viernes, 20 de mayo de 2016

V



Allá por los años 80 del siglo pasado, concretamente entre 1983 y 1985, TVE y de las JONS emitió una serie televisiva en la que unos extraterrestres invadían la tierra. Los citados alienígenas tenían una apariencia humana, pero escondían en su interior unos lagartos con su típica piel escamosa y dura.

Llegados a este punto, muchos se preguntaran ¿A qué viene este recuerdo? Pues muy sencillo, la inmensa mayoría de la clase política española se asemeja a esos invasores, con una apariencia humana, pero con una piel dura, a prueba de cualquier circunstancia, y especialmente, donde todo resbala. Es muy significativo que esta dureza se manifieste especialmente en la zona de la cara. Esta afirmación, que no pretende ser un postulado, se puede demostrar con varios ejemplos, de los que paso a enumerar algunos.

El Presidente en funciones no muestra ningún tipo de rubor en afirmar que, con sus medidas se produce estabilidad en el país, y que cualquier otro gobierno traería el caos y el descontrol, cuando es casi un mantra que la estabilidad de un país se consigue con una amplia base de clase media, económicamente hablando, y evitando las grandes desigualdades en emolumentos. Sin embargo, con sus medidas económicas ha masacrado a la clase media, y llevado a millones de personas de clase media a la clase baja. También afirma muy ufano que se está recuperando el empleo, lo que no dice es el tipo de empleo que se crea y cuál se destruye. Se destruye empleo estable y adecuadamente retribuido, y, en cambio, se crea empleo precario, temporal, a tiempo parcial, y con unas condiciones económicas que no permiten a los contratados superar el umbral de la pobreza.

No sólo es el Presidente en funciones. Uno de sus ministros, el Sr. García Margallo, en lo que para él debió ser “un momento tonto” dijo que: “se habían pasado cuatro pueblos en el tema de la austeridad”. Al día siguiente, una vez pasado ese momento, intentó arreglarlo diciendo que no se refería al gobierno español, si no a la comisión europea, mostrando su piel reptiliana y esperando que los ciudadanos no advirtieran que el gobierno actual en temas económicos actúa al dictado de la citada comisión europea.

Podría citar infinitos ejemplos más sobre los miembros del Gobierno (en funciones) o sobre el partido que lo sustenta, pero no quiero que parezca que esta variación genética sólo se da entre los miembros de esta formación. También se da en otras formaciones. Veamos otros ejemplos:

El Sr. Sánchez, aparentemente líder del PSOE, manifiesta que Podemos ha abortado, con su intransigencia, la posibilidad de un gobierno de izquierdas y cambio. Cualquiera, sin las características epiteliales de los políticos, se sonrojaría al hacer esta afirmación ¿Un gobierno de cambio y y progresista con C’s? Pues bien, él, impasible el ademán, lo repite hasta la saciedad, al tiempo que descalifica a Podemos y a su líder, obviando que gobierna en algunas CC.AA. y ayuntamientos gracias al vilipendiado partido.

C’S y su fotogénico jefe se presenta como paradigma de transparencia y amante del diálogo, pero no duda en dar soporte a las ejecutivas de las dos CC.AA. con más casos de corrupción denunciados e investigados. En cuanto a que es capaz de pactar con derechas e izquierdas, los ciudadanos de Baleares, no podemos (sin mayúsculas y del verbo poder) olvidar a un partido que alardeaba de la misma condición y que se tuvo que disolver con casi todos los miembros de su Ejecutiva en prisión.

Podemos (esta vez sí para designar a la formación política): que  manifiesta que no es de derechas ni de izquierdas, pero que no duda en negarle el pan y la sal al PSOE por su pacto con C’s; que no sólo reparte cargos y sillones, si no que, tras dejar en una situación desairada a IU al rechazar en las anteriores elecciones una posición digna ante su  renuncia de presentarse en solitario, al tiempo que hacía recaer sobre la formación en declive una sarta de descalificaciones, ahora, y tras ver su debilidad, sí que la acoge en su seno para fagocitarla. Pero sus dirigentes asumen, sin despeinarse, que son coherentes con la sociedad.

En fin, que tengo mis dudas sobre si la clase política que disfrutamos es de este planeta o viene del espacio exterior.

 

Publicado en El Periscopi el 20 05 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario