Soy de los que piensan que los llamados debates de
la Nación, Comunidad o Municipio, es un puro teatro en cuanto a declaración de
intenciones del gobierno correspondiente. El verdaderamente real y efectivo y
que muestra los objetivos que se quieren cumplir, así como el grado de
compromiso, es: el de los presupuestos.
¿De qué sirve hablar que se mejoraran los servicios
sociales si recortan el presupuesto? ¿o de sanidad, educación? Si no hay
dotación económica, son palabras mojadas.
Lo único aprovechable de los llamados Debates del
Estado de…, es para analizar el desparpajo con el que el gobernante de turno
nos miente y se justifica, ver como el portavoz del partido que sustenta al
gobierno le ríe las gracias a su jefe de filas, al tiempo que intenta
justificar lo injustificable, dándole una coba escandalosa, pues tener contento
y subir el ego del mandamás, supone continuar disfrutando de las prebendas del
cargo. Lógicamente, también sirve para ver el temple y la capacidad de
argumentación de la Oposición.
En el reciente debate de nuestra Comunidad, ha
quedado patente el carácter autoritario del President con respecto a los que
están en un plano social inferior a él y la total sumisión a los que están por
encima, como son los grandes empresarios
y a la Dirección Estatal de su
partido.
La Oposición,
cumplió, quizás con la resignación previa de saber que dijera lo que dijera y
propusiese lo que propusiese, se vería arrollado por el Reglamento de la Cámara
y por la mayoría absoluta del PP.
Se cubrió el trámite, ¿ alguien esperaba algo más?
Publicado en El Periscopi el 29 11 2013