sábado, 22 de abril de 2017

No lo diré



 
No quiero herir sentimientos religiosos que pudieran llevarme a tener algún encuentro con la Justicia, previa denuncia de los que se pudiesen sentir injuriados. En consecuencia no opinaré ni comentaré nada sobre los temas que cito a continuación

No  diré que las procesiones cuaresmales con autoridades civiles, militares son algo contrario a la Constitución Española  que proclama que en cuanto a país es un estado aconfesional.

Tampoco sobre la perdida de los llamados valores religiosos y penitenciales para convertirse en un espectáculo folklórico,  en el que una gran mayoría de los que intervienen, lo hacen  como motivo de lucimiento, ya, que resulta contrario a la razón, la intervención en ella de personajes que con su conducta pública contradicen aquello que presuntamente es la razón de ser de los desfiles penitenciales

Tampoco diré que con su siembra de cera en las calles procedentes de los cirios que portan los cofrades es un peligro para las personas y vehículos por las posibles caídas o accidentes de los vehículos. Sirva de ejemplo que en Palma hubo un atropello múltiple y aún no ha trascendido si fue porque el coche perdió el control por la cera de la calzada.

Me guardaré de mencionar que el gasto que supone la limpieza y retirada de la cera citada en el párrafo anterior, la tenemos que sufragar vía impuestos todos los ciudadanos, tanto los creyentes en la religión que promueve las procesiones, como los que no profesamos esas creencias.

Omitiré el comentario sobre el incumplimiento de la ley  del Ministerio de Defensa ordenando que las enseñas en todos los establecimientos militares, ondearan a media asta, en lo que ellos llaman “señal de respeto” y que por lo visto autoriza al incumplimiento de la legalidad vigente.

Tampoco me permitiré citar a algunos de los máximos representantes de la Iglesia, que en nombre de sus creencias se permiten desautorizar con comentarios bastante descalificatorios a los que no profesan su fe, o creen que las políticas de género  son necesarias para el avance de lo que ellos creen una sociedad más justa y más igualitaria.

Las  opiniones que algunos miembros de la Jerarquía Católica, como el Obispo de Malaga, han hecho públicas unas declaraciones igualando el matrimonio  de personas del mismo sexo con el bestialismo y con la pederastia, en mi humilde e ignorante opinión, deben ser una muestra de respeto hacia los colectivos que hacen uso de esa figura legal vigente en nuestro cuerpo jurídico, ya que ningún fiscal ha abierto algún tipo de procedimiento.

Y una vez pasada la Semana Santa y la Pascua, habrán podido ver que no he querido hablar de religión para no ofender los sentimientos religiosos de los cristianos en general y de los católicos en particular. Ahora me tocará esperar al 27 de mayo para no ofender a los seguidores del profeta Mahoma ¿o acaso a esos sí que se les puede ofender en sus sentimientos?


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