Todas las
religiones que han prosperado a lo largo de la historia de la humanidad han
tenido, al menos, dos claves en común:
En primer lugar,
una fructífera relación simbiótica con el poder temporal. En la actualidad es
clara y directa esta relación en muchos países islámicos, y, aunque de manera
menos visible, también en países de tradición cristiana, pues se forman lobbies
capaces de influir en las elecciones presidenciales, o la aprobación de las
leyes.
La otra
característica es el afán de cubrir y solapar los nichos que ocupaba la
religión a la que sustituyen, no solo en el marco de espacios materiales, también
de los espirituales, y celebraciones.
Los templos
etruscos fueron reconvertidos en romanos, y estos, a su vez, en cristianos, y,
por no ser menos, muchos de estos en mezquitas.
Vayamos ahora al
tema de creencias y celebraciones. No creo que pueda caber duda de que el
cristianismo sea una religión de origen semita continua, hasta el punto que
algunos autores consideran al cristianismo como una secta herética del
judaísmo; en tanto que otros consideran que el cristianismo es el camino
verdadero al ser Jesús el Mesías anunciado. No voy en ese camino. La Madre de
Jesús ¿Cuándo alcanza la relevancia dentro de las creencias cristianas?, ¿Cuándo
se populariza esta religión entre los pueblos no semíticos acostumbrado a
adorar a diosas? La incidencia en los Evangelios de la madre de Jesús es
prácticamente nula. De los cuatro evangelistas, solo, y de pasada, la cita Juan
en el momento de la crucifixión. Los otros tres la ignoran.
Estamos en tiempos
navideños, y aquí tenemos un ejemplo de superposición. En la zona de Belén, coincidiendo
con el solsticio de invierno, las noches son frías. Por lo tanto, no resulta
pausible que los pastores durmieran al raso con sus rebaños, por lo que se puede
descartar que Jesús naciera en estas fechas. El solsticio de invierno se celebraba
desde los albores de la humanidad, Hacía frío y se recogían en comunidad.
Además, sabían, y les llenaba de gozo, que las tinieblas nocturnas no avanzaban
más, y que la luz del sol se iría prolongando. Y este motivo de celebración de
origen pagano se prolongó a lo largo de los siglos. Al no poderse suprimir la
fiesta, el cristianismo la cubrió con la conmemoración del Nacimiento de Jesús.
Seas creyente o no.
Celebres la Navidad, el solsticio de invierno, o el hecho de estar vivo, te
deseo a ti y a los tuyos unas felices fiestas.
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