Como dije la semana pasada, me toca hablar de algo que no si
aún existe, es algo de un pasado remoto, y, actualmente, una leyenda Urbana. Me
estoy refiriendo, como todo el mundo habrá adivinado, a eso que se conoce (o
conocía) por la izquierda.
Empezaré por Esquerra Republicana de Catalunya, ya que,
dentro del fracaso global de toda la izquierda, resulta la gran perdedora de
las elecciones, pues es la que más expectativas de triunfo tenía, y, de un
primer lugar que parecía tener ganado de antemano, se ha quedado como tercera
fuerza. Cierto es que se ha encontrado con una gran desventaja mediática:
algunos de sus dirigentes tuvieron que hacer declaraciones para evitar
permanecer en prisión, y algunos ni aún así lo consiguieron. Estas
declaraciones que fueron magnificadas, y
repetidas hasta la saciedad por los medios de comunicación, consiguieron que
algunos no aceptasen los argumentos utilizados, y cambiasen sus votos hacia el
otro partido que preconizaba la secesión. Este otro partido, al estar sus
líderes fuera de territorio español, sí podía hacer las manifestaciones que
quería, sin estar sujeto a fiscalización, y mucho menos a la disciplina
penitenciaria, como estaba Oriol Junqueras.
En cuanto a Catalunya en Comú, su derrota y su pérdida de
escaños debía, o al menos debería, estar prevista. En un ambiente tan pasional,
el intentar ser sensato y coherente se paga. Siempre dijo (o casi siempre) que
estaba por que se hiciese un referéndum con garantías, cosa que indignó a sus
posibles votantes centralistas. Pero también sus dirigentes dijeron que ellos
preconizaban el voto para quedarse en España, cosa que puso fuera de sí a sus
posibles votantes secesionistas. Con esta actitud que al menos a mí, me resulta
lógica y democrática ¿Le puede extrañar
a alguien que perdiera votos y escaños?
Por lo que se refiere a la CUP, primero,
creo que uno se debería plantear si se le puede llamar izquierda a alguien que,
por encima de todo, se considera anti sistema, pero, por no crear otro
apartado, lo incluiré en la izquierda. La CUP, en aras de llegar a la
independencia de Catalunya, sacrificó muchos de sus postulados, aceptó apoyar a
P.D.Cat en algunas cuestiones (en casi todas), incluyendo los Presupuestos
Generales de la Generalitat. Todas estas actuaciones no se corresponden
exactamente con lo que se puede entender como anti sistema, y muchos de sus
votantes se decantaron por otras formaciones, o quizás, a pesar de la alta
participación, por la abstención.
Acabado mi análisis de la izquierda, vayamos a por el PSC,
que, a pesar de ser los agentes comerciales del P (SO) E en Catalunya, no han
pagado el apoyo al artículo 155, lo cual, hasta cierto punto, es un logro del
Sr. Iceta. Pero en lo que intentan engañarnos es en asegurar que han ganado apoyo popular,
cosa que resulta completamente falsa, ya que integraron en sus listas a antiguos
componentes de la UDC con la intención de atraer el voto de los simpatizantes
de esa formación. Cosa que, evidentemente, no consiguieron, dado que solo
subieron un escaño más que en las anteriores elecciones, que, precisamente,
corresponde a un antiguo miembro de UDC.
Y si, tal como están repartidos los votos, resulta evidente que
si analizamos el resultado desde el punto de vista de Secesión sí, Secesión
no, la situación varía, pero mejor dejarlo para una próxima semana
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