Este país no se ha caracterizado por la práctica de
ejercicio físico por parte de la generalidad de la población. Es más, para una
inmensa mayoría, la única relación con las actividades deportivas es la lectura
habitual del MARCA. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, están cambiando las
costumbres de los ciudadanos, y del pueblo en general. Hemos empezado a hacer
ejercicio público, e, incluso, a practicar deportes aún no reconocidos como
olímpicos por el C.O.I.
¿Cuándo ha comenzado este cambio de costumbres generalizado?
Básicamente, con el Catexit y su “procés”. Si bien, es verdad que había algunos/as pioneros/as que lo practicaban de
forma esporádica ante algún suceso importante, y, sobre todo, luctuoso, como el
asesinato de mujeres víctimas de la violencia machista. Pero los practicantes
eran pocos, y una parte (gran parte) consideraba a los/asistentes como gente
que tenía poco que hacer, y que acompañaban a los familiares para que no
estuviesen en la más profunda soledad.
Pero esta situación ha cambiado de forma espectacular. Todos, pues generalmente
se realizan de forma multitudinaria, se han dedicado a pasear, o a una
modalidad que consiste en estar parado en algún sitio mientras se ejercitan los
pulmones y las gargantas. Y en ambos casos
se practican, al mismo tiempo, otras modalidades atléticas de nuevo cuño, pero
ejercidas por diferentes grupos, dependiendo del tipo de marcha o
concentración. Al haber de diferentes tipos, analicemos unas y otras en
función de quiénes las convocan:
a)
Las que organizan los soberanistas suelen acabar
con dos tipos diferentes de disciplinas atléticas: por una parte, ejercicios de
movimiento de porra y transporte de manifestante tumbado; y, por la otra, un
entrenamiento muy efectivo para aprender a soportar estoicamente los ataques
del contrario en las diferentes artes marciales, especialmente, en aquellas en
las que se usan bastones . En algunos casos, en este tipo de eventos se
practica la modalidad de zapatear encima de los coches blancos y verdes con luces
azules en los techos al tiempo que se trata de impedir el libre moviento de
otras personas.
b)
Las que
protagonizan los llamados unionistas tienen como principal atractivo el
arraigado amor a la tolerancia y a la democracia, como pueden ser el de los señores
y señoras de Hazte Oír, o, en esta comunidad, el Foro de la Familia, o el
Círculo Balear. Se caracterizan porque, junto a ciudadanos que marchan
pacíficamente, recordando a la señora madre de Puigdemont, otros efectúan
estiramientos del brazo derecho. Llama también la atención que muchos de los
asistentes deben ser aficionados a la cetrería, pues portan banderas con
águilas. También hay muchos que se identifican con los “guiris” que vienen a
nuestro país atraídos por las playas y el sol, ya que cantan una bella melodía
que comienza: “Cara al sol…”. Algunos de ellos practican, dado lo visto en Palma, los deportes de
“derriba stands y tenderetes”, así como el de tiro de piedra.
c)
Hay otros que se reúnen ante la palabra mágica “PARLEM”. Y digo mágica ya que no se sabe
quién puede estar detrás; no se sabe de qué se quiere hablar; y tampoco se sabe
muy bien entre quienes. Asiste mucha gente, ya que el lema es bonito, y, de
momento, no están inventando ningún deporte novedoso.
d)
Hay otra modalidad que no surge directamente de
Catalunya, pero, ya que los cetreros y simpatizantes de Helio (queda cursi,
pero…) estaban en marcha, aprovecharon el día de la Comunidad Valenciana para
seguir ejercitándos, aunque aquí quisieron iniciarse en el deporte de bates de
beisbol, porras y barras voladoras, demostrando un absoluto dominio de las
mismas, ejercicio que efectuaron ante la atenta mirada de algunos policías,
que dada la destreza exhibida, no
tuvieron necesidad de intervenir.
e)
Y, finalmente, no quiero olvidar aquí otras
modalidades, como la Marcha por la Dignidad, que lleva recorriendo España desde
hace ya algún tiempo; o la Marcha por
unas Pensiones Dignas, que tienen todo mi apoyo, respeto y solidaridad.
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