no dan ninguna alternativa coherente. Se oponen a abstenerse en segunda votación, como exigían, y al final lograron, del PSOE, para investir a Rajoy. No quieren (afortunadamente) un gran pacto de concentración nacional. Tildan de traición a la PATRIA una investidura facilitada por los partidos nacionalistas.

En fin, pretenden que las matemáticas mientan, aparentemente. En realidad, pretenden, por obra divina, volver al detentar el Poder que les corresponde por derecho emanado del cielo. Si es mediante elecciones está bien, si es por la intercesión del Espíritu Santo también bien, y si en ese momento Dios está ocupado y sale un Salvador de la Patria con armas, hay antecedentes.

Pero ha salido la muy esperada sentencia de los ERE’s que, a pesar de ser recurrible, aporta datos como para tener que asumir mucha gente responsabilidades políticas, como con razón está haciendo la derecha Introduciendo un plano personal en el asunto, cuando un amigo, aunque no sea del círculo más allegado, comete una felonía, Te duele más que si la comete alguien con quien no compartes nada, ya que lo sientes como una traición a los ideales que creías compartir. Por esa razón, no voy a ahondar en este apartado, por estar muy reciente, y porque las sensaciones las tengo a flor de piel y no sería ecuánime en mis comentarios.

No obstante, quiero dejar una pregunta en el aire ¿Quién tiene que asumir las responsabilidades políticas? ¿El actual Secretario General, que en las fechas en las que ocurrieron los hechos era un simple concejal del Ayuntamiento de Madrid? ¿O esos “buenos y dignos socialistas” que desde sus despachos de Consejeros de grandes multinacionales dan directrices sobre los pactos, y que entonces eran los dirigentes del PSOE?

¿Deben Sánchez y Casado asumir la responsabilidad políticas por unos hechos que sucedieron en momentos en los que no tenían poder de decisión en sus respectivos partidos?

Por último, había pensado como tema de la semana comentar la disparidad o aciertos de los vaticinios de mi bola de cristal con el resultado real de las votaciones ya que, aunque sea un pelín drástica y exagerada, ha tenido más aciertos que fallos

Dejando apuntados unos esbozos de los tres temas diferentes que había barajado abordar esta semana, los dejo abiertos y amenazo con que puedo abrirlos, y ahondar en ellos.

 

viernes, 15 de noviembre de 2019

Treinta años




 

Ha llegado un momento en el que, a la vista de los derroteros de la política nacional y del resultado de las elecciones, he decidido felicitar a casi todos, ya que, en vista de las declaraciones de sus líderes, son los vencedores, bien sea de forma real, virtual, o moral.

No puedo, sin embargo, dejar de hacer un reconocimiento simbólico al Sr. Rivera que, después de hacer una campaña como para que en C’s “el último que apague la luz”, ha tenido la gallardía de dimitir, y asumir los resultados, en vez de decir que los votantes se han equivocado y lo han hecho mal, que es lo que, habitualmente, dicen ante resultados adversos.

Tras secarme las lágrimas al constatar los resultados, no queda otro remedio, como estaba previsto, que esperar a que la política de pactos funcione, que los egos no nos juegan malas pasadas, y que se abstengan las suficientes formaciones como para conseguir la investidura. Caso contrario, tendremos que ponernos de nuevo manga corta para volver a votar.

Y, una vez cumplido el trámite con el sainete costumbrista en el que se ha convertido la política española, paso a comentar el tema que he elegido para esta semana por su importancia puesto que, de él, dimana, la situación actual de gran parte del mundo.

El día 9 de noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín, esta fecha que simboliza el principio del fin del Bloque del Este, a pesar de que, después de esta fecha, al menos en teoría, continuó existiendo durante un cierto tiempo más.

Creo que nadie pondrá en duda que el desmoronamiento de todo el sistema económico, político, y militar que representaba la URSS y sus aliados supuso un nuevo equilibrio, o, más bien, desequilibrio, de la situación mundial.

Al no haber un contrapeso de los elementos citados anteriormente, además,  y, sobre todo, un contrapeso ideológico, dado el derrumbamiento de todo el entramado de los llamados países socialistas, el capitalismo más salvaje o neoliberalismo pudo expandirse con total libertad e impunidad para desregularizar por completo las relaciones laborales imperantes hasta el momento, haciendo añicos el Estado de bienestar.

Las consecuencias han sido, en menor o mayor grado, dependiendo de la fuerza de los sindicatos en los diferentes países: Contratos precarios; inestabilidad laboral; estancamiento de salarios, cuando no retroceso de los mismos; recortes y privatizaciones en la sanidad; infra financiación de la educación pública, en beneficio de la concertada y/o privada; abandono de las políticas de dependencia, es decir, de todos los beneficios sociales adquiridos tras los años de la lucha obrera. Lo más triste es constatar que ha sido  con el beneplácito de los propios perjudicados, que han dado y continúan dando sus votos a los destructores de su fututo.

