viernes, 20 de octubre de 2017

Perplejidad

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Hay algunas cosas, demasiadas, en este país que por mucho que me esfuerce, no acabo de comprender y por ende  compartir. Pero como resido aquí no tengo más remedio que aceptarlo y votar periódicamente al partido político que en su programa incluya las reivindicaciones más afines con mis pensamientos y deseos. Como consecuencia soy un ciudadano de los muchos que moramos en España.
Es noticia en todos los medios y redes sociales la decisión de la jueza Sra. Lamela aceptando la petición formulada por la fiscalía, de que los Srs. Sánchez y Cuixart ingresaran en prisión de forma incondicional. Y a partir de aquí es cuando empiezan a aparecer mis dudas
Partimos de la base que no he leído el auto emitido por la jueza, pero esta situación no es determinante ya que no pretendo contradecir nada y menos el dictamen; además como he repetido reiteradamente en escritos anteriores carezco de formación jurídica. Si tal fuese mi intención, mi exposición estaría tan sembrada de errores que lo invalidarían.
Mi perplejidad surge de los  siguientes razonamientos: Partimos de un país el que se produjo el golpe de estado  sangriento que se transformo en una guerra civil, entonces es: Un país que tras la guerra la represión fue larga y sangrienta. Un país en que los “paseos” fueron prácticas habituales hasta bastante después de acabada la guerra. Un país se juzgaba por rebelión a los que  defendieron al gobierno legítimo mientras que los que se levantaron en armas se erigían en jueces y verdugos. Un un país que se dictaron sentencias de muerte en tribunales militares que no tenían ninguna legitimidad, aparte de la de las armas y la violencia, y en los que no había  ningún tipo de garantías para los acusados. Un país en que los últimos fusilados por el régimen del General Franco fueron por unos hechos que no están castigados con la pena de muerte cuando se cometieron. Un país que el partido fascista de Falange, responsable además de los mencionados anteriormente “paseos” es legal. Un país que los herederos del Generar y su camarilla sigan manteniendo un trato de favor. Un país donde una fundación creada para honrar la memoria del sangriento dictador sea legal e incluso reciba subvenciones estatales Y por último, un país que a pesar de todos estos antecedentes  no se haya condenado en las Cortes Generales a todo lo que representa las atrocidades cometidas por el General Franco y todo su entramado.
Dentro de todo el contexto expuesto, no alcanzo a comprender que haya alguien, que por muchos fundamentos legales que puedan existir, se atreva a imputar por sedición sin antes haber sido condenado de forma clara, contundente y con carácter vinculante al Régimen que nos tuvo bajo su yugo durante cuarenta años?
Por cierto, en estos días se cumplen los cuarenta años de la infame Ley de Amnistía, en la que dejaba sin castigo y sin posibilidad de revisión los crímenes contra la humanidad cometidos y que según las legislaciones internacionales, no prescriben.
 
 
 
 


 

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