viernes, 13 de octubre de 2017

Vida sana


 

 
Este país no se ha caracterizado por la práctica de ejercicio físico por parte de la generalidad de la población. Es más, para una inmensa mayoría, la única relación con las actividades deportivas es la lectura habitual del MARCA. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, están cambiando las costumbres de los ciudadanos, y del pueblo en general. Hemos empezado a hacer ejercicio público, e, incluso, a practicar deportes aún no reconocidos como olímpicos por el C.O.I.
¿Cuándo ha comenzado este cambio de costumbres generalizado? Básicamente, con el Catexit y su “procés”. Si bien, es verdad que había  algunos/as pioneros/as que lo practicaban de forma esporádica ante algún suceso importante, y, sobre todo, luctuoso, como el asesinato de mujeres víctimas de la violencia machista. Pero los practicantes eran pocos, y una parte (gran parte) consideraba a los/asistentes como gente que tenía poco que hacer, y que acompañaban a los familiares para que no estuviesen en la más profunda soledad.
Pero esta situación ha cambiado de  forma espectacular. Todos, pues generalmente se realizan de forma multitudinaria, se han dedicado a pasear, o a una modalidad que consiste en estar parado en algún sitio mientras se ejercitan los pulmones y las gargantas. Y en  ambos casos se practican, al mismo tiempo, otras modalidades atléticas de nuevo cuño, pero ejercidas por diferentes grupos, dependiendo del tipo de marcha o concentración. Al haber de diferentes tipos, analicemos unas y otras en función de quiénes las convocan:
a)      Las que organizan los soberanistas suelen acabar con dos tipos diferentes de disciplinas atléticas: por una parte, ejercicios de movimiento de porra y transporte de manifestante tumbado; y, por la otra, un entrenamiento muy efectivo para aprender a soportar estoicamente los ataques del contrario en las diferentes artes marciales, especialmente, en aquellas en las que se usan bastones . En algunos casos, en este tipo de eventos se practica la modalidad de zapatear encima de los coches blancos y verdes con luces azules en los techos al tiempo que se trata de impedir el libre moviento de otras personas.
b)       Las que protagonizan los llamados unionistas tienen como principal atractivo el arraigado amor a la tolerancia y a la democracia, como pueden ser el de los señores y señoras de Hazte Oír, o, en esta comunidad, el Foro de la Familia, o el Círculo Balear. Se caracterizan porque, junto a ciudadanos que marchan pacíficamente, recordando a la señora madre de Puigdemont, otros efectúan estiramientos del brazo derecho. Llama también la atención que muchos de los asistentes deben ser aficionados a la cetrería, pues portan banderas con águilas. También hay muchos que se identifican con los “guiris” que vienen a nuestro país atraídos por las playas y el sol, ya que cantan una bella melodía que comienza: “Cara al sol…”. Algunos de ellos practican,  dado lo visto en Palma, los deportes de “derriba stands y tenderetes”, así como el de tiro de piedra.
c)       Hay otros que se reúnen ante la palabra mágica  “PARLEM”. Y digo mágica ya que no se sabe quién puede estar detrás; no se sabe de qué se quiere hablar; y tampoco se sabe muy bien entre quienes. Asiste mucha gente, ya que el lema es bonito, y, de momento, no están inventando ningún deporte novedoso.
d)      Hay otra modalidad que no surge directamente de Catalunya, pero, ya que los cetreros y simpatizantes de Helio (queda cursi, pero…) estaban en marcha, aprovecharon el día de la Comunidad Valenciana para seguir ejercitándos, aunque aquí quisieron iniciarse en el deporte de bates de beisbol, porras y barras voladoras, demostrando un absoluto dominio de las mismas, ejercicio que efectuaron ante la atenta mirada de algunos policías, que  dada la destreza exhibida, no tuvieron necesidad de intervenir.
e)      Y, finalmente, no quiero olvidar aquí otras modalidades, como la Marcha por la Dignidad, que lleva recorriendo España desde hace ya algún tiempo; o la  Marcha por unas Pensiones Dignas, que tienen todo mi apoyo, respeto y solidaridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario