Desde
hace unos pocos días, me estoy cuestionando - cambiar el enfoque de estos
escritos, y dedicarme a algo menos complejo, como podría ser, por ejemplo, a
investigar sobre la posibilidad de que el cangrejo de río canadiense tenga o no
alma inmortal.
¿Cuáles
son los motivos de estas dudas? Soy un tanto extremista en mis convicciones, y,
por tanto, creo que para escribir sobre un tema se tiene que tener alguna idea
del mismo, poder analizar las causas que llevan a una situación, y, también, de
una manera primordial, ser capaz de
aceptar los errores de análisis por los cuales tus conclusiones no han
coincidido con la realidad. Es decir, tener algunos conocimientos sobre los temas,
que te puedan llevar a estudiarlos, y a sacar conclusiones, sin que esto quiera
decir , ni mucho menos, que tus elucubraciones tengan que ser, por definición,
acertadas.
Puedo
llegar a comprender que una gran parte de la población vote al PP, a pesar de
sus escándalos financieros, y de que sus
políticas económicas favorezcan a unos pocos de sus muchos votantes, y no al
grueso de ellos.
Puestos
a comprender y racionalizar, alcanzo a explicarme cómo, con unos recortes
terroríficos, la deuda pública haya aumentado en la proporción que lo ha hecho,
pues si bien ha recortado drásticamente el gasto social, ha hecho algunas
actuaciones, como el perdonar la deuda de los bancos en el rescate bancario, la
subida en gasto militar, el aumento de los sueldos a los profesionales de la
política, o el rescate de las autopistas radiales, que, sumados a la menor
recaudación fiscal, en unos casos por la recesión y en otros por decisiones
políticas, han tenido esta consecuencia. Además de estas circunstancias, no hay
que olvidar, por supuesto, que algunos billetes de 500 euros van, al parecer,
impregnados de substancias adhesivas, que hacen que se queden pegados en
algunos dedos.
Hasta
aquí, todo entra dentro de una lógica, que puede ser la nuestra, o no serlo,
que se comprende con más o menos dificultad, y en la que se pueden asumir discrepancias. Pero la siguiente situación es,
a la política, como el Misterio de la Santísima Trinidad para los católicos, es
decir, que lo aceptas por las buenas y sin intentar razonarlo, o dejas de ser
católico.
Lo que queda fuera, absolutamente fuera, es la
causa y razón por la que un referéndum, fuera de la ley vigente en un país,
pueda ser ejemplo de democracia, y de la decisión soberana de un pueblo que está
harto de la legalidad imperante. Y que, para las mismas personas, otro
referéndum, también fuera de la legalidad vigente en otro país, sea sinónimo de todas las
prácticas anti democráticas, y no tenga ningún tipo de credibilidad.
Como
creo que las valoraciones de nuestros honestos, coherentes, y demócratas
dirigentes deben tener razones muy poderosas para mantener estas posiciones
aparentemente contradictorias. Espero que en algún momento hagan un esfuerzo
para explícarlo a los perplejos asistentes a la disparidad aparente de
criterios, o que, en su defecto, lo declaren dogma de fe política.
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