sábado, 7 de noviembre de 2020

Polinecios del mundo ¡Uníos!


Sí, vosotros los negacionistas, los terraplanistas, los anti vacunas, o, simplificando en una palabra: vosotros los descerebrados. Uníos a los violentos por la violencia, a todos los analfabetos funcionales por voluntad propia, a los que no saben lo que es la ciencia, y, por esa razón, siguen a cualquier “profeta iluminado”, a los hijos de papá acostumbrados (mal acostumbrados) a conseguir sin esfuerzos todos vuestros caprichosos, a los que tildan de dictadura las medidas restrictivas, sin haber padecido una real, ya que sus mayores eran los artífices de una verdadera dictadura, a los que vociferan manchando la palabra libertad, ya que ahogan la libertad de todos al contribuir a expandir esta moderna peste que arrasa el mundo.

Pero estos parásitos sociales no son los únicos responsables.

En este punto, vuelve a encontrarse una parte de la clase política ruin, egoísta, y mendaz, que dice condenar la violencia, pero, en realidad, la incita con sus falsedades sobre la inutilidad de las medidas que se adoptan para combatir la pandemia, y que son las únicas que se conocen hasta el momento, y que han adoptado, en mayor o menor grado, todos los países conscientes del peligro. Esos políticos están, en realidad, diciendo: ¡Manifestaos! Las mascarillas y el alejamiento social son una excusa, las reuniones tumultuarias no son peligrosas, os engañan y tenéis derecho a protestar, a beber hasta el coma etílico, a organizar grandes reuniones de borregos.

Puedo entender esa posición del partido nazi que está en las instituciones. Forma parte de su ADN mentir, confundir, crear el caos para ganar posiciones. Se vio en Alemania en la República de Weimar, y se vio también en el clima que sembraron en las fechas previas a la sublevación en España, que terminó en una guerra incivil.

Sin embargo, resulta inconcebible para cualquier demócrata, no hablo de filiación política partidista o de tendencia ideológica, hablo de una persona con convicciones democráticas, que el principal partido de la oposición, que ha gobernado, y que, en teoría, aspira a gobernar de nuevo, no haga causa común, como han hecho todos los partidos democráticos de nuestro entorno político y cultural para luchar con el único enemigo actual: el virus.

¿Qué significa esa abstención en estos momentos? ¿Qué son la derechita-fascista-cobarde? ¿Qué significan las posiciones contradictorias faltando a sus compromisos adquiridos el día anterior? ¿Qué Madrid está en manos de alguien que no respeta sus compromisos? ¿Qué quiere demostrar lo pacato que es el PSOE de la Comunidad de Madrid? ¿Qué puede jugar con el Gobierno Central, imponiendo normas tan absurdas como el ordenamiento perimetral sólo cuando haya puentes laborales?

Por otra parte, está muy bien tener un Gobierno tolerante, que busque el diálogo, pero, en las condiciones actuales, también se necesita un Gobierno firme y que sepa defender a los ciudadanos de su territorio contra las veleidades de alguien que antepone sus intereses partidistas a las condiciones sanitarias de sus administrados.

¿Hace falta recordar que la constitución tiene un artículo 155 que ya se aplicó, y que no es sólo válido para aplicar en Catalunya?

Conclusión, que hay hordas de asociales, pero que son aplaudidas (intentando que no se vea) hasta con las orejas por parte de los de siempre.


 

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