Creo más bien en un
¿se acabó? a un ¡se acabó! como cantaba María Jiménez pero…
Ha finalizado oficialmente
el Estado de alerta sanitaria, y hemos entrado en lo que se ha venido a llamar:
“nueva normalidad?.
Sin embargo
permítanme manifestar mis dudas al respecto.
1)
¿Verdaderamente
han finalizado las causas sanitarias que motivaron la declaración de la
emergencia? ¿Está la ciudadanía concienciada de tener que continuar con unas
estrictas medidas profilácticas para evitar que vuelva a dispararse el número
de infectados y fallecidos?
2)
¿Están
todas las CC.AA. en disposición de afrontar un rebrote importante de la
pandemia? O por el contrario ¿se ha
desmontado la infraestructura sanitaria con demasiada premura en algunas der
ellas?
3)
¿Se han establecido protocolos claros, de
obligado cumplimiento y sobre todo rígidos y seguros para controlar a los
visitantes de allende nuestras fronteras, tanto si vienen en transportes
colectivos como por medios individuales
o familiares?
4)
¿Hay
protocolos especiales para viajeros que provienen de países en los que la
pandemia está lejos de estar controlada como son Gran Bretaña, los EE.UU. o la
mayoría de los países sudamericanos, especialmente Méjico y Brasil.
5)
¿No
se ha acelerado el fin de las medidas cautelares primando los motivos
económicos sobre los sanitarios?
Sin embargo las
dudas ya no provienen exclusivamente de cuestiones relacionadas con la salud. También
son originadas por las motivaciones políticas de algunas formaciones, que se
han acentuado durante lo más duro de la crisis y que apuntan en la misma
dirección en el futuro
Partamos de la base,
que el Gobierno ha errado repetidamente y ha rectificado en diversas ocasiones
sus propias decisiones, en una palabra, que no estaba preparado para afrontar
una situación tan terrible como la que nos ha tocado vivir. Sin embargo me
gustaría que con sinceridad y sin actitudes partidistas se me respondiera ¿Qué
gobierno de nuestro entorno estaba preparado? ¿Qué Gobierno tenía en principio
unas ideas claras sobre cómo actuar correctamente? ¿Qué Gobierno en mayor o
menor medida no ha tenido que variar alguna de sus previsiones y actuaciones?
¿Qué gobierno venía de una situación de grandes recortes en sanidad y con gasto
sanitario y prestaciones sociales por
debajo de la media europea? Precisamente en las CC.AA. que mayores recortes había
habido, es en donde más ha golpeado la enfermedad, que donde se privatizó en mayor medida los centros
geriátricos, es también donde el porcentaje de personas de edad avanzada han
fallecido en un porcentaje muy superior al der los países de nuestro entorno e
incluso a los de otras CC.AA. Pero sobre todo ¿Qué gobierno ha tenido ha tenido
que actuar con la crítica permanente a todas sus actuaciones, a todas sus
previsiones y sin ninguna aportación en positivo del principal partido de la
oposición?
Sí, el Gobierno, se
ha equivocado en muchas de sus actuaciones. Si, el Gobierno ha variado de posición en bastantes
ocasiones ¿Pero es que aún defendemos el “sostenella no enmendalla”? Al no
tener precedentes son lógicos los errores, pero ¿no hacen más fuerte al que
reconoce errores, rectifica y no persiste en ellos?
¿Nueva normalidad?
¿Podemos llamar
nueva a continuar sin ponerse de acuerdo (excepto en tapar tropelías de
personajes impunes ante la ley? ¿Podemos llamar nuevo a que las mismas
Comunidades que hicieron los mayores recortes en la financiación de la sanidad
pública continúen con esa misma política? ¿Podemos llamar nuevo a que para algunos
partidos, la única solución aportada es que se vaya el Gobierno salido de unas
elecciones, para volver a gobernar para aplicar su política económica, cuyas
consecuencias fueron mayor precariedad y una enorme desigualdad económica.
¿Normalidad? ¿Se
puede llamar normalidad a que una portavoz parlamentaria llame al padre de otro
parlamentario terrorista y no pase nada? ¿Se puede llamar normalidad a que un
energúmeno amenace a un vice Presidente del Gobierno desde su cargo y le rían
las gracias?
No digo que
indeseables, no se puedan colar en cualquier grupo, nadie está exento de que se
infiltren delincuentes, pero lo que demuestra la catadura ética de la
formación, es su no reacción y no haber expulsado fulminantemente del partido a
los autores de los hechos carentes de ética y quizás plenamente delictivos
(digo quizás ya que esta condición debe darla desde un juzgado)).
Al principio pareció que nuestros valores variaban hacia la colectividad y el bien común, pero muy rápidamente pasamos a la normalidad vieja, que es la de ahora con otro nombre.
ResponderEliminarNada ha cambiado, nada hay nuevo más que el nombre.
Bueno, sí, hay una cosa nueva: un virus suelto, sin medicación contra él, para el que seguimos sin estar preparados como colectivo.
Me temo que coincidimos en el análisis. Creer lo contrario, no sería de optomistas. Sería de ilusos.
ResponderEliminarComo bien dices, la única diferencia, es que ahora hay un "bicho" sin control a lo que la ciudadanía se obstina en minimizar
Y muchas gracias por pasar y comentar
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