Decían los
“trifálicos”, de una forma mendaz, que el Gobierno del Sr. Sánchez estaba
secuestrado por sus ataduras y supeditación hacia los independentistas, y que, por tanto,
se encontraba sin alternativas ante el chantaje, por lo que cedería a todas sus
presiones.
Y ya no quiero
citar las acusaciones de que tanto el P. de Cat como ERC estaban realizando un
teatro para no perder la cara, y al final aprobarían los Presupuestos Generales
del Estado.
En el Congreso se demostró
que todo era falso, que el Gobierno no se plegó a las exigencias de interferir
en el juicio, ni los partidos catalanistas estaban jugando de farol, como
demostraron votando con lo más granado y florido de la derecha que en la
actualidad tiene representación parlamentaria.
No estoy juzgando
la legitimidad de la derecha para votar
en contra de los prepuestos presentados por el Gobierno del P(SO)E. A la postre
eran unas cuentas con matices de izquierda, y, por tanto, contrarias a la
sensibilidad social de la derecha. Y en esa derecha incluyo al P de Cat, pues,
a pesar de haberse recubierto con la capa de la independencia, nunca ha dejado
de considerarse el partido representativo de la burguesía catalana.
Bastante más
difícil lo tendrá ERC para justificar ante sus votantes el rechazo a unos
presupuestos que representaban una gran mejora para las clases que ellos
pretenden representar.
En la situación
actual, a la que se ha llegado por la cerrazón de unos y otros, el Ejecutivo,
al menos aparentemente, no tenía más remedio que mostrarse ajeno a cualquier injerencia del Poder Ejecutivo
ante el Poder Judicial, a menos que quisiera hacer una voladura incontrolada de
nuestra precaria independencia de Poderes y de lo nos queda del Estado de
Derecho.
Quiero hacer un
inciso sobre la postura del PNV, que, a pesar de ser también un partido con
sensibilidad de derechas, ha ponderado que le interesaba más a él y a sus
votantes un gobierno liderado por el Sr. Sánchez que otro que pudiera sacar el
espantajo de ETA, como reiteradamente se saca a colación.
Pero mira por donde,
el Sr. Rivera dijo al respecto de los presupuestos: “el con independentistas se
acuesta…”.
Aparte de no tener
razón, al citado líder carismático le ha estallado en plena cara una situación
similar, pero esta real.
PP y C’s, al
contrario que el resto de los partidos democráticos europeos, y en su ansia de
poder, no tuvieron reparo alguno en pactar con la extrema derecha más rancia, representada
por Vox, a la que intentan por todos los medios blanquear y presentarlcomo
a una fuerza de derecha democrática y constitucionalista, obviando su discurso
racista, xenófobo, y misógino. Pues bien, esos “demócratas” no dudan en someter
a un chantaje a sus socios de gobierno, asegurando que no aprobarán los presupuestos
de la Comunidad andaluza si no fulminan cualquier mención o aportación a la Ley
de Memoria Histórica.
El PP ya sabemos cómo
actuará. C’s también actuará igual, pero será curioso escuchar como justifican la
aceptación de ese chantaje.
No tendrán problema ninguno. Son especialistas en taparse la nariz y lanzar mantras a los suyos, que los reciben como dogmas de fe.
ResponderEliminarComo prueba aporto las declaraciones de Arrimadas ayer en la Sexta (que no vi pero sobre las que he leído esta mañana): a la pregunta de si pactarán con Vox responde "Sánchez caca".
Nada más que decir.