Después del
varapalo recibido sobre la ley hipotecaria, los legisladores españoles, están
obligados a ponerse las pilas para variar la obsoleta e injusta legislación
sobre el tema. El Ejecutivo, está obligado a proponer una nueva normativa más
justa y más equitativa para evitar que la actual ley, que podríamos denominar
“La Ley del Embudo” sea sustituida por otra más acorde con el entorno económico
en que nos movemos.
Incluso la
Europa de los capitales, en la que se salvan a los bancos y se deja agonizar a
la enseñanza, la cultura, las pensiones y la salud, encuentra que nuestra
legislación es desfavorable para los
ciudadanos, permitiendo las cláusulas abusivas por parte las entidades
bancarias.
No, no ha
sido suficiente la presión de las personas, no se ha tenido en cuenta ningún
tipo de presión, justa y comedida, por parte de la sociedad.
En todo el
proceso hay algo que es particularmente perverso y ejemplo de los meridianos abusos de la banca: Las
tasaciones. Si ellos tasaron una vivienda por un valor determinado, lógicamente
ellos, deberían asumir las variaciones a la baja en el precio de mercado de la citada vivienda,
especialmente cuando con sus políticas crediticias fueron los que crearon las
circunstancias para el injustificado crecimiento de los precio, y que ahora
nómica y financiera (también provocada por ellos) están volviendo a unos
precios más acorde con su valor real.
Por otra
parte, ayer quedó vista para sentencia en La Gran Sala del Tribunal Europeo de
Estrasburgo, el juicio contra Inés del Rio Prada en la que se debate la llamada
“Doctrina Parrot”. Es de prever que la sentencia sea un duro golpe para los
partidarios de esta doctrina que, a mí entender, no puede mantenerse. Pero de
esto, ya habrá tiempo para hablar.
Publicado en El Periscopi el 22 03 2013
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