viernes, 29 de septiembre de 2017

Cuestión de números




Cuestión de números

Cuando una persona, o un reducido número de personas, infringen una ley, casi con completa seguridad, es que se encuentran en una situación errónea, o están delinquiendo directamente. Por ello, la respuesta de la sociedad, o de sus representantes, debe ser de tipo legal, y no político.

Cuando la mayoría de personas de un colectivo se enfrenta a una ley, casi con seguridad, lo que es erróneo es la ley a la que se oponen. Por tanto, la solución tiene que ser obligatoriamente política, y jamás judicial y punitiva, ya que, en  ese caso, lo único que se consigue es exacerbar los ánimos.

En el primero de los ejemplos que pongo se pueden incluir los temas de presunta corrupción, ya que son minoritarios en la sociedad, pues están realizados por una minoría de la clase política. Pero, en la mayoría de las ocasiones, en vez de darle un tratamiento legal y, si procede, punitivo, los partidos intentan darle una solución política, evitan hasta donde les es posible la acción de la justicia, acudiendo a triquiñuelas legales, unas veces sutiles, en busca de retrasar las actuaciones judiciales para que prescriban los presuntos delitos; otras veces sus procedimientos no son tan delicados, como en el caso de destrozar a martillazos los discos duros de los ordenadores del Sr. Bárcenas.

En el segundo de los casos, si la mayoría muy representativa de un territorio, bastante más del 70%  de la población, manifiesta que está en contra de una Ley, la solución, en todos los casos, debe ser política y no punitiva. Claro que, para llegar a soluciones políticas, se necesitan representantes idóneos, con capacidad de diálogo, y con voluntad política de llegar a un compromiso. Compromiso que puede llevar aparejada una cierta renuncia, de forma que ambas partes se puedan considerar vencedoras, y ninguna tenga el sentimiento de derrotada.

¿Qué ha pasado en Catalunya? Que tanto que el Gobierno como el Govern, junto con los partidos políticos, se han dedicado a echar más fuego, y a encender los ánimos, perdiendo, al final, y dada la radicalización de la ciudadanía tanto en un sentido  como en otro, el dominio de la situación. En consecuencia, los ciudadanos se agrupan bajo otras organizaciones, tanto existentes anteriormente como creadas al efecto, llegando a situaciones como las acaecidas  en algunas localidades de Andalucía en donde se despedía a la Guardia Civil, (que, no olvidemos, va enviada por el Gobierno Central para reprimir) al grito de “¡A por ellos, oe”, con un espíritu épico, como si fueran a reconquistar su tierra mancillada por invasores que fueran a destruir sus raíces históricas. Mientras que otros, alentados desde el Govern, acosan e insultan a aquellos Alcaldes que, por convicción o por disciplina de partido, se oponen a facilitar los medios necesarios para que se pueda votar.

Con la pérdida de influencia de los partidos, resulta mucho más difícil llegar a unos acuerdos de las partes, suponiendo, que es mucho suponer, que quisieran llegar a una solución pactada que contentara a todos en parte, y defraudara, también por igual, a las  facciones opuestas actualmente. Ya que la única solución podría venir desde una postura inteligente y dialogante de los respectivos gobiernos, Central y de la Generalitat,  puesto que ambos tienen el poder teórico para llegar  a un pacto político.

He dicho que tienen el poder teórico, pero ¿Por qué teórico? Ambos han tensado tanto la cuerda que, en una gran parte, la situación ya no depende de ellos, si no  de los entes que han creado mientras jugaban  a “aprendices de brujos”. Por eso cabe preguntarse: ¿Perdonaría la derecha radical y extrema que el Gobierno del Sr. Rajoy aceptara alguna de las condiciones políticas del Govern del Sr. Puigdemont?, ¿O le tratarían de traidor, haciéndoselo pagar en las urnas? Esta misma pregunta, pero con los dirigentes cambiados, se podría hacer a los soberanistas que se han radicalizado al Ejecutivo del Sr. Puigdemont.

Hoy en día, el problema es que no hay cabezas visibles, con capacidad  de liderar a las partes enfrentadas, y cuyas decisiones tengan posibilidad de ser refrendadas por los poderes políticos

En cuanto a inteligencia política por ambas partes, que sería una condición indispensable, mejor dejarlo correr para no ponernos a llorar desconsoladamente.

viernes, 22 de septiembre de 2017

¿ El Walhalla?



¿ El Walhalla?

Vaya por delante que siempre me he considerado republicano; que me repugna el pensamiento de que, por un coito más o menos programado, el resultado tenga que ser Jefe del Estado de un país; que no alcanzo a comprender cómo personas no implicadas en este dislate puedan defender semejante discriminación.

Una vez hecho este preámbulo, que considero necesario para aclarar posturas, pasaré a desarrollar el tema de esta semana.

