Aunque la fecha asignada para la publicación
de mis escritos, son los viernes, siempre los escribo en lunes ¡manías de uno!
Dadas estas circunstancias, voy a hacer algo
que casi nunca hago: Política Ficción y analizaré desde mi punto de vista
personal la huelga y sus circunstancias antes de que esta ocurra.
El seguimiento será bastante menos
importante que en ocasiones anteriores,
debido entre otras causas a la precaria situación laboral que obligará a muchos,
por miedo a represalias, a no secundarla; a otros les llevará a no seguirlas la
perdida de la retribuciones económicas al no trabajar estando regulado que las
horas no trabajadas por huelga no se cobran y por fin, a otros muchos por desgracia, a su
posición egoísta e insolidaria de: “si se consigue algo será para todos y yo
mientras tanto habré cobrado mientras los que vayan no.
Siendo estos razonamientos significativos
para creer que la huelga no tendrá un seguimiento masivo, hay una razón, que
considero de un gran peso específico: Por primera vez en la historia después de
la caída de la Dictadura, ni el Gobierno, ni el Govern, han hecho bandera de
los servicios mínimos, no han intentado fijarlos de forma abusiva, casi han
dado “palmaditas en la espalda” a los sindicatos a la hora de fijarlos. ¿Es o
no es un convencimiento a priori por parte de los que nos gobiernan del fracaso,
al menos en número de la convocatoria?
Sinceramente, me gustaría equivocarme en mis
conclusiones, me gustaría que la indignación que dicen sentir los habitantes de
estas tierras, se plasmara en un paro total y absoluto y que no se movieran ni
las hojas de los arboles, pero por desgracia, eso no creo que suceda.
Eso si, de lo que estoy seguro, es que tenga
el seguimiento que tenga, será un éxito para todos. Los convocantes dirán que
ha sido masiva y solo funcionaron los servicios mínimos y a quienes contra los
que va dirigida la huelga, dirán que ha sido un rotundo fracaso, que solo
pararon cuatro y que los escasos establecimientos que cerraron fueron por la
presión de la violencia de los piquetes.
Lo que si que estoy convencido tendrá un gran
seguimiento, será la manifestación vespertina, y ahí, permítaseme ser un poco
cínico, las causas suelen ser variables. Por una parte, irán los convencidos,
los que han secundado la huelga, aun necesitando y mucho la retribución no
devengada, pero habrá también multitud de manifestantes que no la habrán secundado amparándose
excusas más o menos validas, otro grupo que irán ha hacer su paseíllo porqué
tienen que mantener su status de “progres” y para ello, ¿qué mejor que asistir
a una manifestación contra el Gobierno?
Al final y al igual que en el seguimiento de
la huelga, nadie nos librara de la batalla de cifras.
Cuando salga este escrito, se podrá calibrar
en cuanto me he equivocado, aunque me temo que no mucho
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