domingo, 17 de marzo de 2013

No sé, no sé


Desde que se ha producido el masivo despelote (full monty) de declaraciones de hacienda a cargo de nuestros políticos, reconozco que ando un poco perdido.

Presentar públicamente la declaración, según ellos, es una prueba de que son honestos, que tributan con arreglo a la ley. No lo voy a dudar, ya que en caso contrario me podrían tratar de golpista por dudar de la legitimidad e idoneidad de los elegidos democráticamente en las urnas, ya hay precedentes de ser tildados así por manifestarse en contra del PP.

Ando perdido, porqué sé soy muy despistado y se me ha podido pasar algo por alto toda vez que en mis declaraciones, me salto unas cuantas páginas, al no haber nada en ellas que me pudieran afectar. Pero  he repasado reiteradamente  y con mucho cuidado los formularios  y la verdad, no he sido capaz de encontrar nada que me ayude a entender que tiene que ver la declaración con la honestidad. No he podido o sabido encontrar ningún apartado o epígrafe para incluir las cantidades recibidas en sobres sin contrapartidas contables, ni en comisiones ilícitas, ni de  lo depositado en paraísos fiscales o hablando en general nada de lo “mangado”. En fin, que a pesar de la buena fe que les supongo a todos los supuestos ladrones de cuello blanco, creo que se deberán encontrar con serias dificultades a la hora de declarar lo adquirido ilegalmente. Posiblemente si el Sr. Matas, que no olvidemos hizo públicas sus declaraciones de hacienda hubiese hallado los citados epígrafes quizás no se encontraría con los problemas judiciales en que se encuentra ahora. Otro tanto posiblemente sea lo acontecido al Sr Undargarin.

Por cierto, no quiero dar lecciones a nadie, menos a la Sra. Cabrer, pero a pesar de ello, me permito sugerirle que le recomiende a  nuestro President D. Juanrá I El Engominado una receta que siempre preconizaba mi abuela contra la falta de memoria: rabos de pasa. No sé si se tenía que administrar en infusión o masticados lentamente, pero dado que continua ejerciendo como farmacéutico, al menos económicamente hablando, sabrá como se tiene que tomar y así evitar las omisiones por olvido en su declaración de actividades evitándose situaciones que los malpensados podrían atribuir a un intento de engañar a la ciudadanía.
Publicado en El Periscopi el 15 03 2013

 

 

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