Cada vez estoy más
convencido de que la derecha no tiene claros algunos conceptos de nuestra
lengua castellana, y, es más, trastoca los conceptos. Uno de los ejemplos más
claros es el no saber diferenciar DERECHO de OBLIGACIÓN.
Aunque sé que es un
trabajo inútil, ya que no están dispuestos a aprender la diferencia de concepto
entre ellos, y mucho menos el grado de aceptación, voy a intentar que resulte más
sencillo. Para ello ¿Qué mejor que acudir al Diccionario de la Real Academia
Española y a sus definiciones?
Derecho, en sus acepciones 9 y 10 dice:
9. Facultad del ser humano para hacer
legítimamente lo que conduce a los fines de su vida.
10. Facultad
de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en nuestro
favor, o que el dueño de una cosa nos permite en ella.
Obligación, en su acepción 1 y 2 dice:
1. Aquello
que alguien está obligado a hacer.
2.
Imposición o exigencia moral que debe regir la voluntad libre.
Sencillo ¿Verdad? Pues vamos a intentar aclararlo
aún más:
Derecho es algo que podemos exigir, pero que no
estamos obligados a cumplir. Un ejemplo: Tengo derecho a ser homosexual, pero
no estoy obligado a ejercer ese derecho.
Obligación es algo que debo cumplir, y está por
encima de mi voluntad. Poniendo otro ejemplo: Estoy obligado a respetar la
homosexualidad de otras personas, a pesar de no serlo, e incluso aunque esta
condición fuese en contra de mis ideas de cualquier tipo.
En ambos casos he puesto el ejemplo de la
homosexualidad ya que es un tema en el que siempre entran, pero hubiese podido
poner un ejemplo de cualquier otro tipo, pero así les ahorro el grandísimo
problema de pensar.
Resumiendo, los derechos son renunciables por
propia voluntad; las obligaciones son exigibles
En el debate, falso debate, sobre el llamado “pin
parental” se está utilizando de manera torticera el concepto de libertad
personal. Nadie obliga a que no se crea en la desigualdad de de género, o que la
homosexualidad sea pecado. Pero ese derecho a la libertad de creencias no
supone que las personas que están a su cargo no tengan derecho a tener diferentes
opiniones o creencias. Estas solo pueden derivarse del conocimiento. Por
defender el derecho personal propio, no se puede cercenar el derecho personal
de los demás, y mucho menos el derecho personal a formarse criterios desde el
conocimiento.
Hay una serie de personas que, por cuestiones
religiosas, se oponen a las transfusiones de sangre, ¿Pero esta creencia propia,
justifica dejar morir a un menor a su cargo por oponerse a que se apliquen las
terapias que le salvarían la vida?
Hay integristas que niegan la evolución ¿Podrían
negarse en Europa a que sus hijos asistiesen a las clases de ciencias de la
naturaleza? ¿Y los que afirman que la tierra es plana, no tienen el derecho a
impedir que sus hijos vayan a clase de Geografía?
¿Hablamos de los que están contra la violencia y
las clases de Historia?
Curiosamente, muchos de los partidarios del “pin
parental” están a favor de la asignatura de Religión (católica ¡naturalmente!).
Pero no sólo es que estén a favor, es que la han incluido en los programas
académicos, se imparte en horas lectivas, y su evaluación es curricular.
¿Es esto acaso formación en valores, o solo
formación en valores católicos despreciando las demás sensibilidades y valores?,
¿No es una forma de adoctrinar desde la escuela? Lógicamente los padres
católicos tienen el derecho de enseñar a sus hijos los dogmas y valores de la
fe católica, pero no negándose a que estudien a filósofos que proclaman
postulados distintos, y con esos conocimientos podrán elegir libremente cuáles
serán sus creencias y valores
La realidad es que es un falso debate creando un
problema inexistente ya que se carecen de reclamaciones sobre los que se
formula el tema del “pin paternal”. La intención política de los patrocinadores
es muy clara, y se resumen en: “Como dependéis de nosotros para gobernar, no
dudamos en haceros chantaje para que uséis nuestros postulados, y así los poco
avisados, los ingenuos, y los directamente estúpidos creerán que defendemos la
libertad”.
En este escrito, no me queda más remedio que
resaltar la posición de C’s, el que vino a regenerar la política, cuyos
dirigentes nacionales se oponen a esta ley, pero para mantenerse en el poder
compartido en Murcia (en Madrid y en Andalucía ya veremos) no dudan en aceptar
el chantaje, sin que la dirección del partido tome alguna medida.
Y en un uso torticero de la "libertad" han acabado siendo sus adalides, frente a la izquierda reaccionaria contraria al ejercicio de esa libertad. Y todos hemos entrado al trapo. Esto es un sin Dios, que diría el guardia civil de Amanece, que no es poco.
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ResponderEliminarLos griegos de la antigüedad, nos enseñaron la palabra democracia y su plasmación a la vida cotidiana. Ahora la han reinventado con el tratamiento dado a Nuevos horizontes. Demostrando que se puede combatir eficazmente a la extrema derecha y dejarla relegada a un puñado de retrogrados intolerantes.
ResponderEliminar¿No es hora que volvamos a estudiar a los griegos? pero esta vez no a los clásicos, a los actuales.