viernes, 18 de septiembre de 2015

Baño de realidad




A todos los que vamos de “progres”, “guays” y feministas, creo que nos vendría muy bien que, de vez en cuando, asistiéramos a unas jornadas feministas. Con solo asistir, a más de uno se les (nos) caerían los palos del sombrajo, como se me cayeron a mí.

Después de unos años de paréntesis, se celebró la XVI Universitat d’Estiu d’Estudis de Genere, a la que tuve la fortuna de asistir a diversos actos. Fue como encontrar a una persona querida y añorada, a la que echas de menos inconscientemente, y que te das cuenta de lo importante que es en tu vida con el rencuentro. Los veranos eran menos veranos al faltar esta cita.

El PP quiso que olvidásemos su política machista, imperante durante todo su mandato, marcado en este tema por el vaciado de contenido el Institut de la Dona, el desmantelamiento de la biblioteca de temas feminista de dicha entidad, su rechazo frontal a todo lo que sonase a feminismo y, por tanto, a evolución de la sociedad. A última hora, y con el nombramiento como Directora del mencionado Institut de Dña. Isabel Llinàs, que en un periodo anterior ya había ejercido dicho cargo y que ha sido una de las únicas personas del partido capaz de tender puentes con el feminismo, propuso la reanudación de la UEEG, que fue aceptada tanto por la UIB como por los/as organizadores/as de las pasadas jornadas.

Fue quizás una jugada pensada y meditada desde el partido ya que creyeron, erróneamente, que con esta concesión al sector feminista, todos los que estamos por la igualdad de género nos volcaríamos a votarles.

Aún así, y aunque pudiese haber intereses espurios, la iniciativa que impulsó la Sra. Llinàs ha sido positiva y debe tener continuidad en el tiempo ya que el desarrollo de los temas que se presentaron y la idoneidad de la/os ponentes contribuyen al enriquecimiento personal de quienes participamos en las jornadas.

Y volviendo al tema, durante estos días pude percibir como nos afecta a toda la humanidad, en mayor o menor grado, el poso de nuestra cultura patriarcal y machista; cómo unas conductas que te parecen normales y sin ninguna relación aparente con el sexismo, son fruto del tratamiento que se les ha dado durante generaciones y, como al analizarlos desde una perspectiva de género, vemos que son conductas discriminatorias y misóginas. Me percaté de que, cuanto más queremos una sociedad igualitaria, más comprendemos que hay que eliminar rémoras que llevamos impresas en lo más profundo de nuestra mente y que nos alejan de la pretendida igualdad.

No quisiera acabar este escrito sin mostrar mi admiración y respeto a las personas que han hecho posible la realización de esta XVI UEEG, a quienes se han esforzado por el éxito de este evento y han restado sus horas de ocio o de otras actividades para que se pusiesen celebrar.

¡Gracias! ¡Muchas gracias!
Publicado en El Periscopi el 18 09 2015
 

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