viernes, 23 de julio de 2021

Un país feliz (o así) 5

 



En el primer capítulo de esta serie, advertí que no pretendía ser imparcial y mucho menos equidistante. Dije y creo necesario recordarlo, que pasaría los hechos por mi tamiz ideológico, aunque evitando en lo posible caer en lo tendencioso.

Tras este preámbulo relataré los orígenes de AP, o lo que es lo mismo los avatares de D. Manuel Fraga en la etapa que estoy abordando

Formó parte del primer gobierno de España tras la muerte del genocida en el que desempeñó  el cargo de Ministro de Gobernación. Su labor, fue, por ser benevolente, con más sombras que luces. La extrema derecha campaba incontrolada mientras la represión policial contra las emergentes fuerzas democráticas no tenía nada que envidiar a la de los años más duros del franquismo. De este periodo cabe destacar la frase atribuida a él: “¡La calle es mía!” También y esto no es una frase más o menos desafortunada, los llamados “sucesos de Montejurra” donde la “posesión” de la calle llevó a una feroz represión   que ocasiono varios muertos entre los obreros manifestantes.

La situación no podía perpetuarse y cesó el Gobierno de Arias Navarro. Dando paso al primero de Adolfo Suarez y último no proveniente de los resultados electorales. Fraga tuvo que irse a su casa, pero no por mucho tiempo. Al deshacer el equipaje, que había acumulado durante su etapa como Embajador en el Reino Unido de Gran Bretaña, encontró un carnet de “Demócrata de toda la vida” que venía como regalo en un bombín que había adquirido en la capital inglesa.

Feliz con su hallazgo y aprovechando los nuevos vientos políticos que soplaban en España, junto con seis ex ministros franquistas fundó Alianza Popular (AP) con la esperanza de recoger a todo el franquismo descarriado y huérfano que andaba desperdigado tras la muerte del dictador.

El fracaso fue total, no obstante cosecharon unos resultados que les permitieron formar parte de la comisión que elaboro la Constitución. Eran otros tiempos y se pretendía que el grupo reformista ocupase el espectro político más amplio posible, ya que el peligro de una involución era real.

No obstante que el líder de AP D. Manuel Fraga era uno de los redactores del texto que regiría la vida de los españoles. Esos grandes defensores de la Sacrosanta Constitución  española, esa misma que  la consideran inviolable y el compendio de todo bien, se abstuvieron o votaron en contrade su promulgación.

El Sr. Fraga fue lo suficientemente sagaz para desprenderse sin causar demasiada sangre, de los apellidos más ligados al franquismo, al tiempo que contribuyó al debacle electoral de UCD captando a casi todos los nombres más sobresalientes de dicha formación. De hecho sólo hubo una única de las primeras figuras que pasó al PSOE. El resto, prácticamente en bloque, termino en AP

En estos momentos es cuando Fraga muestra su valía como animal política: Aglutina en torno a su formación desde los restos no asilvestrados del franquismo hasta el centro derecha moderada proveniente de UCD, al tiempo que condena al ostracismo a las figuras demasiado relacionadas con el régimen dictatorial y a algunos de los Barones de UCD que formaron el fermento de su disolución.

AP era el partido que lideraba la Derecha española, Fraga era su cabeza indiscutible sin embargo el PSOE obtenía mayorías absolutas en el Parlamento y en casi todas las administraciones locales y autonómicas ¿Cuál era el problema? El problema era el propio Fraga que tenía su techo electoral. Si bien es cierto que tenía seguidores incondicionales, no es menos cierto que su pasado franquista y sus modos autoritarios le creaban una serie de detractores, que aún coincidiendo en el mismo espacio político se negaban a  otorgarle su voto.

El Sr. Fraga fue consciente de esta situación y con una visión de estadista. A pesar de su desmesurada ansia de poder, supo apartarse de la carrera para acceder a la Presidencia del Gobierno y tras una elección errónea de sucesor, volvió a elegir un nuevo heredero político. El cual llevo a la formación ya rebautizada como Partido Popular a gobernar la nación.

El elegido fue D. José María Aznar López que por su pasado en el Frente de Estudiantes sindicalista de ideología falangista y por el cariz de sus escritos en contra de la Constitución, no hacían augurar que, de ser un oscuro funcionario, Inspector de Finanzas del Estado,  iría escalando peldaños en el refundado PP que le llevarían sucesivamente a la Presidencia de la Comunidad, de Castilla León, a la presidencia de su partido a Jefe de la Oposición y por fin a la Presidencia del Gobierno de la Nación.

En su primera legislatura, que gobernó en minoría, su mandato fue correcto y ponderado, encabezando una tímida lucha contra la corrupción. En su segunda Legislatura la situación varió.

 Aparte de que su elección de ministros fue bastante discutible, ya que la inmensa mayoría de ellos, están inmersos en litigios judiciales por supuestos delitos económicos, cuando no ya condenados en firme. Él por su parte sufrió La Iluminación. Se convirtió en una divinidad del Liberalismo económico y adquirió el don de la infalibilidad.

De sus sucesores y la deriva política del partido, he escrito de forma reiterada y creo que sus futuras actuaciones me den ocasión de seguir haciéndolo

Continuará…

 


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