No sé si es un fenómeno social, o es la percepción que tengo de la
sociedad, pero, en mi opinión, hay verdaderos motivos para pensar que algo
estamos haciendo mal, que estamos perdiendo la capacidad de análisis, y que,
por esta causa, hay motivos para alarmarse.
Veamos algunas de las causas que alimentan mi temor.
Se toma como algo novedoso las
teorías económicas neo liberales (no confundir con el liberalismo político de
los siglos XIX, o con la acepción de tal vocablo en los EE.UU.) cuando, en
realidad, están basadas en La riqueza de las naciones (The Wealth of
Nations), publicado por Adam Smith en 1776. Según la tesis central de estas teorías, la
clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a
través de la división del trabajo y la libre
competencia como el medio más idóneo de la economía, afirmando que las
contradicciones engendradas por las leyes del mercado serán corregidas por lo
que él denominó "mano invisible" del sistema. “La mano invisible”
como reguladora del mercado ha resultado siempre ineficaz, desde los tiempos
del autor de la teoría, ya que el mercado no se regula por sí mismo El que
tiene los grandes medios de producción tiene también el poder y el dominio de
los medios de comunicación, evitando, en defensa de sus intereses, la auto
regulación de la Oferta y la Demanda.
Me preocupa que un partido presente en sus
listas a gente condenada por violencia de género; a ex dirigentes de
grupúsculos que exaltaban la figura de Hitler, y que solo han sido
descabalgados cuando se ha denunciado la situación públicamente, pero que no se
sabe cuántos más puede tener de esta misma condición; a gente que jamás ha desempeñado
trabajos productivos y que ha tenido sueldos públicos, en la mayoría de los
casos sin justificar, y que ahora quieren dar ejemplo de austeridad, y acabar
con las sinecuras, precisamente en el momento que se les han acabado a ellos.
Me asombra que parados, que actualmente perciben
un subsidio de paro, o incluso un subsidio de supervivencia, insuficiente en
cantidad y duración, voten, por desidia en informarse, a un partido cuyos directivos
preconizan la reducción, e incluso, la supresión de la prestación del paro, o
de dicho subsidio.
Me asusta que jubilados que malviven con su
magra pensión de jubilación apoyen a alguien que reniegan de las pensiones
públicas, con el único argumento de que las soflamas les recuerden a su
juventud, cuando un general sanguinario tiranizaba a España por haber ganado
una guerra fratricida.
Me desconciertan algunos “patriotas” que no
quieren que puedan irse de España los catalanes, pero despidieron a las fuerzas
que tenían como misión reprimir sus ansias separatistas con el cántico de “a
por ellos” ¿Para qué querían que no se fueran?, ¿Para reprimirlos?, ¿Si son
ellos, no los consideraban españoles?, ¿Entonces para qué retenerlos?
Me indigna que un hombre se considere
legitimado para decidir lo que puede hace o no una mujer, concediendo como única
libertad sobre su cuerpo decidir si quiere estar más o menos gruesa, y que haya
mujeres que voten o vayan en las listas electorales con un personaje de ese
jaez.
No puedo comprender que, mientras el paro se
ceba en las familias, mientras la precariedad laboral cercena el futuro de los
jóvenes, mientras afirman que peligran las pensiones, mientras el único futuro
de muchos licenciados es servir copas a los turistas en nombre del liberalismo
y el capitalismo más salvaje. Mientras miles de españoles se encuentran enterrados
en cunetas o en fosas comunes en lugares más o menos conocidos, el dictador que
ocasionó este genocidio aún esté en un mausoleo construido para auspiciar sus
locuras sanguinarias. Mientras cada semana se asesina a una mujer, se quiera
suprimir lo poco que se ha avanzado en la lucha contra la violencia de género.
Y todo se pueda reducir a ondear un trozo de tela al que llaman bandera.
¿Temor? No, miedo a la sociedad actual.
Sí, da miedo. Y sus discursos nos los están colando hasta en la sopa mientras lo normalizan los medios de comunicación y calan como la lluvia fina. Fíjate que este partido se mueve sin programa electoral. El candidato en Alicante contestaba a las preguntas en un chat de un diario de muchos miles de lectores con respuestas vagas del tipo "manzanas traigo". No quieren revelar sus auténticos anhelos y mueven a la gente por el estómago y las tripas. Y ese discurso, esos sentimientos, son muy peligrosos.
ResponderEliminarEstá bien que se los haya apartado de la Mesa del Parlamento. Hay que mantenerlos cuanto más lejos del poder como nos sea posible. No podemos permitirnos que toquen más de lo necesario lo nuestro, que es nuestro país, nuestras instituciones. Como decía aquél, "los experimentos en casa y con gaseosa".
Nuria, es que no pueden dirigirse a la razón, se dirigen a los instintos más primarios.En un acto público y teóricamente multitudinario ¿Como van a decir que están en contra de las pensiones públicas? ¿Que las visitas a los médicos en la seguridad social hay que pagarlas? ¿que se debe poder firmar contratos de trabajo por debajo de los convenios colectivos? Tiene otros defectos pero no son tan tontos.
EliminarCreo que hay una enorme diferencia entre los fascismos clásicos tipo Mussolini, Hitler o Franco, con los más modernos que podríamos decir que comenzaron con Pinochet o Videla, pero esto lo dejo para un próximo escrito, posterior a las elecciones, ya que como dice Jose Antonio Carreras cuando menos propaganda les hagamos mejor. No es una contradicción, no hablaré del partido español si no de las diferencias entre fascismos y neofascismos.
Como siempre, muchas gracias por leerme y por tus comentarios que siempre son muy aleccionadores y acertados