viernes, 27 de diciembre de 2019

Calificaciones subjetivas




Pero queda bonito (bis)

Los años del Nacional–Catolicismo, a los que pretende hacernos volver la derecha más irracional y rancia, estuvieron marcados por un tipo de moral basada en unas reglas que, para definirlas de una forma suave, tildaré de curiosas.

Para no extenderme demasiado diré que había tres clases de los llamados “Mandamientos de la Ley de Dios”, el básico, y que era el eje de toda la doctrina, era el sexto (si, ese que se relacionaba con las cuestiones del sexo). Otro precepto también muy sometido a su peculiar interpretación de la doctrina católica era el quinto (el de no matar y asesinar), aunque la importancia que se le daba era muy inferior al mencionado anteriormente, que tenía como peculiaridad que su gravedad estaba en función de quien era  el que lo cometiera, y sobre quien lo cometiera.

Pongamos algunos ejemplos aclaratorios sobre ambos mandamientos:

A)   Si una mujer tenía sexo con un hombre que no fuese su marido, ella cometía un pecado infamante,  que la condenaba a ser una pecadora de por vida; el hombre, por el contrario, simplemente había cometido un desliz. Desliz que, incluso, podría reportarle un tinte de gloria como conquistador.

B)   Si se masacraba a “rojos”, con o sin juicios amañados, y basados en leyes inicuas, era un acto de Justicia; pero si durante la  guerra, estando en el bando perdedor, habías disparado armas eras un criminal merecedor de la ejecución.

C)   Si un muchacho, en el despertar natural de su sexualidad, se masturbaba estaba condenado a sufrir el fuego del infierno por toda la eternidad. Pero, si entre Te Deum y Te Deum, te dedicabas a firmar sentencias de muerte eras paseado bajo palio en celebraciones religiosas.

No he citado temas de relaciones sexuales entre individuos del mismo género, ya que, en estos casos, se caía dentro de una amalgama de enfermedad, vicio y crimen.

Para rellenar hasta 10 los Mandamientos (que es un número redondo y fácil de recordar), había otros a los que no se tomaban demasiado en serio, pero hace bonito.

La cuestión de tomar una parte de un supuesto todo continúa muy vigente en muy diversos aspectos. Sin embargo, el tema estrella actual ha variado.

En la actualidad, el tema que más subjetivamente se trata entre la sociedad, incluso entre la sociedad civil, es el de la Constitución española. Tema en el que todo, o casi todo, el mundo se siente legitimado para decidir qué artículos son los importantes, y cuáles son simplemente para rellenar. Volvamos a los ejemplos en un intento de aclarar posiciones:

1)    Derecha.- integrada por C’s, PP y VOX, citados por orden alfabético,  ya que, en ocasiones, y  según temas, resulta muy difícil determinar quién está más en el ala extrema y quién se aproxima más hacia el Centro. Se declaran constitu-nacionalistas, y, además, se arrogan el derecho de repartir el titulo de ser buen, mal, o anti seguidor de la Constitución. Se basan en que lo único importante, y, lo que, por tanto, marca todo el contenido del texto legal es la unidad de España. Todo lo demás, como pueden ser los temas referentes a las lenguas o la descentralización del Estado en un Estado de las Autonomías, es farfolla sin ningún tipo de valor.

2)    Derecha más PSOE. Coincide en el tema de la unidad de España, pero el PSOE se muestra más bien a favor de las lenguas y de las Autonomías, llegando, en algunos casos, a admitir y promover un Estado Federal. En el tema de los derechos individuales, hay que reconocer que muchos de los logrados han sido durante sus gobiernos, pero, actualmente, se han olvidado un tanto de sus  previsibles votantes.

3)    Anti constitucionalistas (según la Derecha). Son todas las fuerzas a las que se  quiere desacreditar por diferentes razones. Su “pecado” prístino es afirmar que toda norma escrita se puede derogar, como se derogaron los “Principios Fundamentales del Movimiento”. Por tanto, que un territorio quiera seguir o no formando parte del Estado español no es nada inalterable. Sin embargo, defienden algo tan constitucional como las diferentes lenguas y culturas, el derecho a la vivienda digna, el derecho al trabajo, a la salud, a la libertad de expresión, a la igualdad entre géneros, y a la separación de los tres poderes del Estado, y a una serie de derechos que los demás grupos ignoran en la práctica, cuando no, los vulneran directamente.

4)    Nacionalistas, grupos que defienden su ideología, y que, por tanto, son completamente constitucionales, y que, al igual que cualquier otro colectivo, deberán acatar las leyes, especialmente si estas no vienen contaminadas por ideologías contrarias.

Para todo el espectro hay partes de la Constitución que son transcendentales y el resto solo están para hacer bulto. Pero queda bonito

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