El Govern
anuncia a bombo y platillo que ha
ahorrado ciento veintiocho millones de euros. Bueno, al menos parece una buena
noticia, pero antes de echar las campanas al vuelo conviene saber en qué
partidas y cómo se ha conseguido el ahorro. Aunque dirigiendo al Govern quien
lo dirige y sustentando al citado Govern el partido que lo sustenta, no puede
haber ninguna sorpresa.
Así que
comencemos a echar cuentas. De los ciento veintiocho millones, noventa son en
recortes en Sanidad y Enseñanza, es decir: el 71,35 % corresponden a estas
partidas. De forma que, esas famosas “LÍNEAS ROJAS” que el Gobierno de la
nación, con el Sr. Rajoy a la cabeza, dijo que jamás se traspasaría, siguen
siendo la primera y principal fuente del cacareado ahorro. Ni que decir tiene,
son dos pilares básicos del estado de bienestar y cualquier estado democrático
debería defenderlos por encima de todo. Pero no queda ahí la cosa, las supresiones de los complementos de acción
social, de complementos por ILT, de los complementos por productividad y horas
extras son casi la totalidad del 28,65% del ahorro restante.
¿A
costa de quiénes ha sido ese ahorro? Pues de los trabajadores ya que, a pesar
del intento de estigmatización de los funcionarios por parte de los diferentes
dirigentes de las distintas administraciones, estos son trabajadores que hacen
su labor para servir a la ciudadanía. Pero no son ellos los únicos
perjudicados. Con estos recortes los perjudicados somos, en última instancia, los
ciudadanos ya que los recortes efectuados son un ataque en toda regla hacia
nosotros, pues cuando un profesional de la enseñanza o de la sanidad, se da de
baja por enfermedad, no es substituido hasta pasados quince días ¿Cómo se cubre
la baja? Con deficiencias en la prestación de servicios públicos, paliadas, en
parte, con el esfuerzo no retribuido del resto de personal que intenta que no
se resienta la atención del servicio.
¿Hablamos
de los despidos de personal? ¿Hablamos de los interinos que no han sido
renovados?
Mientras
tanto nuestro President, con la conciencia social que le caracteriza, pleitea,
con recursos públicos, por supuesto, para que sus eficaces colaboradores
íntimos no vean mermados sus generosos momios o para defender su honor, que
considera mancillado.
¿Cuánto
cuesta la escolta que lleva para asistir a actos de partido? ¿Cuánto cuestan
los viajecitos a Menorca de la Sra. Consellera d’Educació? De acuerdo que según
la Audiencia, no son delito, pero ¿Es ético que los contribuyentes le paguemos
sus desplazamientos a su casa? ¿No sería un gasto que se podría ahorrar? Y los
casi dos viajes semanales de los miembros del Govern a Madrid ¿No se podrían
ahorrar con video conferencias?
¿Qué
coste social y económico tiene la congelación de obra pública? Y no hablo de
obras faraónicas, simplemente de la conservación de carreteras, o de la limpieza
de la ciudad, que no es sólo Jaime III.
¿Cuánto
se ha derrochado en la inservible infraestructura de la recogida neumática de
basura?
¿Ahorro?
Si, naturalmente, pero no en servicios público necesarios a la comunidad. Sí en
auto propaganda. Sí en gastos suntuarios. Sí en limpieza de Marivent.
Pero
sobre todo, que dichos ahorros sean eso, ahorros, y no atracos a los
trabajadores y pensionistas.
Es
decir, si descontamos los abusos de poder para expoliar a los ciudadanos, el
ahorro ha sido como el del chocolate del loro.
Publicado en El Periscopi el 14 07 2014
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