viernes, 12 de agosto de 2016

Seis que son siete

Está visto y comprobado que la técnica del papamoscas funciona. C’s  se ha acercado a su boca y ha movido ficha en vez de hacerlo el PP que como candidato a gobernar, debería ser el que se estuviese moviendo buscando acuerdos, pero en fin…
El resultado de ese movimiento, es que Rivera o el C’s ya no vetan al Sr. Rajoy como candidato, para otorgarle el preciado sí a su investidura  en un claro ejemplo de teoría del_ Donde dije digo, digo…”
Para el anhelado si, ha impuesto seis condiciones, que siguiendo una larga tradición literaria son una más de las que se anuncian (recuérdese a Los tres Mosqueteros que eran cuatro). Estas condiciones, que en principio podrían ser asumibles por cualquier ciudadano de buena voluntad, tienen alguna pequeña laguna. Seguramente achacables a algún pequeño desajuste a la hora de redactarla y que a continuación paso a detallar:
s/n) El PP debe fijar fecha y hora para la sesión de investidura. Como no está numerada, no cuenta, pero intentar que el Sr. Rajoy se comprometa con un calendario impuesto y no seguir su ritmo. Indica una candidez total o un desconocimiento supino de  su personalidad  De hecho, se ha celebrado la reunión entre los dos máximos dirigentes de las formaciones y no ha habido ni un atisbo de fijar fechas.
1) Expulsión inmediata de cualquier cargo público imputado por corrupción política.- A mí personalmente, este punto no me acaba de quedar claro. ¿Se refiere solo a personas? Ya que si es en un amplio sentido, habría que expulsar al PP que está imputado y entonces ¿con quién se negocia y qué?
2) Eliminar los aforamientos. Nada que alegar, me parece que sería lo deseable. Solo una duda, ¿estarán de acuerdo los miembros de la dirección con Dña. Rita Barbera y algunos, bastantes, demasiadas más, que están en el centro de investigaciones en aceptar dicha medida?
3) Aprobar una nueva ley electoral (desbloqueo de listas, fin del voto rogado en el extranjero y modificación del peso relativo de cada voto en el reparto de escaños. Excepto que se tendría que afinar la redacción, ya que los partidos taxi (esos en los que todos sus afiliados caben en un taxi) no tendrán, o al menos es previsible, representación, perdiéndose por tanto sus votos. Pero ¿alguien sinceramente piensa que los partidos tradicionales van a renunciar a una ley electoral, que aunque injusta, les beneficia? Recordemos que son partidos, que buscan el poder y no son una ONG.
4) Acabar con los indultos por corrupción política. Demasiado altruismo se necesita, en mi opinión, para que el Comité de Dirección lo apruebe, dada la situación personal en la que se encuentran algunos de sus miembros como ya he citado.
5) Limitar los mandatos presidenciales a ocho años o dos legislaturas.  Debido a una lógica ambición de los que esperan llegar a los puestos más altos, será posiblemente un punto que no tendrá excesivos problemas en ser aprobado, a pesar de las reticencias de los que están ahora en la cúspide.
6) Crear una comisión parlamentaria para investigar el caso Bárcenas. Y en este punto, es cuando verdaderamente me pierdo, ya que me siento incapaz de discernir si el Sr. Rivera y sus huestes, tienen un sentido del humor tan surrealista  que los mortales  corrientes, como yo,  no alcanzamos a comprender, es un ingenuo que raya en lo patológico o un tercer supuesto: que esté tan pagado de su mismo que  piensa que los españoles somos “tontos de baba” y creamos viables esta condición y que está formulados de buena fe.

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