En estos días, si nos asomamos a las redes sociales y nos aparecen opiniones de partidarios de la consulta popular en Catalunya, y ya no digamos de los partidarios de la independencia, nos encontramos con verdaderos panegíricos de la Republica, como si esta, por sí sola, fuese una especie de paraíso terrenal, donde se ubican todos los bienes, sin mezcla de mal alguno. Bueno, esto también ocurre con una mayoría muy considerable de los que se consideran republicanos, sea cual sea su posición con respecto al Referéndum (o conato del mismo, que ya veremos lo que pasa). Ni que decir tiene que todos los enaltecedores del sistema republicano se consideran progresistas, y con tendencias izquierdistas.

Todos estos españoles (al menos quienes tienen esta nacionalidad actualmente) miran como espejo, donde se reflejan todas las virtudes democráticas y progresistas, a la Segunda República Española. Pero, ¿Son rigurosos en sus apreciaciones?

Es cierto que la II República trajo una serie de reconocimientos de derechos civiles, destacando entre todos el reconocimiento del voto femenino; también la separación de la Iglesia y el Estado, que llevó aparejada una Ley del Divorcio, posiblemente la más progresista del mundo en esos momentos; una gran preocupación por la escolarización y culturización del pueblo; y el florecimiento y reconocimiento de las artes y los artistas.

Hasta aquí, todo parece idílico. Pero ¿Borramos los siguientes hechos? La supresión de L’Estat Català, con la intervención del ejército al mando del General Batet; de la Generalitat, con la correspondiente represión y la detención de su President y del Alcalde de Barcelona. También podemos recordar la salvaje represión a sangre y fuego de la llamada Revolución de Asturias, donde, por cierto, un General llamado Francisco Franco, se distinguió por su crueldad en la represión.

Pero, salgamos de España,  y hablemos de actuaciones de gobiernos republicanos en diferentes países con respecto a los exilados de guerra españoles. No se puede comparar a la República Francesa del Sr. Didalier, que los trató de malhechores, al tiempo que los encerraba en campos de concentración sin ninguna infraestructura sanitaria, e, incluso, sin agua corriente, con la actitud de D. Lázaro Cárdenas, presidente de Méjico, país que los recibió con los brazos abiertos.

Por otra parte, no podemos olvidar que a Mussolini le llamó para gobernar el Rey de Italia, pero que a Hitler le nombró Canciller el Presidente de la República de Weimar.

Josef Stalin, Jorge Videla, Nelson Mandela, y José Mujica han sido presidentes de las repúblicas de sus  respectivos países ¿Podemos equipararlos por sus ideas y trayectorias políticas al haber ocupado todos ellos la Jefatura del Estado? Obviamente, no. 

A modo de despedida, me gustaría dejar una pregunta abierta para que cada uno se respondiera a sí mismo, y sin que se enterara nadie ¿Dónde preferirías vivir en el Reino de Suecia o en la República del Congo? Yo lo tengo muy claro, pero lo mantendré en secreto.


viernes, 15 de septiembre de 2017

¿Hacia el Catexit?



¿Hacia el Catexit?

 

He de empezar reconociendo que eso de vaticinar no es lo mío. Casi nunca se cumple lo que creo que se tiene que cumplir. Por eso he mandado al taller mi bola de cristal ya que distorsionaba y perdía foco.

 

Ante estas circunstancias, no voy a hacer ninguna aseveración. Antes bien, creo que estaré más acertado si me planteo algunas incógnitas y las dejo abiertas.

 

¿Se llegará a celebrar el Referéndum el día 1 0? Si llega a celebrar, es cuando viene la gran incógnita ¿Qué pasará el día 2 O, aparte de que todas las partes dirán que han ganado?

 

Sin embargo y a pesar de mi reticencia a adelantar certezas antes de  producirse los acontecimientos, tengo la convicción de dos cosas con respecto a este tema:

a)      Si se llega a producir la votación, el Si, será abrumador, ya que los partidos llamados constitucionalistas, al no admitir que el referéndum salga adelante, no han movilizado a sus potenciales votantes para que votasen No. De esto resulta que, previsiblemente, la abstención será muy alta y los No escasos.

b)      En todos los casos, tanto si hay consulta popular, como si se impide, y salga el resultado que salga, creo que habrá un cierre en falso que está creando y enquistando unas heridas sociales que serán muy difíciles de cerrar.

 

No voy a buscar culpables, ya que no me corresponde a mí juzgar y, además, reiteradamente he dado mi opinión al respecto, nada favorable por cierto, para ninguna de las dos partes: Unos porque no se han acordado de pedir la  independencia hasta que no se han llevado a los tribunales sus posibles casos de corrupción; los otros porque creen que sus votantes les perdonarán, como así han hecho hasta ahora, por sus presuntas corrupciones, pero que no perdonarían un diálogo, y mucho menos un entendimiento político con los “rojos separatistas” catalanes que quieren mantener su idioma e identidad cultural.

