No hago
ningún descubrimiento si afirmo que existe mucha información sesgada por parte
de las sociedades patriarcales en torno a la mujer y a su rol en la sociedad,
no sólo en lo que podríamos llamar nuestra civilización occidental, también en
todas aquellas de las que tengo conocimiento. Pondré un ejemplo:
El año
pasado, coincidiendo con el Día de la Mujer Trabajadora, en una actividad con
emigrantes, en la que la mayoría eran
mujeres del Magreb, casadas y con varios hijos pequeños, les pregunté si
trabajaban. Todas las magrebís, con la excepción de una que estaba empleada en
el servicio domestico, me respondieron que no. Seguí preguntándoles: ¿Quién en
su casa hacía los desayunos?, ¿Quién levantaba y vestía a los niños pequeños?,
¿Quién se encargaba de las tareas domésticas en la casa?, ¿Quién llevaba al
médico a los niños si estaban enfermos? Y varias preguntas más de esa índole.
En todas, sin excepción, la respuesta fue que eran ellas. Al preguntarles a qué
hora comenzaban con estas tares y a qué hora terminaban, las respuestas eran
que sobre las siete de la mañana y hasta las 10 por la noche.
Seguí
preguntando ¿Qué labores domesticas hacen vuestros compañeros? La respuesta fue
unánime: “Ninguna”. Unas lo justificaron
diciendo que ellos llegaban cansados del trabajo, y las que tenían el
compañero en paro con el argumento de que en su país no era costumbre que el
marido hiciese ese tipo de trabajos. Calculamos las horas que ellas empleaban en sus tareas, y cuántas sus maridos, y si
era posible que estuviesen más cansados que ellas. Les comenté que habían
trabajos remunerados, y otros que también eran trabajos, pero que no tenían
contrato laboral, ni compensación económica en forma de salario. Terminé
preguntando de nuevo ¿Trabajáis? Y entonces su respuesta en bloque fue que sí y
que mucho. La cosa no terminó ahí. Cuando acabaron su actividad y se reunieron con compañeras de otros grupos,
les comentaron que todas ellas trabajaban, y que su labor era muy importante en
la casa.
Se
podría pensar que eso sucede entre los musulmanes y sus costumbres machistas. Pero
creo que deberíamos preguntarnos antes de hacer juicios de valor. Si se lo
preguntásemos a mujeres de otras comunidades ¿No serían similares las
respuestas?
Por
desgracia, cuando se toca el tema de mujeres, no se puede evitar sacar a
colación el tema de la violencia de género, especialmente en este año 2017, en el que se ha asesinado a tantas mujeres,
tantas que ya he perdido la cuenta. Ante esta situación caben una serie de
preguntas, como pueden ser:
¿Cuándo
el Gobierno dotará los medios
suficientes para la protección de las mujeres?
¿Cuándo
el Gobierno ordenará a las Fuerzas de Seguridad del Estado que dediquen atención preferente a la
protección de las mujeres en riesgo de ser agredidas e, incluso, asesinadas, en
vez de dedicar sus esfuerzos a perseguir
a tuiteros, titiriteros y contadores de chistes?
¿Cuándo
los partidos políticos propondrán como Magistrados/as para los organismos de
dirección de la judicatura a personas verdaderamente concienciadas del problema
de la violencia de género?
¿Cuándo
se dejarán de hacer preguntas inculpatorias a las víctimas, en vez de perseguir a los agresores?
Y van 16 casos de mujeres
asesinadas por sus parejas o ex – parejas confirmados en este año, hasta el 02
02 (fecha a la que está actualizada Portal Estadístico Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.
¿Cuántas
serán necesario que sean asesinadas (que no muertas) antes de que se
comience en serio a tomar medidas eficaces?
Publicado en El Periscopi el 10 03 2017
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