viernes, 18 de marzo de 2016

Nada, no comprendo nada



¿Pues que quieren que les diga? Lo único cierto y coherente que puedo decir es que no entiendo nada, que no sé qué pretenden los partidos políticos, y, es más, creo, aunque no estoy seguro, que ellos tampoco lo saben.

En un principio pensé que PP y C’s se aliarían y, con el beneplácito de algunos partidillos, formarían un gobierno, tras jurar solemnemente transparencia y limpieza democrática, juramentos, que, claro está, no pensaban cumplir. Esta posibilidad se vio truncada por la posición del Sr. Rajoy de no aceptar el encargo real para formar gobierno y someterse a la votación de investidura.

Posteriormente a esa renuncia, el Rey se vio obligado, ante “la espantada”, a realizar una nueva ronda de consultas. Y ahí nos sorprendió el Sr. Iglesias con un gambito, brindó su apoyo para que fuera investido el Sr. Sánchez. El Rey se vio obligado, pues, a ofrecer formar gobierno al Secretario General del PSOE.

Creo que el ofrecimiento de Podemos fue sabiendo que toda la plana mayor, menor, y mediana se iba a oponer a este ofrecimiento,  de manera que, si el candidato renunciaba a formar un pacto de Izquierdas, perdería una gran parte del apoyo de sus electores, y que, si lo aceptaba, perdería el apoyo de la dirección, más o menos, en la sombra de su partido. En principio el ya citado Sr. Sánchez realizó una jugada que parecía muy inteligente y en la que él y sus más directos colaboradores salían triunfantes: consultaría a las bases una política de alianzas. Con ella se podría enfrentar a los que estaban en contra de su alianza con Podemos y, ya que paso, lo habían decidido los militantes ¿Y quién se puede oponer a la democracia interna?

Y a partir de este momento es cuando empieza el circo y me pierdo.

El PP reclama que la Presidencia del Gobierno pertenece al Sr. Rajoy, sean quiénes sean los posibles firmantes de un hipotético pacto con ellos, y a pesar de que el citado Sr. Rajoy hubiese renunciado anteriormente a su designación.

El PSOE, a pesar de estar negociando con los grupos de Izquierda, firma un pacto por sorpresa con C’s y somete a votación una pregunta que el mismo Pero Grullo haría suya. Como es lógico y ante los hechos consumados, los grupos de la Izquierda rompieron la negociación.

C’s, que pacta con PSOE, quiere pactar, al tiempo, con el PP, pero sin Rajoy para que éste quedara fuera de la presidencia de la nación. Cosa que no acepta el PP y que, por otra parte, contradice la posición de su socio y la aseveración tajante del Sr. Sánchez de que no avalaría, por acción ni omisión, un Gobierno del o con el PP. No podemos olvidar la posición de C’s y Podemos, vetándose mutuamente en el sentido de estar en un gobierno con presencia de ambos. Tampoco se puede obviar que, con la postura tan centralista del Sr. Rivera, ningún partido nacionalista estaría dispuesto a favorecer su acceso al gobierno.

En esta tesitura, el Sr. Sánchez se somete a la sesión de investidura y, como era de prever, naturalmente, la pierde.

A continuación todos los partidos abogan por el diálogo, pero ninguno cede en sus posturas, siendo muy llamativo el caso de Podemos que, a pesar de todas las llamadas al entendimiento con el PSOE, no duda en lanzarle, más que un dardo, un cañonazo, mentando la cal viva, cosa que no puede menos que encender a los que ya estaban en contra de cualquier acuerdo entre ambas formaciones.

¿Cuál es la solución? Pues a no ser que todos estén mintiendo a todos, y estén dejando pasar el tiempo para poner nerviosa a la ciudadanía para que acepte cualquier tipo de pacto, vamos a una repetición de las elecciones, a pesar de que, según las encuestas más o menos cocinadas, no darían un resultado muy diferente al actual.

 

Publicado en El Periscopi el 18 03 2016

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