 

A todo esto, llama la atención la justificación por parte de los soberanistas para argumentar sobre la legalidad de su referéndum basándose en la adhesión del Estado Español al PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES. Dicha adhesión fue publicada en el B.O.E núm. 103, de 30 abril 1977, este pacto en su Artículo 1 dice: “Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su desarrollo económico, socia1 y cultural”; y en la PARTE II, Articulo 2, punto 1, diceCada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social”.

 

Aquí es muy importante recordar n que la Constitución Española, en su título III, artículo 96, párrafo 1, expone lo siguiente: “Los tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno. Sus disposiciones sólo podrán ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo con las normas generales del Derecho internacional”.

 

Antes de seguir adelante, creo necesario definir pueblo, que en el D.R.A.E y en su tercera acepción dice lo siguiente: “Conjunto de personas de un lugar, región o país”. El prestigioso diccionario de Oxford va un paso más allá y añade los conceptos  de raza, religión, idioma y cultura.

 

A la vista de estas circunstancias, podría parecer que el Referéndum tendría que ser legal, pero hay una diferencia de lectura crítica: mientras que en el  Pacto habla de pueblos, en la Constitución, en su título preliminar, artículo 1, párrafo 2, dice textualmente:” La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”.

 

En esta tesitura ¿Quién tiene la razón legítima?, ¿Los que promueven el referéndum alegando que en el  Pacto se habla de pueblos, de cualquier pueblo?, ¿O los que niegan la legitimidad del mismo acogiéndose a la puntualización  de “pueblo español”?

 

Debo suponer que los miembros del Tribunal Constitucional son grandes especialistas en el tema y de una imparcialidad exquisita y no les mueven intereses espurios ¿No lo creen Vds. así?


viernes, 8 de septiembre de 2017

Doloras



D. Ramón de Campoamor escribía: “Y es que en el mundo traidor/ nada hay verdad ni mentira; todo es según el color/ del cristal con que se mira”.

Sí, ya sé que D. Ramón es un poeta muy pasado de moda, e incluso, siendo muy benévolo, no se le puede catalogar  como uno de los grandes de la poesía en lengua castellana. Pero, entre elegir esta frase de unas  composiciones que he leído, o referirme a Matrix, trilogía de películas que confieso que no he visto, para mí la cuestión no tiene color.

Por eso, no voy a decir que la visión del Gobierno y el partido que lo apoya está en un mundo de otra dimensión, simplemente diré que ellos y yo lo miramos con cristales de colores distintos. Se vanaglorian de haber creado docenas de miles de contratos, y, sin embargo, el número de parados se mantiene en unas tasas elevadísimas. Se muestran ufanos del descenso del paro, pero no mencionan que el número de personas que se mantiene en el mercado de trabajo ha descendido por la emigración de españoles, y la repatriación de inmigrantes. También se cuidan mucho de aludir el tema del crecimiento del número de personas que se encuentran  umbral de la pobreza, o que ya lo han traspasado, pues hoy en día el encontrar un trabajo no supone superar dicho umbral.

En la primera reunión para abrir el curso político del PP, todos estaban encantados de haberse conocido. Se auto loaban por lo bien que lo habían hecho. Se vanagloriaban del número record de contratos de trabajo firmados el mes de julio. Pero por un fallo de memoria ¿A quién no le pasa?, se olvidaron de que la destrucción de empleo en agosto marca una cifra histórica para ese mes, y que es la más alta desde 2011.

¿Cómo se puede alardear del buen hacer con 46.400 personas más en el paro, y con la destrucción de 179.485 puestos de trabajo? ¡Que hay 3.382.324 parados registrados! ¡Que esta cifra no es solo un número, que representan 3.382.324 dramas personales y familiares!

Pero no sólo es esto. Se apuntan la medalla de que a finales de año, según se va desarrollando y se van haciendo interpolaciones de las llegadas, España será el país del mundo que recibirá más turistas extranjeros , y  la ocupación hotelera y sus beneficios han sido de record. Sin embargo, pese a estas cifras y a ese triunfalismo, los trabajadores del sector de la hostelería  son el colectivo con las retribuciones más bajas del país. Por otra parte, el Convenio Colectivo del sector, próximo a discutirse, y tras las voladuras controladas y también incontroladas de los sindicatos por el Gobierno y por los medios afines a los empresarios turísticos, se prevén difíciles, y con pocas perspectivas para los trabajadores.

