Al Ministro de Justicia D. Alberto Ruiz
Gallardón, que se ha ganado la fama entre los grupos feministas de misógino y
machista con algunas declaraciones y con el proyecto de modificación de la Ley
de la Interrupción del Embarazo, así como fama de reaccionario con el proyecto
de la cadena perpetua revisable, le ha surgido una ocasión de oro para
demostrar que no es misógino, ni machista, además de demostrar que es un
defensor de que se aplique justicia por encima de todo y sea quien se el
acusado.
¿Cómo?
Creo que nadie se lo pondrá tan fácil como lo ha hecho José Manuel Castelao
Bragaña, permítanme que en este caso y en contra de mi costumbre le apeé el
tratamiento, pero sinceramente a alguien de esta catadura me repugna tratarle
con el más mínimo respeto, a este exdiputado del PP en el
Parlamento gallego, recientemente elegido presidente del Consejo de la a propuesta de Fátima Báñez y su ya tristemente famosa frase de: “Las leyes
como las mujeres están para violarlas”. Pero no es lo peor, el que lo dijera, es
que estoy seguro que cree literalmente en la frase.
Siendo triste, que haya gente así ocupando cargos públicos, lo verdaderamente terrible,
es que dimitiera, en vez de haber sido cesado fulminantemente, ya que un
delincuente, no puede, o al menos no debe ser admitido en ningún lugar donde
hubiesen personas decentes.
Le llamo delincuente, en ves
de presunto, ya que ha admitido que dijo la malhadada frase, que
claramente infringe la Ley Orgánica 1/2004, de
28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de
Género.
D. Alberto, que no duda en indicar en que ámbitos y cuestiones debe
intervenir el Fiscal General del Estado, está tardando demasiado en señalar
esta cuestión, que como todas las de índole penal es perseguible de oficio, cosa
que creo que yo, que no tengo formación jurídica, no tengo ninguna necesidad de
recordárselo al ya citado D. Alberto que si la tiene.
Publicado en El Periscopi el 14-10-2012
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