Tengo que empezar
por decir que la sobre información de la actual crisis sanitaria llega a
desbordarme: Noticias falsas, informaciones reales, datos numéricos sobre la
incidencia, la inundación de “memes” que se reciben, e, incluso, algunas
posiciones políticas ante la situación hacen, al menos para mí, muy difícil seguir,
como acostumbro, un desarrollo lineal del tema. No obstante intentaré tratarlo
por bloques:
1º Bloque política
nacional
El Gobierno se ha
visto envuelto en problema global, y ha decidido actuar en todo momento de
acuerdo con las directrices de la O.M.S., y, hasta cierto punto, con las
directrices de la UE. Otra cosa es que haya sabido transmitir bien esta
posición, que sus medidas hayan sido timoratas o no, que hubiesen podido hacer
otras cosas. Ahí no quiero, ni puedo, ni debo opinar. Carezco de los
conocimientos para hacer ningún tipo der crítica, si es que es verdad que hayan
seguido las directrices de los expertos mundiales.
El PP, en general,
se está comportando con sentido de Estado. Pero quizás se hubiera podido
ahorrar algunas críticas veladas, especialmente, cuando durante su gobierno la
Sanidad Pública sufrió terribles recortes de los que no se han recuperado aún.
UP, Su cuyo
máximo dirigente cometió la grave irresponsabilidad de acudir a un Consejo de
Ministros estando en cuarentena ¿Ese es el ejemplo que está dando a la
ciudadanía para estar confinados?, ¿Tan necesario se siente? En el caso de la
Ministra de Igualdad, no puedo opinar. Desconozco si ella sabía que estaba
infectada o no, claro que, en caso de saberlo, hubiese cometido una
irresponsabilidad que, al igual que al Sr. Iglesias, les descalificarían como
ministro, y hasta como personas.
De los otros
partidos nacionales nada que decir, uno por irrelevante y estar incurso en
elecciones internas donde se pueden decir muchas incongruencias; del otro, no
hace falta, se descalifican solos.
2º Bloque política
autonómica
De entre los
Presidentes Autonómicos, ha habido dos que disentían con la actuación del
Gobierno en la promulgación del estado de alerta, ya que hay varios puntos que
supuestamente invaden las prerrogativas que tienen atribuidas y reconocidas en
sus respectivos Estatutos de Autonomías. Y puede que no les falte razón, ya que
da la impresión que el Gobierno considera que las atribuciones transferidas son
para los asuntos triviales y del día a día. Sin embargo, ante esta situación, que
es igual tanto para Euskadi como para Catalunya, la postura ha sido diferente.
Uno ha demostrado
que es un POLÍTICO que pretende lo mejor para sus administrados, diciendo que
no está de acuerdo con la decisión que se ha adoptado, pero que, ante la gravedad
de la crisis, él no va en modo alguno a boicotear la aplicación de la normativa
dictada para intentar superar la situación, y, que, posteriormente, ya se
hablará.
Mientras, el otro
demostró ser un fanático, como ya se sospechaba, con una más que dudosa ética.
Al decir que Catalunya seguiría su propio plan, lo único que busca es que otros
fanáticos se enfrenten a las fuerzas armadas para buscar nuevos “mártires” para
su causa. Si bien su objetivo puede ser legítimo, la forma de intentar
conseguirlo es deplorable.
3º Bloque política
internacional
Llama la atención
que cuatro países de los punteros tengan un desarrollo tan dispar, cuatro
países de la UE que han tomado medidas similares, pero en los que la mortalidad
es tan radicalmente diferente. Mientras Italia, que si bien es verdad tuvo los
primeros contagiados, tomó las medidas con más antelación y más drásticas, su
índice de mortalidad está sobre el 7%, en Alemania este índice es sensiblemente
el más bajo de los cuatro. Mientras que Francia y España mantienen ese número
en torno al 3% ¿Qué está haciendo mal Italia, y bien Alemania?
4º Bloque
ciudadano.
Mientras gran parte
de la población está llevando más o menos bien y cívicamente todo el proceso, hay
también desalmados que especulan con productos como las mascarillas y los geles
desinfectantes.
Pero donde más se
han notado los efectos de la crisis ha sido en el acaparamiento irresponsable
de bienes de primera necesidad, llegándose a crear desabastecimientos puntuales
por no dar tiempo a reponer dichos bienes, también debido a nuestra
particularidad insular, ya que las grandes superficies se abastecen de los
camiones que vienen fletados desde la península, en barcos que tienen una
capacidad suficiente como para suministrar alimentos en plena temporada
turística en la que multiplica la población, pero no para atender la psicosis
generada en un principio. De manera anecdótica podemos decir que uno de los
artículos casi imposibles de encontrar en esos días fue el papel higiénico.