viernes, 16 de abril de 2021

El efecto mariposa (5)


 


No sé si les pasará a las demás personas lo mismo, pero me da la impresión de que la candidata a la Presidencia a la Comunidad de Madrid, Dña. Isabel Díaz Ayuso, es una adelantada a su tiempo (político), ya que, tras ganar las elecciones del próximo día 4 de mayo (aún sin haberse celebrado), está en plena campaña electoral  para las elecciones generales, que todavía no corresponden, y no se han convocado.

Su enfrentamiento dialéctico, y lo que ella entiende por debate, es con el Presidente de la nación, y no con los pretendientes a dirigir a la Comunidad madrileña, con los que mantiene unas posturas de enfrentamiento verbal con diferentes matices y grados.

Con UP se incluyen los insultos y descalificaciones personales, basando su lema de pre campaña en combatir al candidato de UP variando la primitiva en cuanto al destinatario.

A Cs y Más Madrid los ignora, y no les considera una opción, ni como aliados, ni como rivales electorales. Simplemente, no existen en la percepción personal de Dña. Isabel.

Con el ¿candidato? de la FSM (PSOE), simplemente pasa con una cierta delicadeza para no despertarle de sus ensoñaciones oníricas.

A VOX lo mantiene en una posición ambigua,  intenta marcar diferencias, pocas; pero procurando, por encima de todo, que no haya enfrentamientos que pudieran imposibilitar el trámite previo de acceder a la Presidencia de la Comunidad, para asaltar su posterior y verdadero objetivo: llegar a ser Presidenta de la nación, en una meteórica progresión que transcurre desde ser portavoz de “Pecas” a Gobernar el Estado.

¿Cómo quiere conseguir ese proceso? Con una estrategia semejante a la que ha llevado a VOX a aumentar sus resultados de una forma exponencial: Instalarse en el no. Oponerse a cualquier acuerdo. Ser capaz de decir en la misma frase algo en un sentido y en el contrario. Romper compromisos adquiridos en cuestión de momentos. Pero, sobre todo,  ocultar sus objetivos y las medidas que quiere implantar si llega a alcanzar el suficiente poder.

Sin embargo, hay en una cosa en la que difieren. La Sra. Ayuso no vacila en presentarse como víctima de un acoso cuando le recuerdan que sus decisiones erráticas hacen de Madrid una de las comunidades con peores números en el índice de fallecimientos, en la presión en la UCI y en hospitales, en el número de vacunados, y en el de contagios. Ante esta realidad, ha llegado a argüir el tema de género, afirmando que por ser mujer la persiguen sin tregua.

Quizás debería recordar aquí que, además de sus decisiones en contra de las adoptadas por comunidades de su teórico igual signo político, es la comunidad con menor inversión porcentual en sanidad. Su prioridad es la económica sobre la vida de sus administrados, y esto quizás debería hacer reflexionar a sus potenciales votantes.

VOX, por el contrario, no se muestra nunca como víctima de acoso. Son demasiado “viriles” para ello. Más bien se muestran desafiantes, y en posesión de la verdad. Ocultando, tras esa actitud, sus intenciones sobre todos y cada uno de los servicios públicos.

Una noticia surgida durante la redacción de este escrito, y que viene a demostrar “la profundidad del mensaje” de la Sra. Ayuso, es que es la  única postulantes a la presidencia de la Comunidad madrileña que no ha aceptado participar en un debate televisivo con preguntas y repreguntas, seguramente por temor a que se le requiera sobre propuestas en positivo que piensa adoptar en  la casi segura responsabilidad que le darán las urnas.

Soy pesimista, o más bien realista, y ante el “ombliguismo” de la Izquierda, ganará la Derecha más dura la batalla de Madrid. Me gustaría, aunque no lo espero, que tras el descalabro que van a sufrir, aprendan para próximas elecciones.

 


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