lunes, 24 de agosto de 2015

España cañí




De unas fechas a esta parte, hay una gran tendencia a llevar cuestiones ajenas al asunto a las llamadas señas identitarias. Uno de los ejemplos que más han llenado los medios lo podemos ver en las posiciones encontradas en torno al tema de las corridas de toros.

Hace ya un tiempo, lo que en principio fue un gran avance en la defensa de los derechos de los animales, la supresión de las corridas de toros por parte de la Generalitat de Catalunya, se vio desvirtuada por la atribución de dicho acto a la no afinidad con el sentir del pueblo catalán, obviando que continuaron con celebraciones públicas en los que sí se maltrataban a los toros, especialmente en las Terres de l’Ebre. Bien estuvo la prohibición de las corridas, pero mal la autorización del resto de espectáculos, y peor hacerlo como hecho diferencial con el resto del Estado Español.

Aunque en su momento se oyeron voces desaforadas clamando por el “arte la belleza y la tradición” de la llamada “fiesta nacional, se fueron diluyendo, a pesar de algunas amenazas de declararlas bien cultural y de pasar por encima de lo aprobado por el Parlament de Catalunya.

Con la proximidad de las elecciones del 27 S en Catalunya, la derecha más troglodita, los medios de comunicación más tóxicos y todos los “patriotas de la pulserita” han salido en tromba en defensa de esta salvaje práctica apoyándose en diferentes argumentos como:

Es una tradición: De acuerdo, también fueron tradición las peleas de perros, las de gallos, la ejecución de reos en las plazas públicas ¿Tenemos que volver a ellas o se hizo muy bien prohibiéndolas?

Es un arte: Discutible, pero al parecer en los campos de concentración nazis se utilizaron pieles humanas para hacer lo que los torturadores llamaban arte ¿Queremos pantallas de lámpara en nuestras casas de estos materiales?

La mayoría de los que están (estamos) en contra de las corridas de toros comen carne y a los animales también se les mata: Sí, pero de una forma rápida e indolora. Además ¿Alguien ha visto a un matarife ovacionado por las gentes que están el matadero?

Esta campaña, se ha visto potenciada por el irresponsable (aquí que cada uno le dé la acepción que estime oportuna) Juan Carlos I, que aparece acompañado por una de sus hijas y por dos nietos, en una clara demostración, por si alguien no tuviese aún clara su alineación con una parte de la sociedad, despreciando que entre todos le pagamos su sueldo, sus caprichos, sus viajes, y sus presuntos escarceos amorosos, olvidando que, al menos en teoría, la monarquía tendría que ser la representación del pueblo. Por otra parte, ante el “brillante” currículo de Froilán, tanto educativo como de conducta social, creo que debería ser un toque de atención para los progenitores y seguir las indicaciones dadas por la ONU y su posición de prohibir las corridas de toros a los menores.

Hay muchos motivos para prohibir las corridas de toros, pero uno muy a tener en cuenta sería que, sin financiación pública, la celebración de corridas sería inasumible económicamente para muchos de los que las defienden ¿Quiénes podrían y querrían pagarse una entrada a “precio de mercado”?

Suprimamos este anacronismo bárbaro, pero en tanto que se consigue que se legisle para este fin, evitemos la financiación pública. ¡Tortura animal, con mi dinero, NO!

Quisiera aportar un grado de esperanza sobre la evolución de la sensibilidad hacia los animales, ya que a pesar del aumento de los ingresos de mascotas en Son Reus, este año no ha habido que sacrificar ninguna gracias a los voluntarios y al aumento de adopciones. Ese es el camino a seguir…

Publicado en El Periscopi el 24 08 2015

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