Cuando finalizan las fiestas de navidad, desaparecen de las
pantallas de televisión los anuncios de perfumes, y, para sustituirlos,
proliferan los de fascículos, y este año, además, los de casinos y casas de
apuestas. Contagiado de este bombardeo mediático, continuaré con la serie sobre
las elecciones de Catalunya, por lo que tiene de serial, y también porque la
traducción de los resultados para acceder al Govern de la Generalitat tiene
todos los componentes de un juego de azar, dadas las incertidumbres que se
plantean.
La primera cuestión, es decir, la constitución del Parlament,
y de su Mesa de Gobierno ya está resuelta. En principio, no entrañaba mucho
misterio. La única cuestión era poner caras a los diferentes cargos. Y aquí, la
verdad es que sí que ha habido una sorpresa, desagradable para los que creemos
en la igualdad, que ha consistido en la desproporción, diría que escandalosa,
entre hombres y mujeres en su composición. Sin embargo, lo que han criticado algunos
de los partidos unionistas es que los componentes de los partidos secesionistas
tuviesen la mayoría en la citada Mesa. Y yo digo a esos críticos: ya sé
que pido algo casi imposible, pero les rogaría que dejasen su hipocresía a un
lado, que, por una vez, sean sinceros, y que me digan cuándo un partido o una
coalición ha tenido mayoría parlamentaria, y ha renunciado a tenerla también en
su órgano de dirección . O acaso son Vds. “tontos de baba”, y, a pesar de
ejercer como políticos profesionales (profesionales por que cobran por ejercer
la política), aún ni se han enterado de cómo funciona el sistema de mayorías y
minorías. Las conclusiones que se pueden sacar de esa posición la verdad es que
no son nada halagüeñas, pues son: que son vds. unos sinvergüenzas, que tratan
de tontos a los ciudadanos, o que los tontos son vds.
Donde la cuestión sí que se pone intrigante, y está abierta
a multitud de hipótesis, es en el caso de quién y cómo presidirá la
Generalitat. El quién parece que tiene una respuesta clara: D. Carles
Puigdemont, ya que la unión de los partidos secesionistas, y que, como tales,
son mayoritarios en el Parlament dicen que: “Nuestro candidato es Puigdemont”.
Así de claro y conciso. Lo que no está nada claro es cómo lo van a proclamar,
si es que llegan a proclamarlo. Las alternativas que más suenan, y que parecen
más viables son:
1)
Puigdemont se presenta en el Parlament y es
proclamado. Tiene el obstáculo de que contra D. Carles hay un orden de
detención, que lo llevaría directamente a depender del Tribunal Supremo. El
cual, presumiblemente, lo enviaría a una bonita prisión, como aquella en la que
está el que era su Vice President. Dados los antecedentes, el candidato no
parece mostrar ningún interés en conocer el régimen carcelario español como
usuario del mismo.
2)
Se elige al President de forma telemática, o por
delegación, con lo cual Puigdemont es elegido, al tiempo que elude la
posibilidad de ir a la cárcel. Parece la solución perfecta, pero hay varios condicionantes:
a) ERC, en principio, parece que no está de acuerdo con esta postura, aunque en
la constitución del Parlament evitaron decirlo de forma clara; b) Los letrados
del Parlamento niegan que esta solución sea conforme al Reglamento de la
Cámara. Pero aquí conviene recordar que el informe de los abogados no es
vinculante, y ya hay precedentes de no aceptar sus informes; c) Hay opiniones,
como la del ex juez Elpidio Silva, que apuntan
que si el Reglamento no prevé, y, por tanto, no prohíbe la proclamación
telemática taxativamente , es que está aceptada. A esta opinión le contestó con
sorna, pero no exento de cierta razón, el ex Presidente del Gobierno, Sr.
Gonzalez , que el Reglamento no prohíbe investir a un elefante; d) Pero, quizás
a efectos prácticos, y más que la resolución al recurso al Tribunal
Constitucional, que ya ha anunciado el Gobierno Central, el mayor condicionante
a una investidura sin la presencia física del candidato es el anuncio del
gobierno central de que mantendría en vigor la aplicación del artículo 155.
3)
Que, a pesar de todos los juramentos de amor a
eterno al Sr. Puigdemont, busquen a un candidato alternativo.
4)
No resolver la cuestión, e ir a unas nuevas
elecciones.
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