Este anómalo y
malhadado año, está trastocando todo, tanto en el plano personal, como nuestras
costumbres, hábitos, comportamientos, y relaciones con nuestro entorno; como en
el plano colectivo y social, con las relaciones laborales, los hábitos de
consumo, y los cierres cautelares de establecimientos comerciales,
especialmente los relacionados con la hostelería, e, incluso, las celebraciones
públicas de toda índole.
Este preámbulo lo
considero pertinente, ya que, a causa de la situación, y, por qué no decirlo,
de mi desconexión física debido a mi semi confinamiento, cuando advertí que ya
estábamos inmersos en el 8M, ya tenía terminado el escrito semanal para mi
blog. Faltando, por primera vez desde que empecé a publicar, a mí cita con el
Día la Mujer Trabajadora. Lo lamento, pero, a pesar del retraso, no quiero
faltar a mi cita con dicha fecha, tan trascendental para nuestra sociedad.
Hoy quiero hablar
de esa manida frase que dice: “Yo, ni machismo, ni feminismo. Igualdad”. Esta
expresión sólo se puede tomar bajo una de dos vertientes: una es señal de un
machismo rampante, que quiere dar el mensaje subliminal de que tanto el
machismo como el feminismo son las dos caras opuestas de la misma moneda, y,
por tanto, descartables; la otra demuestran una ignorancia rayana en la
estupidez. El antónimo de machismo es hembrismo, jamás feminismo ya que este
calificativo es sinónimo de igualdad.
Mientras el
machismo quiere perpetuar el sometimiento de las mujeres al hombre, privarlas
de los más mínimos derechos humanos, marginarlas de las posibilidades de una
promoción social y laboral, mantener la doble jornada, y cómo olvidar su
intento de anular su personalidad mediante el maltrato tanto físico como psíquico.
En resumen: El
machismo pretende la eternización del
estado patriarcal. En tanto que el feminismo pretende la transformación de la
sociedad, aboliendo de forma real la desigualdad actual entre las personas en
función de su género.
Ante esta situación
de emergencia social y sanitaria que estamos padeciendo ¿Cuál ha sido la
actuación de ambas tendencias?
El feminismo ha
sabido adaptarse a las necesidades sanitarias, mediante actuaciones imaginativas para visualizar su lucha en pos
de la igualdad, mediante el uso de las facilidades tecnológicas, organizando
conferencias, coloquios, y mesas redondas virtuales. Ha tenido, también,
presencia en las calles y plazas, a pesar de la oposición y trabas y cortapisas
por parte de las autoridades legales, e, incluso, judiciales. Cortapisas que
brillaron por su ausencia en caso de manifestaciones de otros colectivos,
incluso de puro fascismo. Se ha celebrado con imaginación, con disciplina, y
sin conculcar las normas excepcionales que nos impone el virus ¿Pueden decir lo
mismo los organizadores, convocantes, y asistentes a otras concentraciones
públicas?
Por otra parte, y
en contraposición ¿Cuál ha sido la actuación de los “subyugados machos
ibéricos? Mostrar su miseria ética borrando y destrozando los murales de
personas que han ayudado a mejorar el mundo, que ¡Oh casualidad! eran mujeres.
Ni que decir tiene que esos murales ya eran un blanco determinado y exigido por
VOX a los “feministas” de PP y CS, que habían accedido a su destrucción, y que
sólo hicieron marcha atrás ante la protesta ciudadanas con su defensa de dichos
murales.
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