viernes, 26 de agosto de 2016

El maestro y los becarios



Desde que hay constancia de sociedades jerarquizadas, hay constancia de la existencia de la propaganda política, unas veces por la identificación de la divinidad con el gobernante o por su designación directa por los dioses. Otras veces se le atribuían cualidades excepcionales en fuerza, sabiduría o incluso potencia sexual.

El proceso siempre se ha basado en los mismos pilares: Un pueblo desinformado, un enemigo exterior real o imaginario, y la glorificación de un líder. De forma que: todos los males se pudiesen atribuir al enemigo, los logros al líder, y contando, como no, con la falta de criterio para evaluar la propaganda.

Pongamos dos ejemplos muy conocidos que avalan lo dicho hasta ahora.

a)      Ramsés II es uno de los considerados genios de la propaganda política, ya que mitificó su reinado con hechos completamente “maquillados”. Para su campaña propagandista contó con los elementos fundamentales y completamente necesarios: Un enemigo exterior: los hititas; un líder indiscutible: el mismo; y un pueblo desinformado: con la sociedad de aquellos tiempos, el pueblo se informaba en los templos. Con sus sacerdotes, Ramsés mantuvo siempre una excelente relación, ya que les proporcionó riqueza y poder, y, a cambió,, él fue ungido como un Dios Viviente. Para glorificarse no dudó en proclamarse ante su pueblo como el gran vencedor de los hititas en la batalla de Qadesh, cuando en realidad se firmó un armisticio no demasiado favorable a Egipto. No dudó tampoco en aprovecharse de los logros de faraones anteriores y en cambiar los cartuchos en estatuas y estelas de forma que pareciese que eran méritos suyos. Su labor fue tan completa, que hoy en día si le preguntas a una gran parte de la gente sobre el más grande faraón de la historia de Egipto casi por unanimidad le citarán a él.

b)      Joseph Goebels es considerado como el padre de la propaganda política contemporánea, pero en realidad su labor fue actualizar los clásicos mandamientos de la mentira convertida en realidad al ser aceptada como tal. Los tres elementos básicos, personificados en: los judíos como enemigos, y, por tanto, causantes de todos los males que le aquejaban al pueblo alemán; un líder carismático a seguir, encarnado en Adolf Hitler; y, como siempre, un pueblo desinformado y proclive a creer en cualquier cosa que les hiciese olvidar la claudicación y humillación recibida como final de la primera guerra mundial. La crisis económica con un paro elevadísimo y una inflación galopante fueron evidentemente factores determinantes para que el pueblo olvidase el sentido crítico ante la información recibida. Su labor fue muy efectiva, y digan lo que digan en la actualidad, o a pesar de que se intente correr un velo de olvido, una aplastante mayoría del pueblo alemán creyó en su propaganda y fue arrastrado a una guerra que desbastó al mundo.

Reconociendo la labor propagandista de estos personajes, creo que son simples aprendices, o más bien unos becarios adelantados sin más, en comparación con el que lleva esta sección en el PP. Aunque es justo reconocer que también ha utilizado los tres elementos tradicionales: Como enemigo, la izquierda, ahí incluye al PSOE, causante de todos los males del país; un líder que, a pesar que no es carismático, es inasequible al desaliento; y, por último, un pueblo que, paradójicamente, está desinformado a pesar de vivir en la llamada sociedad de la información y estar sometido a un bombardeo informativo que le incapacita para formar un sentido crítico para confrontar el material que reciben , ya que en su inmensa mayoría usa sólo la televisión para conocer los acontecimientos.

¿Cuáles son las razones por las que considero que empequeñece a los propagandistas históricos? Su capacidad de tergiversar la realidad consiguiendo que el pueblo los acepte como la Verdad Revelada. Son muchos los casos que podría citar, pero nombraré sólo unos pocos ejemplos:

1)      La crisis se generó por la mala gestión de Zapatero sin que las circunstancias económicas mundiales tuviesen incidencia alguna. Sin embargo, durante el Gobierno del Sr. Rajoy, los efectos perniciosos de la citada crisis fueron debidos a la “herencia recibida” y a coyunturas exteriores.

2)      Han creado la impresión de que se genera empleo, cuando la realidad es que se destruye empleo de calidad y se precariza éste hasta extremos intolerables. Si se midieran las horas cotizadas en vez de los contratos firmadas, esta falacia sería desmontada.

3)      Consiguen que el porcentaje mayor de sus votantes esté entre los mayores de 65 años, a pesar de vaciar la “hucha de las pensiones” que garantizaba el cobro de las mismas, alegando que los otros, los “rojos” quieren quitarlas.

4)      A pesar de cerrarse en banda para propiciar un gobierno compuesto por PSOE y C’s , ahora carga, y es creído, la culpa de que no haya un gobierno en este país sobre el PSOE por no facilitar la investidura.

5)      Culpa al PSOE de que si no hay pacto de investidura se tendrá que votar exactamente el día de Navidad, cuando el PSOE en los momento actuales no puede en forma alguna determinar la fecha de unas hipotéticas terceras elecciones.

¿Es o no un maestro que deja en un papel secundario a Ramsés y a Goebels?


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