Para que nadie se llame engaño y como
primera providencia, quiero manifestar que no soy vegano, ni tan siquiera
vegetariano en sus diferentes modalidades, que como carne con una cierta
asiduidad, y que dicha circunstancia no es óbice para estar en contra del
maltrato animal. También tengo que decir que creo firmemente en la
multiculturalidad, y que, por tanto, no creo que ninguna cultura, por muy
diferente que sea de la mía, sea inferior a ésta, pero tampoco superior. Simplemente,
son diferentes.
Esta entrada viene a cuento de que hay
muchas personas y entidades que se manifiestan públicamente contra las corridas
de toros, “correbous” en sus distintas modalidades, y salvajadas varias. Me
parece admirable su actitud y tienen toda mi solidaridad ya que compartimos el
mismo sentimiento.
Pero, no sé si por temor a ser tildados
de racistas, xenófobos o cualquier otra razón que se me escapa, no se oye
ninguna voz en contra de la ceremonia sangrienta de la Fiesta del Cordero. No
es que haya tomado carta de naturaleza en España, pero con la emigración masiva
de población musulmana, esta llamada fiesta está tomando un gran auge en
nuestras ciudades. Entiéndase que no estoy en contra de que celebren ese día comiendo
cordero o cualquier otra vianda, lo que me parece intolerable es la forma de hacer
fluir la sangre, el que se realice sin evitar sufrimientos injustificados a los
animales, de los ríos de sangre que se muestran en ciertas fotografías, de la
falta de necesarios de higiene.
Creo que ninguna tradición justifica el
maltrato a un ser vivo. Creo que no debe ser motivo de celebración el sacrificio
cruento de ningún animal. Creo que
ninguna creencia debería obligar a causar sufrimiento a un ser vivo. Creo que
la muerte no debe ser un espectáculo público para deleite de sádicos.
Bajo estas premisas ¿Qué más da si
que el sacrificado sea un toro, un cordero, o un cerdo? ¿Tiene alguna
importancia que se llame a ese espectáculo corrida de toros, fiesta del cordero,
o “matances”?
A veces, da la impresión que estamos en
contra de las corridas porque se ha puesto de moda, aplaudimos o al menos no
denostamos “ses matance per lo nostro”, y que ignoramos la fiesta del cordero
porque nos es ajena, o por no despertar a la bestia yidahista a la que tememos.
Publicado en El Periscopi el 23092016
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