Espero que mis
lectores me perdonen, pero la decisión adoptada por el Sr. Casado para combatir
la corrupción en su partido me recuerda al viejo chiste en el que se
encuentran dos amigos y uno le dice al
otro: “¡Estoy desesperado!”. El amigo le pregunta: “¿Qué te pasa?”. Respondiendo el primero: “He encontrado a mi
esposa desnuda yaciendo con un hombre en el sofá y he hecho un disparate”.
Alarmado el amigo le pregunta: “¿Qué has hecho?”. El primero le responde en
tono atribulado: “He vendido el sofá, que era una herencia familiar”.
Es evidente que Vd.,
Sr. Casado, no ve el problema desde esa perspectiva, pero me temo que así, o de
modo muy similar, lo ven muchos de
los ciudadanos.
Aún admitiendo que
Vd. tuviese razón, cosa que pongo muy en duda, quedarían muchas dudas e
interrogantes en la operación de limpieza del partido que Vd. preside. Pongamos
algunos ejemplos:
a)
Si
una parte de la remodelación de la sede
se pagó en negro ¿Cómo piensa resarcir a la Hacienda pública de ese dinero que
no se declaró?
b)
Caso
de hacer una declaración complementaria ¿Incluirá únicamente la parte no
declarada en su momento, o le añadirá la plusvalía proporcional al importe no
declarado generada durante estos años?
c)
Caso
de declararse a su partido culpable de los pagos a dirigentes y ex dirigentes
de su partido ¿Les exigiría la devolución íntegra más los intereses legales
cobrados indebidamente?
d)
¿Podrá
mostrar el contenido de los discos duros del ordenador del Sr. Bárcenas,
demostrando así que se destrozaron por motivos operativos, y no para encubrir
prácticas ilegales?
Podría hacerle unas cuantas preguntas más, pero
tampoco quiero estresarle. De momento me conformo con esas, en todo caso ya
continuaremos. De todas formas, quisiera hacer algunas matizaciones a mis
preguntas:
1)
En
ningún momento me refiero a las penas que pudiese imponer la Justicia, sino a
medidas voluntarias para devolver la credibilidad de su ruptura con las
prácticas del pasado, y recobrar la confianza que una gran parte de la sociedad
ha perdido con respecto a Vd.
2)
Que
la venta se ve desde la ciudadanía cómo una burda operación cosmética para
ocultar una supuesta mala situación financiera derivada de la presunta falta de
ingresos “atípicos”, y la menor aportación a sus arcas derivadas de la baja de
subvenciones por los resultados electorales.
3)
También
tengo que admitir, dadas las características mis preguntas, que soy
terriblemente ingenuo, y aún creo en los Reyes Magos, en el Ratoncito Pérez, y
en Papá Noel.
No quisiera contradecirle a Vd., pero creo que se
equivoca. La perdida de votantes, de influencia, y del liderazgo indiscutible
de la derecha no se debe exclusivamente a los “fantasmas” y “malos espíritus”
que pueblan Génova 13, ya que desde dicho lugar se fraguaron varias victorias
de su partido, dos de ellas con mayorías absolutas. Por tanto, razonablemente
debe haber algo más que la “maldición” de la sede.
Con su brillante mente privilegiada, que le permitió
aprobar más de media carrera de abogado en tan sólo seis meses, y con su
discurso, y sobre todo su política, tengo que reconocer que ha sido capaz de atraer a numerosos votantes que han hecho crecer a
la formación de una manera notable en las instituciones. Eso sí, hay un pequeño
matiz, quizás sin importancia: El Partido que crece con su discurso es VOX y no
el PP.
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