PSOE
Para comprender la
historia de la historia de la Izquierda española, y, por ende, la propia
historia de España de este último siglo, es necesario conocer las relaciones
entre el PSOE, partido hegemónico de la mayoría de votantes, y el resto de
formaciones que se ubican en este espacio político.
La desconfianza, los
enfrentamientos, el resquemor, cuando no odio, entre los dirigentes, y también entre buena parte de
los militantes y seguidores socialistas y comunistas (o afines) han sido y son
constantes. Sus reproches y acusaciones se suceden sin tregua, y cuando en
algunos momentos ha habido algo semejante a una tregua en pro de un objetivo
común, no han cesado los intentos por parte de ambos de poner trabas y
obstáculos para lograr romper y hacer imposible un proyecto común y a largo
plazo, para llegar a un fin común.
Estas
circunstancias, unidas al tradicional cainismo de la izquierda, empiezan a vislumbrarse en la situación actual.
Dejaré de elucubrar
teorías para volver al objetivo que me marqué al comenzar a escribir esta serie
de artículos: relatar la situación a la muerte del genocida general y en los
primeros años posteriores al suceso, siempre desde mi punto de vista.
El PSOE es el gran
beneficiado de la transición, en parte por méritos propios, que son innegables,
y, en parte, por las circunstancias que le favorecieron.
Algunas de las
principales causas que forjaron su éxito, pero que no indicaré si fueron
endógenas o exógenas para no pecar en exceso de tendencioso, fueron:
a)
No
estaba contaminado por el franquismo. El cual, por su parte, pasados los primeros
tiempos de la dictadura no los persiguió encarnizadamente para no
enemistarse con los países europeos con gobiernos o partidos muy influyentes
que coincidían en la misma ideología.
b)
Al
haber “roto” con la dirección histórica, que se encontraba en el exilio, se
presentaba como un partido joven y europeísta con vínculos con los partidos
modernos social demócratas.
c)
La
decidida apuesta del SPD alemán en su pugna contra la dirección del exilio, así
como en su aparato propagandístico.
d)
Elegir
a un líder con carisma personal, y un extraordinario comunicador, con la osadía
de poner al partido al borde del cisma al renunciar al Marxismo para
tranquilizar a gobiernos de países que pudieran temer un radicalismo que
pudieran llevar a España al borde de otro 1936.
e)
La
dirección del PCE desmovilizó sus bases, que habían constituido la única
oposición organizada y no violenta al franquismo, en pro de una reconciliación
nacional, pero no supo trasmitir su mensaje a la sociedad civil.
f)
Tanto
Franco como el aluvión de propaganda a escala mundial, no olvidemos que llevábamos
años en la era de la guerra fría, donde la esencia de todo mal estaba
representada por la URSS, y se demonizaba al comunismo sin hacer distinciones
entre ellos. Críticas que según a qué partidos comunistas estaban justificadas,
pero a otros no.
g)
Por
su parte, el PSOE supo transmitir a la sociedad que era la única formación
política capaz de liderar el cambio que el país necesitaba.
Es indudable que consiguió convencer a los
españoles. Lo consiguió de tal manera que ellos mismos se vieron sorprendidos
por el éxito cuando ganaron las elecciones en 1982 y se encontraron en la
situación de no tener cuadros preparados para el aluvión de cargos que tenían
que cubrir. Entró gente en avalancha, unos a trabajar por un país mejor, otros…
De esta situación vienen muchos de los males de la
izquierda española. Mientras que las bases son de izquierdas ¿Podemos decir lo
mismo de algunos de sus dirigentes, incluido su carismático líder (hoy
componente de los más selectos Consejos de Administración)?
¿Continuará? Como una continuación de esta serie estructurada
en torno a los primeros años después de la muerte del genocida, decididamente
no.
No descarto, sin embargo, que pueda intentar
analizar la situación presente, resultado de la deriva de cómo se abordó este
proceso histórico.
En todo caso, será después de un par de semanas de
vacaciones que voy a tomarme durante el mes de agosto. Con
esperanza de que me sigan leyendo tras
esta pausa. Deseo que todos aprovechemos estos días de asueto para recargar las
pilas
¡Felices vacaciones!