Conozco a algunas
personas a las que respeto, e incluso admiro por sus convicciones, que se
muestran orgullosas de ser españolas. Sinceramente, yo no soy capaz de estarlo y
a continuación expondré los motivos de esa incapacidad.
Para sentirme
orgulloso de algo, necesito ser partícipe de lo que me produce orgullo. Es
cierto que soy español, nací en España, pero de esa circunstancia no tengo
ninguna responsabilidad ni participación, simplemente mi madre estaba en España,
y se nace donde está la madre en el momento del parto.
Aparte de esta
situación que viene dada por la naturaleza, encuentro demasiados casos de la
historia reciente que me avergüenzan terriblemente, y en los que en mayor o en
menor medida (más bien menor) hubiese debido participar con más vehemencia, y,
sobre todo, efectividad.
¿Cuáles son estos
actos?
a)
Es
cierto que Franco y su caterva de fascistas ganaron una cruel guerra, y que
instituyeron un régimen de terror y represión. Es cierto que la llamada “guerra
fría” situó a España como aliado preferente por su posición anti comunista.
Pero no es menos cierto que todos nos acomodamos en posiciones cómodas y a
resguardo de la represión. Que a los pocos luchadores por la libertad y por la
dignidad de un pueblo les dejamos que se pudrieran en cárceles o en fosas
comunes. Que el Dictador murió en una cama hospitalaria con todas las
distinciones (y patrimonio dudosamente adquirido) y recibiendo toda clase de
honores de una gran parte del pueblo español.
b)
No
solo no se conformó con gobernarnos o tiranizarnos durante cuarenta años, sí no
que nos dejó como herencia a un Jefe de Estado nombrado por él. Dadas las
circunstancias sociales y políticas, el Referéndum para aprobar la Constitución
tienen demasiados flecos como para tomarlo como aprobación de una
monarquía.
c)
Hemos
sido capaces de elegir democráticamente a personajes que la ley ha considerado
como delincuentes, y que como único programa tenían su enriquecimiento personal
y la exaltación de su ego ¿No es ese el caso de Ruiz Mateos y Jesús Gil?
d)
No
puedo comprender cómo los electores en las zonas más castigadas por la
corrupción voten a los mismos corruptores. Y no me valen, desde el punto de
vista político, las absoluciones por defectos de forma procesal, o por
triquiñuelas legales. No sabemos, o, más bien, no queremos distinguir entre la
responsabilidad penal y la responsabilidad política, y no sólo no sabemos, si
no que aceptamos como buena esta situación y la premiamos en las urnas.
e)
No
puedo comprender cómo unos miserables estén en la calle, y algunos de ellos
cobrando del Estado en espera la resolución de la apelación, mientras que unos
políticos que tuvieron la ocasión de marcharse de España para eludir la acción
de la justicia, como hicieron algunos de sus compañeros, hayan estado en
prisión preventiva sin fianza más de un año. Y no estoy prejuzgando la gravedad
o no de sus actuaciones.
f)
Pero
si me que quedase la mínima intención de sentirme orgulloso de ser español, se
hubiesen borrado completamente ante las “cloacas del estado”. Se monta
un entramado para esparcir noticias falsas sobre un partido rival, utilizando
de forma fraudulenta los recursos del Estado, y cuando se descubre el caso,
solo hay imputados agentes de segundo orden ¿Alguien puede cree que todo ha
sido obra de un par de Comisarios? ¿Sus responsables políticos eran tan inútiles
que no se enteraron de nada? Han salido a la luz las actuaciones en contra de
Podemos, y también algo sobre algunos independentistas ¿Pero, han sido sólo
esos casos? ¿No vienen a la memoría la saga de muertos entre los testigos e
imputados de diferentes tramas de corrupción? ¿Qué consecuencias políticas ha
tenido en España?
Los EE.UU. no es mi modelo de país democrático, pero Watergate
no fue algo menos conflictivo, y cayó el Presidente Nixon.
Después de leer esto ¿Comprenden las razones por las
cuales no me puedo sentir orgulloso de ser español?
Te leo muy tarde, pero solo respecto a la fecha de publicación, no por el contenido, que es más que vigente hoy, como ayer, como mañana.
ResponderEliminarEl otro día, en una tertulia, un político del PP anunció un regalo a uno de ERC: un símbolo de igualdad, democracia, convivencia... y en lugar de la Constitución le entregó una bandera. ¿Estamos tontos? Estamos en un momento crucial, pero estaremos en un momento crucial "por los siglos de los siglos", ya que una vez han entrado los bocachanclas en política ya no nos los quitaremos de encima, y el miedo a su llegada al gobierno y a los cánticos del himno (o del "novio de la muerte") a la entrada al colegio ya se anuncian como primeras medidas, junto con el cierre de medios de comunicación.
Estamos en un momento crucial permanente.