viernes, 10 de junio de 2016

Vaticinios electorales (1/2)


Voy a permitirme hacer uso de mi derecho a equivocarme para hacer un vaticinio sobre los resultados electorales que obtendrán las cuatro fuerzas políticas más relevantes que se presentaran a las inminentes Elecciones Generales. Al fin y al cabo, no creo que me equivoque más en mis predicciones que los videntes profesionales que se anuncian en las televisiones en horas intempestivas de la noche, con la ventaja de que yo no lo haré mediante esos carísimos números 806, ni me pondré túnicas o gafas extravagantes.

Por seguir un método, empezaré con las formaciones que obtuvieron más escaños en los pasados comicios, a pesar de que ésto no pretende indicar que la clasificación sea la misma después del 26 J

Partido Popular: creo que resultará favorecido y ganará en votos y escaños con respecto a los resultados anteriores y que será la formación más votada. El “certificado de progresista” que otorgó el PSOE a C’s hará volver a la disciplina de voto, por si acaso, a muchos de los que trasladaron su voto a la formación de Albert Rivera. El voto del miedo hará estragos entre los mayores, que se están creyendo la amenaza del PP sobre la continuidad de sus pensiones si no vuelven a formar gobierno; ignorando de manera suicida que, con la política de empleo que propugna el PP, están vaciando la “hucha” de una forma vertiginosa, y que por ello deberán, caso de continuar con la actual normativa laboral, o, lo que es peor, con la reforma que propugna el Banco de España, rebajar drásticamente el importe de las citadas pensiones, ya que, al paso actual, el remanente del Fondo de Pensiones se agotará en unos dos años. Dado el escaso gusto musical que manifiesta el pueblo español, no creo que la versión “merengue” de su himno le reste demasiados votos.

PSOE: Estoy convencido que el pacto anti natura con C’s le hará perder votos, y no pocos, ya que tiene poca credibilidad su mensaje de intentar formar una mayoría, achacando a otras formaciones la voluntad de no hacerlo, cuando su aliado había puesto vetos anteriores a PODEMOS. Por otra parte, el método abordado para lograr pactos, por una parte con una comisión negociadora pública con el resto de formaciones con las que quería converger, y, por otra, rodeado de un aparente secreto entre el líder del partido y el cabeza de C’s, no digo que no fuera ética, pero sí que carecía del más elemental sentido de la estética. Por no citar la parodia que resultó la consulta a las bases de la política de pactos, ya que no se preguntaba si preferían como aliados a Podemos o a C’s, lo que hubiese podido dar una sorpresa a sus dirigentes, especialmente a la que estuvo en un tris de perder la Presidencia Autonómica y pudo mantenerla gracias a C’s. Muchas veces, al criticar al PSOE, nos olvidamos de que entre su electorado más fiel hay un amplio componente de izquierdistas que, por fidelidad a sus siglas y a su historia, siguen votando a esa formación a pesar de las aparentes incongruencias que cometan sus dirigentes. La incógnita es como afectará a su electorado el rechazo de sus dirigentes a formar una coalición o, en su defecto, llegar a un acuerdo de gobierno con otras fierzas progresistas como en Valencia, Castilla la Mancha o en nuestra propia comunidad, ya que C’s, como formación progresista, no acaba de cuadrar.

En la próxima semana seguiré con las dos fuerzas restantes.
Publicado en El Periscopi el 10 06 2016

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