A pesar de que no creo necesario avisar
que no me gusta Rajoy, no me gusta nadie de su equipo y no me gusta el PP. Ya
que creo que esto no le vendrá de nuevas
a cualquiera que haya leído alguno de los escritos que publico en este medio.
Sin embargo, no me duelen prendas en reconocer su buen hacer en la programación
de las Elecciones Generales.
Han medido con extraordinaria maestría
los tempos. No han dejado cabos sueltos y se perfilan como claros ganadores en
las mismas, “solos o en compañía de…” como se público en una mediática
sentencia.
Vamos a relacionar algunos de los grandes
aciertos. En primer lugar, conviene destacar la fecha elegida, prácticamente en
el periodo navideño, donde la gente está
pendiente de regalos, desplazamientos, reuniones de amigos, compañeros y
familiares y por tanto las cuestiones políticas quedan un tanto desvanecidas.
Esto hace de paso que la gente sea menos
beligerante y menos proclive a recordar
mentiras e incumplimientos anteriores.
El machacón mensaje de “estamos saliendo
de la crisis y crecemos más que nadie” que creo que nadie puede dudar que falte
a la verdad pues, basta echar una mirada al número de empleados, que es
inferior al que había al inicio de su mandato.
¿Pero qué más da? ¿Acaso les ha
importado en algún momento mentir?
En estas fechas, incluso en los peores
momentos de la crisis se consume más de lo habitual, dándose por tanto una falsa perspectiva de la situación. Este
aumento del consumo va unido a una contratación de trabajadores, con
contratos que son completamente coyunturales, pero que pueden aliviar
momentáneamente la situación de algunas
personas, al tiempo que refuerzan el espejismo
de mejora económica, y que puede hace
creer a los menos avisados, que esta situación, que tiene fecha de caducidad,
puede ser permanente y que por tanto, al coincidir con época electoral, tendrá
su repercusión en los resultados positivos
para sus intereses
Han sabido también calibrar la situación
de los rivales. Sánchez, solo representa el peligro de su total
desmoronamiento, poniendo muy difícil con esta caída, una futura vuelta al bipartidismo. El catastrófico papel jugado por su partido, como
oposición a las políticas de autentico exterminio del estado de bienestar, a su indefinición y falta de respuesta a los
problemas de la nación, le ha llevado a
las peores expectativas de voto en la historia de la democracia. Podemos, con su viaje desde
posiciones anti-sistema hasta su social democracia actual, ha perdido al tiempo
frescura política y tirón electoral. La indefinición del espacio político que
pretende ocupar, se traduce en haberse convertido en un partido transversal a
las clases, que en mi opinión, no puede sostenerse a no ser que pretenda ocupar
solamente el nicho sociológico que está perdiendo el PSOE. Sus política de fichajes
de personalidades, que resulta una imposición en las listas, no concuerdan con su mensajes iniciales en
donde el mensaje era: que todo se decidiría dentro de los círculos y de forma
asamblearia y que tan grato era a buena parte de sus bases. Esta cambio de
criterio ha hecho alejarse a una parte significativa de sus primitivos
seguidores y de algunos de sus cuadros más carismáticos. Por otra parte, el
excesivo protagonismo de Iglesias y la prepotencia real o aparente que
proyecta, no es, o así lo creo, la más
adecuada para captar al difuminado perfil del votante indeciso y poco formado
que se rige por los mensajes visuales. Ya que para electores “guapos y
atractivos” están Sánchez y Rivera.
He dejado en último lugar a Ciudadano’s, no
porque no crea que no tiene posibilidades, sino porque ambos PP y C’s son la
misma opción y persiguen los mismos objetivos, en realidad, veo más a esta
última formación como la sección de estética y diseño juvenil del PP. Es decir unas Nuevas Generaciones que
se presentan a las elecciones y que se complementaran en caso necesario
Publicado en El Periscopi el 11-12-2015
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