Con esto no quiero hacer un panegírico a la URSS, ni a las políticas que preconizaban. En mi opinión, se hundieron por no saber adaptarse a los tiempos, por la pésima planificación económica, pero, sobre todo, por no haber sabido escuchar y entender a sus pueblos, esos pueblos que decían defender.

Conocí algún país del Este antes de la caída del muro, y he conocido bastantes más después de este acontecimiento, y me llama aún y mucho la atención el que, a pesar de que tenían las necesidades básicas cubiertas, no se echa de menos aquel tiempo, prueba fehaciente de que los regímenes imperantes no supieron, o quizás no quisieron, satisfacer los deseos de sus ciudadanos.

Las preguntas que caben hacerse son: ¿Nos ponemos a añorar aquellos tiempos en los que el malestar de unos pueblos servía para mantener nuestro estado de bienestar?, O, por el contrario, ¿Nos ponemos manos a la obra para volver a luchar para mantenerlo?  


viernes, 8 de noviembre de 2019

¡Independencia! ¿Independencia?





Vivimos en la Arcadia feliz donde el cielo está cubierto de arco íris, de sus fuentes manan leche y malvasía, donde no existe ningún problema, donde sus pobladores son felices, y sin ningún tipo de preocupación ¿Dije que no existen problemas? ¡Bueno! Hay uno solo: Catalunya. Por esa razón, todos y a todas horas, nuestra eficiente, digna y honrada clase política se dedica en cuerpo y alma a hablar del tema. Que conste que he dicho a hablar, no tratar de solucionar ese escollo que empaña nuestra infinita felicidad.

Antes de entrar en materia, vayan por delante tres premisas para que nadie se llame a engaño:

1)    No soy nacionalista ni independentista. Creo en el internacionalismo, un mundo sin esas líneas absurdas e imaginarias que se llaman fronteras. Creo también que algunos países, en general todos hasta donde les es posible, con la excusa de la independencia y la soberanía, pueden cometer tropelías hacia sus conciudadanos y hacia la humanidad plena.

2)    No obstante mi posición personal, pienso que ya habría debido de celebrarse un referéndum pactado y vinculante en Catalunya, y en cualquier comunidad mundial donde hubiese un colectivo significativo que así lo demandase.

3)    Centro el artículo en Catalunya por cuestión de actualidad política, pero, con otros nombres y similares argumentos, podría aplicarse a cualquier lugar.

Ahora, y una vez aclarada de nuevo mi postura personal sobre el tema de nacionalismos e independentismos, voy a centrarme en el tema que nos ocupa partiendo de un supuesto falso:

Ya se ha alcanzado esa tan deseada independencia. Se han acabado los fastos y celebraciones por alcanzar la tan ansiada independencia ¿Y ahora qué?

¡Ya somas independientes! ¡No tenemos Rey, ni familia real! Es un paso adelante.

Tendremos un Presidente de la República, cosa que es positiva, siempre con excepciones, recordemos que Videla, entre otros y de muy diferentes naciones, también era Presidente de la República.

El PP, el de los grandes escándalos como la Gurtel, la Púnica, Leza y un sinfín de casos más, presumiblemente no tendrán presencia en el nuevo estado. Pero, quiere eso decir que Convergencia Democràtica de Catalunya, o como se llame entonces, no volverá a involucrarse en casos como el Liceu, el del 3% que, en realidad, parece ser que llegaba a ser del 5%? ¿O que el clan Pujol, que presuntamente se lucró del Tesoro, devolvería lo defraudado? ¿Habría alguna garantía de que ellos mismos, o algún grupo que se constituya, no volverían a hacer lo mismo, caso de tener ocasión? Muy por la labor de restituir lo presuntamente robado no aparentan estar.

Desaparecerá el PSOE de los ERE’s de Andalucía, ¿Pero, acaso no continuara el PSC que, después de denunciar públicamente las comisiones del 3%, cosa que era  un comentario de dominio público, se retractó y se disculpó en el Parlament a los pocos momentos de hacer la acusación? ¿Ese PSC, por obra y gracia del advenimiento de la República, se va a transformar en un valiente defensor de la limpieza de corruptos?

