Para
los católicos es dogma de fe el Misterio de la Santísima Trinidad, pero para
mi, aunque no lo sea, encuentro tan misterioso como aquel la fijación, amor y
fidelidad que los votantes de más de 60 años sienten por el PP.
Todas
las estadísticas y sondeos electorales demuestran que, en ese arco de edad, los
votantes del PP son una mayoría abrumadora, cosa que sería comprensible si
dicho partido tuviese un cuidado y unas atenciones que, en mi opinión, dista
mucho de tener. Veamos las razones en que me baso para hacer esta afirmación.
Es
cierto que, en la época del Sr. Cañellas, el PP balear invitaba a algún acto,
generalmente de tipo gastronómico, a los jubilados en los hogares del
pensionista, pero de eso hace más de veinte años. Y yo me pregunto ¿Tanta
memoria tenemos las personas mayores? ¡Vale! Se puede ser agradecido y tener
buena memoria, pero ¿Tanta?
Pero,
volvamos al momento actual. El IPC subió en 2016 el 1,5%. Sin embargo, las
pensiones suben un 0,25%, lo que, de entrada, supone la pérdida del poder
adquisitivo en un 1,25%. Teniendo en cuenta, además, que, en muchas ocasiones,
esta pensión es el único aporte dinerario regular para muchas unidades
familiares donde todos los miembros en
edad laboral se encuentran en situación de paro. Y el corriente año no ha
empezado mejor, ya que muchos productos, especialmente los relacionados con la
energía, han subido muy por encima del incremento de las pensiones, e, incluso,
del tan celebrado aumento del salario mínimo.
Tomemos
por ejemplo el de la bombona de butano, no tan solo necesario para cocinar,
sino también en los hogares con la renta más baja para atemperar el crudo
invierno que estamos padeciendo este año, y que ha visto incrementado su precio
en un 5%. Si a esto le añadimos las fuertes subidas en los precios de los
combustibles para la automoción, que no olvidemos que siempre repercute en los
costes finales, el panorama se nos presenta muy poco halagüeño a los
pensionistas.
Por
otra parte, y refiriñéndonos al copago farmaceútico, la Ministra de Sanidad, en
un alarde de sensibilidad social, lanzó la brillante idea de aumentar en un 25%
la cantidad máxima mensual a pagar por los pensinistas comprendidos en el arco
de losso9n perceptores de pensiones
medias, donde se pasaría a pagar por
concepto de copago un máximo
mensual de 8€ a un nuevo máximo de 10€. Aunque de momento se ha parado el tema,
me temo que lo de ahora ha sido un globo sonda, que, aprovechando cualquier
excusa se a hará realidad en un futuro más o menos inmediato.
Y para
terminar de acabar con las pagas de los sufridos pensionistas, no ya del “sustancioso”
incremento que hemos disfrutado, ahora toca la electricidad, una de las más
caras de Europa, con un sistema de tarificación demencial y unos recibos
opacos. Con la excusa de que los recursos hidrológicos son escasos, agravados
por un 2016 seco, y de que se tiene que importar el combustible de origen fósil,
el precio ha aumentado de una forma muy significativa. Pero, convenientemente,
se olvidan de que en la actualidad es más barato producir energía eléctrica a
partir de la energía solar. Y esto se hace patente, por ejemplo, en Gran
Bretaña, a pesar de que aquellos lares no se distinguen precisamente por sus cielos limpios de nubes
y con un sol radiante, cosa que sí sucede en este país. Al parecer, algunos
deben creer que si se utiliza el sol para otros fines, como puede ser generar
electricidad, no quedará para que los turistas del Norte de Europa puedan
abrasarse y hacer oposiciones a adquirir un cáncer de piel.
España,
que era un referente en instalaciones de energías renovables, ha sufrido un
parón en la instalación y fabricación de
elementos para generar este tipo de energías. o al sol” para compensar el lucro
cesante de las eléctricas, y que castiga la auto generación.. Por lo que muchos
mal pensantes ven el origen de la situación en esta circunstancia ¿Tendrán
razón?
Publicado en El Periscopi el 27012017