sábado, 15 de marzo de 2014

Atrapados en los recortes



Como se diría en una telenovela, la historia es real como la vida misma. Una persona, mujer de cierta edad por más señas, va caminando al anochecer por una calle de Palma, en la cual algún, desaprensivo o inconsciente, ha derramado aceite;  resbala y cae al suelo, no se puede incorporar y llaman a emergencias. Al cabo de unos momentos aparecen unas unidades de la Policía Municipal, que acordonan la zona, y avisan a los bomberos para que cubran la mancha en evitación de nuevos percances y también  a una ambulancia para la evacuación de la accidentada

La accidentada es llevada a Son Espases y se le diagnostica una rotura de cabeza de fémur, queda ingresada y posteriormente se le implanta una prótesis, con la mala fortuna que en parte debida a una osteoporosis (ya había dicho que era mujer y de cierta edad) que supone una convalecencia de unos dos semanas a tres meses sin poder cargar peso sobre el miembro en que se implantó la citada prótesis. Sumando nuevos gastos al Ibsalut.

Se confirmaron los tres meses del diagnóstico previo para la correcta adaptación de la prótesis. Al cabo de los cuales se le realizó a la paciente una radiografía, en la cual el traumatólogo apreciaba que el proceso  había sido satisfactorio. Sin embargo, por prudencia y en evitación de posibles complicaciones posteriores, solicito un TAC, y ahí surgen nuevos problemas. En principio, y a pesar de que el facultativo había pedido la prueba como urgente, el Servicio de Radiología no puede concretar una cita, extraoficialmente a la paciente le dijeron  que uno de los aparatos para realizar la prueba, estaba fuera de servicio por avería, y que por los recortes no había presupuesto para su reparación. Información que parece confirmarse, toda vez que a los adultos, se les realizan las pruebas en la zona de pediatría. Como la inmovilidad se prolongaba, decidió hacerse un TAC por la sanidad privada, creyendo que con esto, se podía solucionar el problema, pero resultó vano el gasto, ya que no le dieron hora para el traumatólogo hasta pasado casi un mes. Nuevos niveles de gastos, además de a la sanidad pública, directamente al bolsillo de la accidentada.

No cuantifico los desembolsos que ha realizado, que son a grandes rasgos: una silla de ruedas, otra especial para situar en la ducha y así poder asearse, el  contratar a una asistenta, el TAC y algunos gastos excepcionales más, todo esto con la espada de Damocles de poder perder el empleo, que según la legislación laboral aprobada por el PP, una baja laboral tan prolongada puede ser causa de despido.

Tenemos unos grandes profesionales en la sanidad pública, pero los recortes, han hecho que la calidad por las circunstancias que la rodean, se vuelva  lenta y por tanto empieza a resultar ineficaz y con una falta de calidad que comienza a ser alarmante.

Aquí como en la fabula de: “Por un clavo se perdió un reino”, nos encontramos que: por un recorte en el servicio de vigilancia, se originan unos gastos en el plano municipal, en el autonómico, en el individual, y en el empresarial, no olvidemos que en los cuatro meses, hasta ahora de inmovilización habrá que añadirse el tiempo de rehabilitación para poderse integrar a la vida laboral.
Publicado en El Periscopi el 14 03 2014


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