El Sr Rajoy, al ser gallego, quizás debió
ver muchos pescados de joven, es posible que más que a personas, de ahí puede venir su
creencia que los españoles, tenemos menos memoria que la que se atribuye a los
peces.
En vista de los augurios, luego
confirmados, sobre los resultados de las elecciones municipales y autonómicas,
y ante la evidencia que el mantra: “hemos salido de la crisis” no ha resultado
tan efectivo como creía, en un “alarde de reflejos” ha decidido rectificar
mínimamente alguna de sus decisiones más lesivas, esperando que con esas
migajas los primados con las indignas limosnas o con lo ganado en los
tribunales olviden los agravios y el despojo sufrido y voten a la formación que
les esquilmó.
Tradicionalmente, el gobierno, cualquier
gobierno sea del color que sea, a los primeros colectivos que atacan, son a los
en teoría más indefensos o más conformistas, es decir los jubilados y los
funcionarios.
Los problemas para ambos colectivos son
distintos. Los jubilados, en general, son más de quejarse en el bar, pero
muchas veces se dejan dominar por el miedo a los cambios y se apuntan a las opciones
más conservadores, datos según todas las
encuestas de preferencias de formaciones políticas en función de la edad del
encuestado. Eso, a pesar de sufren
(sufrimos) las burlas de subidas ridículas y el prepago, más bien repago de los medicamentos, pero eso sí, por
parte de los gobiernos, todo son palmaditas en la espalda, buenas palabras,
promesas incumplidas y alguna merienda gratis cuando buscan los votos.
El caso de los funcionarios tiene otras connotaciones, una de ellas es que durante mucho tiempo fueron muy poco reivindicativos y un tanto conformistas. Afortunadamente ese conformismo generalmente ha cambiado y ahora suelen ser los colectivos más activos en cuanto a la defensa de sus derechos. Esta variación en su conducta, se debe a su hartazgo ante las injustificadas congelaciones de salarios, a la supresión ilegal de una paga extraordinaria, a la merma de sus derechos laborales, a la expoliación de unos días para asuntos propios, los llamados “moscosos” que fueron obtenidos a cambio de perder remuneraciones en efectivo. Y lo más importante, o así lo espero, porque han tomado conciencia, que con la reforma laboral los trabajadores de la empresa privada, están sometidos a fuertes coacciones que les impide ejercer una labor reivindicativa de sus derechos. Y los funcionarios gracias s a su estabilidad en el empleo pueden tomar el relevo y de organizarse sindicalmente.
Esta postura, es tanto más loable, en
cuanto tienen que romper los falsos clichés, fomentado por obscuros intereses y
que ha calado en gran parte de la sociedad, que su trabajo, no es tal, , y que
lo único que buscan es que pase el tiempo para ir de la oficina al bar, y
después a casa. Este estereotipo, puede, más bien podía, que responda a algún funcionario de tiempos
pasados, ya que a pesar de las pocas
expectativas de promoción, la falta de incentivos por parte de la
administración para reciclarse laboralmente, son en general un colectivo muy
capacitado y que si no pueden resolver alguna demanda de los contribuyentes, es
por falta de medios materiales y humanos para poder resolverlo.
Por otra parte, aunque tengamos la
tendencia de identificar a los funcionarios con los administrativos. No
olvidemos que en la enseñanza, la
sanidad públicas, por ejemplo, los
médicos, enfermeras, personal auxiliar, así como los docentes son funcionarios.
Y no creo que en la empresa privada se de mejor calidad que en la pública, a
pesar de recortes, falta de personal, y haberles substraído derechos
adquiridos.
Ahora el Sr. Rajoy, habla de restituirles
graciosamente la parte de la paga que siguen sin cobrar y que les corresponde
por ley. ¿Con quién se creerá este señor que está tratando? ¿con peces o con
idiotas?. De todas formas, y continuando con la política de castigar a los
funcionarios, el Sr. Montoro, ha dicho que esta restitución, se hará, pero que
harían muy bien en sentarse para esperarla
Publocado en El Periscopi el 10 07 2015
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