viernes, 16 de septiembre de 2016

Mareando la perdiz




Los dos partidos tradicionales, tan enfrentados dialécticamente, están realizando la misma  labor y usando la misma estrategia, y lanzan mensajes semejantes: Básicamente, que aseguran que son contrarios a unas terceras elecciones, y que si estas se llegasen a celebrar, la culpa sería de los otros.

Ambos mantienen posturas irreductibles. El PP afirma que ha ganado las elecciones por ser el partido más votado, y que por eso tiene el derecho a gobernar, sin contemplar ninguna otra opción, y a pesar de que más del 50% de los votantes no les haya elegido.

El PSOE, por su parte, sabe que ha perdido las elecciones, que ha obtenido los peores resultados de su historia, pero considera un éxito haber quedado por delante de Podemos. Estos resultados vienen dados teniendo que competir con un partido trufado de casos de corrupción de múltiples de sus dirigentes y del propio partido en sí. Si no han sabido sacar  provecho de las facilidades dadas por sus rivales, e incluso empeoran los resultados, creo que se merecen la pérdida de confianza de sus votantes. Por no hablar de los casos de presunta corrupción en el caso de los ERES de Andalucía (aunque no estoy seguro que influyan, vista su incidencia en el PP y en la antigua CDC).

¿Qué hacen estos partidos para “evitar” las terceras elecciones?

El PP firma un pacto anti corrupción con C’s, paladín de la regeneración política. Pacto un tanto peculiar ya que redefine la corrupción, y en el que, para resumir, llaman corrupción a aquellas prácticas contrarias a la ley en las que aún no se ha visto implicado ningún miembro del PP, y que resulta algo dudoso que en algún momento cometan. Un  caso que podría ser  significativo de esa presunta corrupción sería: el atraco a un kiosco de la ONCE a las 3.45 a.m.,  y siempre que fuese armado con  un kalashnikov dorado. Los cargos del PP que se podrían ver implicados y tener que dimitir de todos sus cargos estarían comprendidos entre edades inferiores a los tres meses o superiores a 135 años. Incompresiblemente para ellos, el resto de formaciones políticas no estuvieron de acuerdo con algunos puntos de la redacción del acuerdo y votaron en contra de la investidura de D. Mariano, pero ellos, inasequibles al desaliento, continúan insistiendo.

EL PSOE, por su parte, se ha puesto a hablar con todos los partidos ¿De política? ¿Con vistas a una nueva posible mayoría? ¿Del tiempo? Ha trascendido que han dicho no al Sr. Rajoy si este intenta una nueva investidura. Pero ¿No se lo habían dicho públicamente en el Congreso? Bueno, quizás es que piensen que D. Mariano es duro de oído. Con Podemos y C’s deberíamos suponer que era para, de algún modo, buscar una fórmula viable para poder llegar a establecer un acuerdo para la formación de un gobierno. Pero, tanto el Sr. Sánchez como su partido,  dicen que no tienen intención de formar una nueva mayoría (o minoría con acuerdos puntuales) para poder gobernar  ¿De qué hablaron? Ahora se ha sabido que va a haber una nueva reunión con Podemos. Pero en este caso, el que se queda descolgado es el Sr. Garzón, que dice que está dispuesto a aunar esfuerzos con fuerzas progresistas para la formación de un gobierno ¿Con quién? ¿Lo ha soñado? A la vista de los hechos, cabe pensar que D. Pedro Sánchez estaba aburrido, y, aprovechando que tiene tarifa plana en el teléfono, se ha dedicado a charlar con los colegas, y que los medios han aprovechado para intentar vender un diario más, y que los contertulios de las diferentes televisiones tuvieran algo de que habar.

A todas estas, tanto la perdiz como los ciudadanos estamos mareados como si nos hubiésemos bebido toda la producción de La Mancha y resto de las denominaciones de origen.
Publicado en El Periscopi el 16 09 2016

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