No quiero entrar en polémicas estériles sobre si la violencia que se ha vivido en Barcelona tras la sentencia ha sido causada por los CDR, o por infiltrados antisistema, pero, para el caso que nos ocupa, conviene recordar que, desde hace ya bastantes años, cualquier acto en la calle al que asistiera numeroso público acababa siempre en actos de violencia que superaban a la policía, y estoy hablando de antes de comenzar las tensiones por el ·procés”, y de toda clases de actos, incluidas celebraciones por triunfos futbolísticos del Barça ¿Esos grupos van a convertirse, de la noche a la mañana, en garantes de la paz y armonía democrática, abandonando su histórica e histérica violencia?

A mí, como he dicho al principio del escrito, no me motiva demasiado el tema del nacionalismo o el independentismo, pero sí que lo hacen los temas sociales, y en ese aspecto, no puedo dejar de recordar que durante la crisis, y estando en el poder el partido del President Torra, Catalunya sufrió unos recortes en prestaciones sociales mayores que cualquier otra Autonomía, superiores incluso a los que se aplicaron en Madrid, donde el PP y sus políticas neoliberales campaban (y campan) por sus respetos.

No doy por cerrado el tema, posiblemente, aunque sin fecha, volveré a retomarlo



viernes, 1 de noviembre de 2019

No hay dos sin tres





Me había acostumbrado a que mi bola de cristal hiciese el artículo por mí, y, ahora que tengo que trabajarlo yo sólo, me pierdo un poco, y hasta me da una cierta pereza. Así que, haciendo un esfuerzo, retomo la tarea.

Lo primero que me viene a la cabeza, viendo los movimientos del PSOE y de su mandamás, es que: eso de las matemáticas electorales no es lo mío, a pesar de que no debo descartar que quizás no sea lo suyo.

La razón por la que creo que mi desconocimiento en esta materia no es algo exclusivamente mío es que el Sr. Sánchez no me va a la zaga. El rechazo a toda posibilidad de formar gobierno, a no ser que este fuese monocolor, circunstancia totalmente imposible dada la composición de la cámara, así lo demuestra. Si, además, añadimos la cambiante posición del Presidente en funciones con respecto a UP, no quedaba otra opción que la adoptada: celebrar elecciones anticipadas. Por su parte, a UP, si no quería auto inmolarse, no le quedaba otro remedio que adoptar la postura que adoptó en la votación de la fallida investidura.

No voy a reiterar, por obvia, mi opinión personal sobre los egos de ambos líderes, ya que sería demasiado reiterativo pues la he manifestado reiteradamente.

Por otra parte, creo que en el PSOE fiaron demasiado a las encuestas que le auguraban un triunfo apabullante. Situación que, tras la reciente encuesta del CIS, parece adecuada a sus intereses. Pero analizándola un poco a fondo, se vislumbran algunos datos que llaman la atención. Uno de ellos es que solo un 67,3% dice que irá con seguridad a votar, cantidad que supone que la abstención será alta. Por otra parte, 1 de cada 3 (el 33,3%) manifiesta que no tiene aún decidido a qué partido votar. A la vista de estos resultados, creo que los chef han debido tener un trabajo arduo cocinando la encuesta ¿O no da esa impresión?

Otro de los motivos para dudar de sus conocimientos matemáticos consiste en ignorar, o, al menos, minusvalorar, la incidencia de los gestos en los resultados finales de la votación. En España hay unos 8 millones de pensionistas, y es de suponer que una parte importante recuerden que con la llegada del PSOE las pensiones se actualizaron con relación al incremento del IPC, en vez del ofensivo 0,25 de revalorización con que nos ofendió el PP. No obstante, no es menos cierto que el ninguneo del Sr. Sánchez a los integrantes de las dos columnas, y a todos los que nos sentíamos representados por ellas, que desde el norte y el sur de España se reunieron en Madrid para pedir la consolidación de la revaloración de las pensiones y que estas fueran dignas, pueden pasarle factura.

No puedo dejar de citar que su decisión de rivalizar con la derecha en tomar medidas represivas, puede darle algunos votos, pero no debemos olvidar que el aplauso a la represión siempre termina favoreciendo la derecha, a la que siempre le parecerá insuficiente cualquier medida represiva no adoptada por ellos.

Cerrar la puerta a cualquier acuerdo con los nacionalistas menos radicales en aras de llegar a pactos puntuales, e, incluso, a deseables diálogos para encontrar una viabilidad a desencallar el problema existente en Catalunya no parece que sea la decisión más adecuada.

Vista la alta cocina que practica el CIS, tampoco me parecen tan disparatados los pronósticos que hizo mi bola de cristal y que publiqué estas semanas pasadas, con la ventaja, además, de que no tuvo coste alguno para las arcas públicas.

La gran ventaja de la encuesta del organismo público es que, salvo una pandemia de egolatría, podríamos tener un gobierno estable, mientras con otras encuestas y vaticinios vamos al título de este escrito.