Por último, y no por ello menos importante, quisiera hacer referencia a la Ministra de Trabajo, Dña. Fátima Bañez. Y aquí no me voy a sumar a los que dicen que toma substancias prohibidas. No puedo ni llegar a imaginarme esta circunstancia. Estoy seguro de que la citada Sra. Bañez sufre una intoxicación medicamentosa, de la cual debería dar cuenta inmediatamente a su médico, ya que no resulta creíble que alguien que no sufra graves  alucinaciones pueda afirmar que el empleo que se crea actualmente sea de mejor calidad al que se creaba con anterioridad al año 2.011.

Aprovechando que la Sra. Ministra es tan devota de la Virgen del Rocío, la cual al parecer la ayuda a que proliferen los nuevos y abundantes contratos, y dado que he comenzado este escrito hablando de poetas y composiciones poéticas, me van a permitir despedirme con   una metáfora:   “Los contratos actuales son más efímeros que el rocío ante los rayos  del sol de la mañana”.


viernes, 1 de septiembre de 2017

Unos por otros

 
¿Saben aquel que “diu”? “Un soldado disgustado dice: Ahora no me como el rancho para fastidiar al General”. ¿A qué viene este viejo chiste? Pues bien es a lo que me recuerda el caso que actualmente estamos viviendo en Mallorca.
 A todos los mallorquines, y a muchos de otros lares, no hace falta que les recueden lo que representa Escorca para la isla. Pero, por si alguien no lo conoce, creo necesario informarles que, aún siendo el municipio menos poblado de la isla, tiene algunos de sus elementos más importantes ya que está ubicado en la Serra de Tramuntana, que en 2010 fue declarada por la UNESCO patrimonio Mundial. En el municipio se encuentran el Monasteri de Lluc, que se puede considerar como el centro espiritual mariano de la isla; el Torrent de Pareis, la meca del  senderismo por su belleza y espectacularidad; y Sa Calobra, donde es tradicional el concierto coral más significativo del verano, y que es también una de las calas más hermosas de la costa norte, costa que se caracteriza por sus agrestes acantilados, y sus pequeñas calas rocosas y casi inaccesibles. Pero no pretendo hacer una guía turística del lugar, si no comentar el rocambolesco caso que está sucediendo allí.
El caso que nos ocupa es que en ese paraje tan bello y tan emblemático se acumulan las basuras a raíz de una disputa que, vista desde el punto de vista de un ciudadano de a pie, es la cosa más grotesca e incomprensible.
Voy a intentar describir la situación, ya que explicarla me resulta a todas luces imposible.
La cuestión, aparentemente, empezó cuando la Consellería de Medi Ambient, por mediación del IBANAT, prescindió de los contenedores de basura que se encontraban en el Torrent de Pareis, alegando que los excursionistas no separaban las basuras de cara a su posterior reciclaje, teniéndolo que hacer, por tanto, el personal propio. Se dió pues la orden de que cada usuario recogiese los restos para depositarlos seleccionados en contenedores aptos para reciclar.
Ante esta decisión del Govern, el Alcalde de Escorca montó en cólera y exigió que se volviesen a colocar los contenedores, prohibiendo, además, que nadie recogiese las basuras y desperdicios acumulados. Ante esta situación, Medi Ambient reaccionó diciendo que las recogiese entonces el Ayuntamiento, ya que impedía  su recogida por los generadores de la suciedad.
Por su parte., el Alcalde de Escorca, D. Antonio Solivellas Estrany, que encabeza el Grupo Municipal del PP, ha denunciado la situación a ante la UNESCO, como elemento de presión para forzar al Govern a reconsiderar su postura, sin ver que esta denuncia podría acarrear la retirada de la consideración de la que goza la Serra por parte de dicha entidad, pero, “con tal de jorobar al General, yo no me como el rancho”, como apuntaba el chiste del inicio.
¿Quién tiene la razón en este caso? Creo que ambos y ninguno, pues si bien es cierto que la jurisdicción sobre los torrentes las tiene el Govern, y, por tanto, sobre su limpieza, no es menos cierto que, al tener la jurisdicción, puede tomar las decisiones que estime oportunas para asegurar su limpieza, sin que el Ayuntamiento pueda vetarlas o tomar medidas contrarias.
Claro que tampoco es el primer encontronazo entre el Ayuntamiento de Escorca y el resto de entidades, ya que el Consell de Mallorca tuvo que paralizar unas obras que el municipio estaba realizando sin autorización en una zona con la máxima protección.
Quizá algo que puede ayudar a comprender esta incomprensible situación son los diferentes colores políticos del Ayuntamiento y del Govern, que ofuscan a algunas mentes haciendo prevalecer su militancia política sobre los intereses de los ciudadanos.
A todo esto ¿Qué hacen la sociedad civil y los grupos ecologistas, que en otras ocasiones se han mostrado tan activos? ¿Vds. lo saben? Pues yo tampoco. Pero lo que si sé es que cada vez se degrada más la zona.