viernes, 2 de julio de 2021

Un país feliz (o así) 2


 


Un país feliz (o así)  2

LA MONARQUÍA

Mi pretensión es hacer r una crónica de las vicisitudes, hechos y personas más relevantes, en mi opinión,  en la historia de nuestro país, desde el fin de la guerra incivil, dándole mayor or protagonismo al periodo comprendido entre la muerte del desalmado dictador hasta nuestros días.

Ya advertí en el primer capítulo de esta serie, que intentaré ser ecuánime, que no equidistante. Tengo una ideología que no oculto. Mis exposiciones en consecuencia están filtradas por este prisma ideológico.

Tengo muy pocas convicciones viscerales, sin embargo debo reconocer que el tema de las monarquías es una de ellas. De ahí que este es el punto en el que me resulta más difícil ser o al menos intentarlo, lo menos tendencioso posible. De forma que mis comentarios se aproximen fielmente a los hechos.

Uno, quizás el principal, de los “trágalas de la Transición y que fue condición ineludible para la aprobación  de la Constitución, fue que la Jefatura del Estado recayera en la cabeza de la nueva monarquía instaurada por el Dictador. La Monarquía representada por Juan Carlos I. No fie la restauración de la que fue rechazada por los españoles el 14 de abril de 1931. Fue la iniciación de una nueva, impuesta por el tirano en contra del viento de la sociedad, con el megalómano deseo de perpetuar el franquismo tras de su nuerte.

Como consecuencia de la cerrada censura en todos los medios ante cualquier tipo de críticas a la figura del Rey, este vivió un plácido idilio con gran parte de una sociedad acrítica, que sólo se vio interrumpido en parte, ante un hecho de su vida privada, suponiendo que un Rey pueda y deba tener vida privada.

a)    Vida privada,- Si fuera un cargo electo, jamás  creo que se debería tener en consideración esta vertiente, pero no lo es. La “legitimidad” de la monarquía se basa en el ejemplo de vida, a su honestidad y transparencia de sus actos. Especialmente cuando como en el caso español, su figura es inimputable, No se le puede legalmente  investigar y mucho menos condenar por alguno de sus actos tanto si los realiza en cumplimiento de sus obligaciones constitucionales, como en los actos que pudiese cometer en su más completa intimidad. Los diferentes episodios que van surgiendo con harta regularidad, no apuntan a una vida intachable ni en el seno de la familia ni cómo contribuyente.

b)    Vida pública.- He resaltado, que el Rey es el Jefe de Estado heredero de Franco. La disculpa argüida por parte de algunos sectores políticos de que su figura se vio legalizada por  la Constitución aprobada en referéndum por el pueblo español, es un argumento falaz, ya que o se aprobaba el texto integro y sin posibles alternativas, o seguían vigentes las leyes de la dictadura. No cabe duda, al menos para mí, que el Rey en los primeros momentos y posiblemente hasta l 23 F, ejerció de pararrayos beneficioso para la incipiente democracia. No podemos olvidar, como ya dije, que una parte importante de los integrantes de las FF.AA.  continuaban siendo  franquistas  y por tanto dispuestos a acatar sus órdenes incluso aunque fuese ya un cadáver. Si “su Caudillo” había designado A Juan Carlos como su sucesor para perpetuar su Régimen, estaban obligados a acatar sus órdenes. Esta doble circunstancia: La imposición de su figura y el acallar a los más levantiscos le permitió mantener un prestigio durante muchos años. Cada vez se fueron filtrando más actuaciones y con el conocimiento de ellas, ellas fue menguando su apoyo popular, a pesar de que aún queda algunos colectivos que dicen que salvó la democracia y por esa razón le debemos gratitud eterna. No estoy en absoluto de acurdo con esa opinión, pero pienso que sin su figura la transición hubiese sido diferente

c)    23 F

Las medidas democratizadoras, el desmontaje hasta cierto punto de algunas estructuras franquistas, la relativa pérdida de poder de influencia en la sociedad cibi, el relevo, en su mayoría por edad de los militares proclives a la dictadura por otros más receptivos a la necesidad de adaptarse a los tiempos. Creó un intenso malestar entre los partidarios de la dictadura que culminó en la tragicomedia, o más bien esperpento Valleinclanesco del 23 F

Nunca se ha llegado a demostrar o al menos conocer todo el entramado de3l fallido golpe. Nunca se ha llegado a saber cuáles fueron los apoyos exteriores e interiores con los que contaban. Hubo y  hay demasiados interesados en borrar las huellas, per se habla, por parte de conocedores del tema, que habían tres tramas golpistas: La civil, que nunca ha aflorado, la de una cúpula militar cuya cabeza parece ser que era Alfonso Armada, a la sazón General del Ejercito y una tercera liderada por el Guardia Civil de opereta bufa Tejero. Se dice que no hubo coordinación entre las tres tramas y que Tejero se adelantó y afortunadamente  fracasó

La resolución estuvo y continua estando plena de interrogantes tales como ¿Por qué no se contempló el delito de secuestro Por qué se exoneró a participantes en el ataque a los representantes se la soberanía nacional? ¿Por qué no se investigo la implicación de la trama civil?

Cual fue el papel de Juan Carlos I? A primera vista impecable, se vistió con el uniforme de Capitán General de los Ejército y ordenó que cesaran los golpistas en sus acciones Lo hizo a través de un comunicado institucional emitido  TVE y que fue seguido por una inmensa mayoría de los espales.

 La única duda que puede surgir de su actuación es. ¿Por qué tardo más de cuatro horas en hacerlo?

Lo que sí que resulta cierto es que el ruido de sables desapareció y que Juan Carlos tuvo un reinado largo y tranquilo y que sólo tuvo que dimitir tras un escándalo de su vida personal

Continuara…


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